Los productos en las estanterías de los supermercados son cada vez más pequeños, pero lo clientes pagan el mismo precio.

Es una práctica conocida como «shrinkflation», un tipo de inflación que a menudo pasa desapercibida.

Pero además de reducir el tamaño de los productos, las empresas también están disminuyendo la calidad y disponibilidad de sus servicios, al tiempo que mantienen los precios estables.

Skimpflation es cuando las empresas escatiman en la calidad de un producto o servicio», dice Scott A. Wolla, responsable de educación económica del Banco de la Reserva Federal de St. Louis.

A medida que los precios de las materias primas aumentan con la inflación, las compañías ahorran gastando menos en servicios o materiales para seguir siendo rentables y estos recortes se transmiten al cliente, aunque el precio que pagan sea el mismo.

En términos generales, la skimpflation es un problema importante que enfrenta el consumidor y que puede manifestarse en cambios laborales, como menos trabajadores para ayudar en las tiendas; degradar la calidad de las ofertas o eliminar niveles de servicio.

También ocurre cuando cambian ingredientes de alta calidad por otros de menor calidad en la fabricación.

Y aunque los cambios a veces son significativos, a menudo no nos damos cuenta, tal y como pasa con la reducción de tamaños de los productos

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