Albert Cañigueral es un investigador español de las transiciones derivadas de la digitalización en la sociedad y del futuro del trabajo, explorando las mejores alternativas para un uso responsable y ético de las tecnologías digitales en la sociedad del siglo XXI.
Es autor de “El trabajo ya no es lo que era” (Conecta, 2020), un libro sobre las nuevas formas de trabajar, que nos sugiere que hay nuevas formas de plantearse la vida laboral y personal. También es co-productor del documental “Ciudad en Beta: el trabajo de hoy, la ciudad del mañana” (Createl, 2022) dónde se analizan los impactos de estas nuevas formas de trabajo en las ciudades y territorios.
Albert Cañigueral, con la voluntad de dibujar el nuevo escenario del mundo laboral y ofrecer un mapa que nos guíe en un entorno extraordinariamente cambiante, analiza con rigor las debilidades del sistema actual que obligan a revisar de forma urgente los acuerdos sociales alrededor del trabajo.
Este es un resumen de lo que nos dijo al ser entrevistado para nuestro proyecto: «Inteligencia Artificial: los pro y los contra de su aplicación en Chile»:
«No es que venda o tenga una propuesta mía, propia. Me considero un observador privilegiado y un divulgador sobre esto, de lo que la tecnología nos permite repensar en términos de consumo y producción. Empecé a hablar de esto hace cinco a seis años tras leer un libro de Rachel Rachel Botsman, que se llama “Lo que es mío es tuyo”. Hablaba de este movimiento incipiente que estaba en ese momento: compartir coches, dormir en casa de otra gente, financiación colectiva, compra venta de segunda mano en portales tipo Yapo, los prestamos colectivos, ese tipo de cosas. Me pareció interesante porque mi formación de ingeniero me hacía ver mucha eficiencia económica en el sistema, no sólo de recursos. Por ejemplo, sobre el consumo colaborativo que me pareció interesante. Tenía otro trabajo en ese momento y terminé profesionalizando la actividad de divulgación y consultoría»
«El trabajo como garantía de renta y posición social funcionaba en los años 70 y 80, pero a partir del liberalismo, la productividad aumenta gracias a que la tecnología mejora la eficiencia y crea más riqueza, pero los trabajadores no se benefician de ese crecimiento económico y algunos de ellos, por la automatización, incluso dejan de ser necesarios»
«¿Puedes imaginar a la gente empleada tres o cuatro horas al día, dedicando el resto del tiempo a trabajos culturales y sociales de los suyos y sus comunidades?. Es posible que ya estemos empezando a ver los primeros síntomas. No es casualidad que algunas empresas estén empezando a implantar la jornada laboral de cuatro días. Tampoco que las nuevas generaciones abracen el quite quitting, ciñéndose estrictamente a las tareas y condiciones de su contrato y negándose a ser tratados como máquinas«.
La entrevista completa usted puede verla en nuestro canal de Youtube: