Un grupo de astrónomos de instituciones científicas neerlandesas y alemanas reveló que el estudio del movimiento de las estrellas de hipervelocidad, que son aquellos objetos celestes que viajan a velocidades tan altas que les permiten escapar de la gravedad de la Vía Láctea, pueden contribuir a la compresión de la formación y evolución de nuestro universo, informó este viernes la Universidad de Leiden (Países Bajos).

Anteriores investigaciones sugirieron que alrededor de 10.000 de estos «demonios de la velocidad», que logran atravesar libremente nuestra galaxia, se originaron en la Gran Nube de Magallanes, un sistema estelar enano que se encuentra a 160.000 años luz de distancia de la Tierra.

No obstante, en un reciente estudio, publicado en el servicio de preimpresión arXiv, se planteó la posibilidad de que cierta cantidad de estos fugitivos estelares fueran expulsados a una velocidad superior a la de escape de la Vía Láctea después del encuentro gravitacional entre una estrella binaria y un agujero negro masivo situado en el centro de nuestra galaxia, conocido como Sgr A*. «Vemos un efecto similar en la Gran Nube de Magallanes, otra galaxia de la que tenemos motivos para creer que también contiene un agujero negro», explicó el científico Fraser Evans.

¿Cómo se llegó a esta conclusión?

Los especialistas indicaron que deseaban conocer tanto el origen como la fuerza de aceleración de las estrellas de hipervelocidad, por lo que se procedió a simular la eyección de estos cuerpos celestes desde el centro galáctico, a partir de la desintegración de las binarias estelares debido a las fuerzas de marea causadas por la interacción con el Sgr A*.

Para llevar a cabo estos ensayos se utilizaron datos de astrometría precisa y de velocidad radial de 2.000 millones de estrellas de la Vía Láctea, que se obtuvieron del telescopio espacial Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA).

Asimismo, se empleó información acerca de la estrella de hipervelocidad S5-HVS1, que es un cuerpo estelar joven cuya masa es aproximadamente 2,35 veces más grande que la del Sol. La S5-HVS1, que fue descubierta en 2019, está ubicada a nueve kiloparsec del astro rey y tiene una velocidad de 1.775 kilómetros por segundo.

«Algunas estrellas de hipervelocidad vuelan en partes más visibles del espacio y pueden darnos más información sobre su procedencia, por ejemplo, sobre la gravedad de los agujeros negros o la cantidad de energía que produce una supernova», señaló Evans, concluyendo que estas estrellas fugitivas «tienen una historia que contar sobre procesos en el universo sobre los que sabemos poco y todavía tenemos mucho por descubrir».

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