La Era Paleozoica, que comenzó hace 541 millones de años, fue un momento extraordinario para la vida en la Tierra. Comenzó con la explosión cámbrica, el mayor evento de diversificación de formas de vida en la historia del planeta, que dio lugar a exuberantes selvas tropicales, la aparición de peces y, finalmente, la transición de los anfibios a la tierra. Pero todo lo bueno debe llegar a su fin. Este extraordinario período terminó con la mayor extinción masiva de formas de vida en la historia de la Tierra.
Un cambio abrupto con un calentamiento global que provocó un importante y repentino evento de extinción marina y terrestre: la extinción del Pérmico-Triásico. Este evento eliminó más del 80% de todas las especies marinas y el 70% de las especies de vertebrados terrestres. Enterró plantas y pantanos, que posteriormente fueron compactados y cocinados en depósitos subterráneos de carbón.
| Esta posibilidad daría una solución a los retos que plantea la posible llegada de naves a la Tierra en viajes interestelares
La opinión más extendida considera que la extinción del Pérmico-Triásico fue provocada por erupciones volcánicas que crearon los traps siberianos y que la humanidad es la primera civilización tecnológica de la Tierra, surgida 250 millones de años después de aquel evento.
Civilización borrada
Pero ¿es posible que aquel devastador calentamiento global fuera causado hace 252 millones de años por la actividad industrial de una civilización tecnológica anterior a la nuestra? Esto habría requerido que la primera inteligencia terrestre surgiera sólo un 6% antes que la nuestra en los 4.540 millones de años de historia de la Tierra.
Cualquier infraestructura tecnológica que esa civilización primitiva hubiera dejado en la superficie de la Tierra hubiera sido demolida por 250 millones de años de actividad geológica, incluida la subducción, el agua, impactos de meteoritos y la erosión [ver el vídeo a continuación que explica la posibilidad de la existencia de civilizaciones previas a la humana desde un punto de vista científico. N. del. T.].
Sin embargo, sí se podrían haber conservado reliquias de esta civilización en el espacio. Durante el último siglo de tecnología moderna, nuestra civilización ha puesto en órbita miles de dispositivos funcionales. Una civilización tecnológica más avanzada o más longeva que la humana podría haber utilizado dispositivos más sofisticados. ¿Hay reliquias tecnológicas desconocidas en nuestro cielo?
La directora de Inteligencia Nacional, Avril Haines, presentó dos informes en 2022 y 2023 al Congreso de los Estados Unidos que admiten la existencia de Fenómenos anómalos no identificados (FANI) cuya naturaleza no está clara, algunos de los cuales pueden desplazarse en cualquier medio, pasando del aire al agua y viceversa. ¿Podrían estas reliquias ser evidencia de una civilización que nos precedió en la Tierra hace 252 millones de años?
Reliquias de una civilización de hace 250 millones de años
Esta posibilidad daría una solución a los retos que plantea la posible llegada de naves a la Tierra en viajes interestelares y el potencial enigma de por qué dichos FANI pueden estar aquí ahora mismo a pesar de la inmensidad del espacio y el tiempo cósmicos.
La estabilidad a largo plazo de los satélites en órbita alrededor de la Tierra depende de su método de propulsión. Vehículos capaces de moverse por agua y aire como los recogidos en los informes de pilotos de la Armada norteamericana en 2004, podrían haber sido diseñados para repostar combustible recogiendo agua y rompiendo sus moléculas en hidrógeno y oxígeno mediante electrólisis impulsada por la luz solar.
Pero la naturaleza desconcertante de los FANI debe descifrarse mediante la recopilación de nuevos datos científicos. Éste es el objetivo del Proyecto Galileo que yo dirijo. Nuestro primer observatorio de la Universidad de Harvard monitorea actualmente todo el cielo en vídeo y audio. Los datos recopilados se almacenan y analizan mediante software de inteligencia artificial. El equipo de investigación del Proyecto Galileo informará abiertamente sobre cualquier FANI que fuera captado en sus datos. Tales hallazgos complementarán los datos secretos recopilados por las agencias militares y de inteligencia que trabajan para la seguridad de la nación. Dado el amplio interés en los FANI tanto del gobierno como del público en general, creo firmemente que es deber civil de los científicos aclarar la naturaleza de las FANI.
Enmienda del Senado de EEUU
Este verano, el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer (D-NY) y el senador Mike Rounds (R-SD), miembro de alto rango del Subcomité de Ciberseguridad del Comité de Servicios Armados, elaboraron una enmienda llamada Ley de divulgación de FANI de 2023 junto con el senador Marco Rubio (R-FL), vicepresidente del Comité de Inteligencia, la senadora Kristen Gillibrand (D-NY), presidenta del Subcomité de Amenazas y Capacidades Emergentes del Comité de Servicios Armados, el senador Todd Young (R-IN) y el senador Martin Heinrich (demócrata por Nuevo México). Si el presidente Biden la firma, la legislación propuesta aumentaría la transparencia y fomentaría la investigación científica en torno a los FANI, como persigue actualmente el Proyecto Galileo.
«Durante décadas, muchos estadounidenses han estado fascinados por objetos misteriosos e inexplicables y ya es hora de que obtengan algunas respuestas», dijo Schumer en su día. «El público estadounidense tiene derecho a aprender sobre tecnologías de orígenes desconocidos, inteligencia no humana y fenómenos inexplicables».
En búsqueda de la verdad científica
La legislación cuenta con el apoyo de los dos partidos. «Comprender los FANI es fundamental para nuestra seguridad nacional y para mantener el control de todos los dominios [tierra, aire y mar]», dijo la senadora Gillibrand. “Cuando el senador Rubio y yo creamos la Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios (AARO), buscamos aumentar la transparencia para el pueblo estadounidense y reducir el estigma en torno a este tema de alto interés público. Desclasificar registros anteriores relacionados con UAP es parte de esa misión y estoy orgullosa de apoyar esta importante enmienda”.
La legislación pretende crear una Junta de Revisión de Registros de FANI, una agencia independiente que consideraría si un registro de FANI podría clasificarse como secreto o para su divulgación. Después de que la Junta haya tomado una determinación formal, el Presidente de los Estados Unidos tendrá la capacidad exclusiva de revocar o aceptar dicha determinación.
Esperamos que la información recuperada a través del gobierno o la ciencia eleve a la humanidad a un estado existencial más duradero que cualquier posible predecesor en la Tierra. Y con «más duradero» me refiero a un estado en el que nuestras creaciones duren más de 252 millones de años en el futuro.
Avi Loeb es jefe del Proyecto Galileo, director fundador de la Iniciativa Black Hole de la Universidad de Harvard, director del Instituto para la Teoría y la Computación del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian y autor del bestseller “Extraterrestrial: The First Sign of Intelligent Life Beyond Earth”.
/psg