Una chilena estuvo presente en el terremoto de magnitud 7.5 que golpeó a Japón este lunes 1 de enero. Se trata de la exchica reality, Angélica Lillo.
La exparticipante de Amor Ciego 2 (Canal 13) está de vacaciones en un centro invernal de Hakuba, a unos 200 kilómetros del epicentro, junto a su esposo, el alemán-danés Alexander Schoeller, y también un amigo.
En conversación con T13, Angélica aseguró que hizo gala de la tranquilidad chilena frente a los sismos, pero admitió que fue fuerte. “Los chilenos y los japoneses somos los únicos que sabemos de esto”, afirmó.
Una chilena estuvo presente en el terremoto de magnitud 7.5 que golpeó a Japón este lunes 1 de enero. Se trata de la exchica reality, Angélica Lillo.
La exparticipante de Amor Ciego 2 (Canal 13) está de vacaciones en un centro invernal de Hakuba, a unos 200 kilómetros del epicentro, junto a su esposo, el alemán-danés Alexander Schoeller, y también un amigo.
En conversación con T13, Angélica aseguró que hizo gala de la tranquilidad chilena frente a los sismos, pero admitió que fue fuerte. “Los chilenos y los japoneses somos los únicos que sabemos de esto”, afirmó.
“Yo me quedo porque tengo otro día más de esquiar. La mayoría del hotel se fueron, porque nunca han vivido la experiencia, yo lo he vivido, mi marido también porque vivió en Chile. Mi otro mejor amigo está tranquilo porque está conmigo”, dijo, sacando pecho.
CÓMO REACCIONA UNA CHILENA EN UN TERREMOTO EN JAPÓN
Angélica aseguró que ella supo lo que venía en los primeros instantes de movimiento y lo describió como algo típico chileno.
“Algo típico chileno, que sólo los chilenos sienten, fue que en mi pierna derecha empecé a sentir un movimiento y les dije ‘chicos es un terremoto’. Fui la primera que se levantó y salí tranquilamente. Cuando se abren las puertas del lobby empieza el movimiento fuerte que mueve todo el hotel y todas las ventanas, y la nieve se caía del tejado”, describió.
La compatriota dijo, además, haber sido de ayuda para los extranjeros, aunque reconoció que los japoneses se veían incluso más tranquilos que ella.
“Yo fui una orientación para los otros extranjeros, pero fui más alterada que los japoneses. Los residentes del hotel lo tomaron con calma. (…) Como chileno uno ya tiene un chip el cerebro, antes de la alarma lo sentí. Aquí suena una alarma universal, sonó un minuto después del terremoto”, agregó.
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