PAULA AGUIRRE APARICIO, Doctora en Astrofísica, Profesora de Ingeniería Matemática y Computacional de la Pontificia Universidad Católica y Profesora Asistente Adjunto del Centro Nacional de Investigación para la Gestión Integrada de Desastres Naturales.
Asimismo es ingeniera civil mecánica y licenciada en Astronomía de la UC.
Es profesora asistente del Instituto de Ingeniería Matemática y Computacional UC. También, investigadora del Centro Nacional de Investigación para la Gestión Integrada de Desastres Naturales (Cigiden).
Este es un resumen de lo que nos dijo al ser entrevistado para nuestro proyecto: «Inteligencia Artificial: los pro y los contra de su aplicación en Chile»:
«Se habla de inteligencia artificial cuando nos referimos a la capacidad de una máquina de emular habilidades propias de los seres humanos, como el razonamiento, el aprendizaje o la creatividad. Con ella, los sistemas tecnológicos pueden percibir el entorno y relacionarse con él, con el fin de realizar alguna acción específica.
La inteligencia artificial nos rodea y muchas veces no lo notamos. La apreciamos, por ejemplo, en el celular, en los algoritmos que nos recomiendan productos de nuestro interés cuando hacemos búsquedas en Google, en las redes sociales, en la medicina o incluso en la automatización vehicular.
De hecho, la inteligencia artificial complementa la cuarta Revolución Industrial. Su desarrollo e implementación permite consolidar acciones relacionadas con los métodos avanzados de aprendizaje automático, inteligencia computacional, sistemas adaptativos y autónomos y la aplicación de los mismos en contexto como la visión computacional».
Muchos problemas transversales a la sociedad pueden hoy ser abordados a través de inteligencia artificial. Esta es «necesaria no solo por ser reconocida como la gran revolución tecnológica, sino como una tecnología clave en el desarrollo futuro de la sociedad», sostiene el documento «Inteligencia Artificial para Chile: la urgencia de desarrollar una estrategia», del Senado de Chile (2019).