El accidente cerebrovascular (ACV) implica un riesgo alto de muerte y se considera un grave problema de salud pública a nivel global con 15 millones de casos anuales.
EL ACV es una obstrucción o ruptura en los vasos sanguíneos del cerebro que impiden el correcto flujo de sangre y oxígeno. Por eso, actuar con celeridad es vital. Las estadísticas revelan que, durante los primeros 150 minutos (4 horas y media) después de un ACV, cada minuto sin atención médica resulta en la muerte de aproximadamente 2 millones de neuronas.
El neurocirujano Pedro Lylyk, director de la Clínica Sagrada Familia, fundador del Instituto ENERI de la Ciudad de Buenos Aires señaló a Infobae que el ataque cerebral consiste en un exceso de sangre que genera una hemorragia y forma lo que se conoce como infarto cerebral. “Para empezar a hablar del tema, es importante saber que un ACV es un accidente cerebrovascular y que más del 90% de los casos se pueden prevenir”, agregó Lylyk quien además se desempeña como Presidente de la Fundación Argentina Contra el Ataque Cerebral.
“Aunque tiene mayor prevalencia en los mayores de 65 años, el ACV no perdona: puede afectar a toda la población. En los jóvenes, en quienes la incidencia es mucho menor, pero no por eso están exentos, la principal causa es el consumo de algunas sustancias perjudiciales, como lo son el cigarrillo, el alcohol y las drogas. Esto se demuestra al ver cómo aumentó significativamente la incidencia del ACV en estos grupos etarios juveniles”, señaló el neurocirujano.
Por su parte, el cardiólogo Mario Boskis, miembro de la Sociedad Argentina de Cardiología y actual Director General del Instituto Cardiovascular San Isidro (ICSI) expresó a Infobae: “La hipertensión arterial, el tabaquismo, la obesidad (que muchas veces viene de la mano con la diabetes y el colesterol elevado), generan, ya sea juntos o por separado, un incremento significativo en la aparición de ACV, especialmente del tipo hemorrágico, que es el más peligroso, ya sea por su alta mortalidad como así también por las secuelas que este deja, y es especialmente preocupante ya que condiciona la vida futura de gente joven”.
Un reciente informe de la Comisión de Neurología WSO-Lancet estimó que la mortalidad mundial por ACV aumentará 50% para 2050. El documento señala que el accidente cerebrovascular es la segunda causa de muerte, la tercera causa de discapacidad y una de las principales causas de demencia en todo el mundo. Y destaca: “Es alarmante que la incidencia de accidentes cerebrovasculares esté aumentando en personas jóvenes y de mediana edad (es decir, menos de 55 años) a nivel mundial”.
Cuáles son los tipos de ACV
- ACV isquémico: es el tipo más habitual y se produce por oclusión de una arteria, lo que impide que la sangre irrigue una zona del cerebro. Cuando esto ocurre, la zona afectada carece de oxígeno y las células sufren una lesión isquémica. La oclusión puede deberse a un trombo local, a un coágulo remoto que se aloja en la circulación cerebral o a enfermedades de la vasculatura cerebral. En cuestión de minutos, las células del cerebro comienzan a morir.
- ACV hemorrágico: en este caso, la ruptura de una arteria produce hemorragia que, a su vez, condiciona una lesión o compresión cerebral. La hemorragia puede ser intracerebral o en la superficie del cerebro (espacio subdural o subaracnoideo). En el primer caso, la causa suele estar asociada a hipertensión y, menos frecuentemente, por malformaciones en los vasos; en el segundo, es más frecuente que la causa sea un traumatismo craneal o una dilatación de la arteria (aneurisma).
¿Cómo prevenir el ACV?
El doctor Lylyk enfatiza en que para reducir el impacto del accidente cerebrovascular se debe trabajar en la prevención: “Si tenemos hábitos de nutrición saludables desde edades tempranas, si activamos nuestro cuerpo en movimiento, ya sea con deportes, con actividades físicas favoritas, si tenemos controles médicos regulares y a tiempo, si evitamos las sustancias perjudiciales, como el consumo de cigarrillos, alcohol, y drogas, ya que estos hábitos aumentan significativamente el riesgo de derrame cerebral, habremos contribuido muchísimo en la prevención del ACV”.
Los primeros síntomas en manifestarse al contraer ACV son parálisis, debilidad, problemas del lenguaje y de vista.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por su sigla en inglés) confeccionaron un listado de recomendaciones para prevenir el ataque cerebral:
1 – Estilo de vida y dieta saludable: muchos accidentes cerebrovasculares pueden prevenirse mediante cambios saludables para el estilo de vida (como abandonar el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y la adicción a estupefacientes). Mantener una dieta balanceada y consumir porciones abundantes de frutas y verduras frescas. Comer alimentos con bajo contenido de grasas y con alto contenido de fibra puede ayudar a prevenir el colesterol alto. Limitar la sal (sodio) en la alimentación también puede reducir la presión arterial. El colesterol alto y la presión arterial alta aumentan sus probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular.
2 – Mantener un peso saludable: tener sobrepeso u obesidad aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular. Para determinar si su peso está en un rango saludable, los médicos suelen calcular el índice de masa corporal (IMC). Si conoce su peso y su estatura, puede calcular su IMC en el sitio web de los CDC Evaluación del peso. A veces, los médicos también usan la medición de la cintura y la cadera para medir el exceso de grasa corporal.
3 – Actividad física con regularidad: se recomienda 2 horas y 30 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada, como caminar a paso rápido, todas las semanas. Los niños deben hacer 1 hora de actividad física al día.
4 – No fumar: el consumo de cigarrillos aumenta enormemente las probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular. Si no fuma, no empiece a hacerlo. Si fuma, dejar de fumar disminuirá su riesgo de accidente cerebrovascular.
5 – Evitar el consumo excesivo de alcohol: ya que puede aumentar la presión arterial. Los CDC recomiendan que los hombres no tomen más de dos bebidas por día, y las mujeres, no más de una por día.
6 – Chequeos regulares de salud: consultar al médico para realizarse los estudios preventivos de rutina. Si tiene enfermedad cardíaca, colesterol alto, presión arterial alta o diabetes, puede tomar medidas para reducir su riesgo de accidente cerebrovascular.
7 – Controlar el colesterol: debe realizarse un análisis de los niveles de colesterol anualmente. Si tiene colesterol alto, hay medicamentos y cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a reducir su riesgo de accidente cerebrovascular.
8 – Controlar la presión arterial: la hipertensión por lo general no causa síntomas, así que asegúrese de controlar su presión periódicamente. Puede controlar su presión arterial en su casa, en el consultorio de un médico o en una farmacia.
9 – Controlar la diabetes: controle sus niveles de azúcar en sangre periódicamente. Si sus niveles son altos, su médico puede recomendarle determinados cambios en el estilo de vida, como hacer más actividad física o elegir alimentos más saludables. Esas acciones ayudarán a mantener el azúcar en sangre bien controlada y a reducir el riesgo de accidente cerebrovascular.
10 – Siga su tratamiento si es enfermo cardíaco: si tiene determinadas afecciones cardiovasculares, como arteriopatía coronaria o fibrilación auricular (latidos irregulares), su médico puede recomendarle un tratamiento específico o una cirugía. Atender los problemas coronarios puede ayudar a prevenir el accidente cerebrovascular.
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