Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), casi 6 millones de adultos de 65 años o más tienen la enfermedad de Alzheimer, la forma más común de demencia, que representa aproximadamente 1 de cada 10 adultos en este rango de edad. Y, según las proyecciones de futuro, los casos de demencia aumentarán considerablemente de aquí a 2050, de ahí la importancia de hallar maneras de identificar los factores que contribuyen al desarrollo de esta enfermedad.

A pesar de que la demencia tiene mucha más incidencia entre las personas de mayor edad, cada vez son más aquellos que son diagnosticados con demencia de inicio joven o precoz, es decir cuando los síntomas de demencia aparecen antes de cumplir 65 años de edad (por ejemplo a los 50 años), tal y como concluye un nuevo estudio publicado en la revista JAMA Neurology.

Entre los factores de riesgo modificables y/o prevenibles, el trabajo, dirigido por investigadores ingleses y de Países Bajos, destaca 15 factores asociados, entre los que se encuentran la hipotensión ortostática (caída de la presión arterial al levantarse después de estar sentado o acostado) o la depresión.

Qué dispara el riesgo

Para el estudio, los investigadores examinaron información genética y médica detallada de aproximadamente 356.000 adultos que tenían una edad promedio de 55 años y no tenían antecedentes de demencia. Las mujeres constituían poco más de la mitad (55,3%) del grupo de participantes. Todos ellos formaban parte de la base de datos del Biobanco del Reino Unido, que posee casi medio millón de voluntarios que proporcionan sus datos genéticos y médicos con objeto de mejorar la salud pública. Durante un periodo de seguimiento promedio de ocho años (siendo el último seguimiento en 2021), a 485 de ellas se les diagnosticó lo que se conoce como demencia de inicio joven.

En el análisis de la cohorte sobre la demencia de aparición temprana, los expertos se centraron en los factores de riesgo que podrían contribuir al desarrollo de la enfermedad y descubrieron que 15 factores concretos contribuyen al desarrollo de demencia de aparición temprana.

«Este es el estudio más grande y sólido de este tipo jamás realizado», afirmó el epidemiólogo David Llewellyn, de la Universidad de Exeter, en el Reino Unido. «Es emocionante que por primera vez revele que podemos tomar medidas para reducir el riesgo de esta afección debilitante, centrándonos en una variedad de factores diferentes».

Los factores de riesgo

  1. Diabetes, que aumenta el riesgo de demencia vascular.
  2. Trastorno por abuso de alcohol, que aumenta el riesgo de alzhéimer.
  3. Aislamiento social, que está asociado a mayores riesgos de problemas de salud.
  4. Ictus, que incrementa las posibilidades de desarrollar esta enfermedad.
  5. Formación educativa inferior, que favorece el deterioro cerebral.
  6. Nivel socioeconómico bajo, asociado a un estilo de vida menos saludable.
  7. Poseer dos copias del gen APOE4, un escenario genético ya relacionado con la enfermedad de Alzheimer.
  8. Deficiencia de vitamina D.
  9. Altos niveles de proteína C reactiva que busca inflamación en el cuerpo.
  10. Menor fuerza de agarre, relacionado con el envejecimiento cognitivo.
  11. Discapacidad auditiva.
  12. Estrés crónico.
  13. Cardiopatía.
  14. Depresión.
  15. Hipotensión ortostática (cuando la presión arterial baja después de levantarse, después de sentarse o acostarse).
| «A menudo se supone que la causa es genética, pero para muchas personas en realidad no sabemos exactamente cuál es la causa»

Si bien el abuso de alcohol aumentaba el riesgo, los investigadores explican que el consumo moderado o excesivo se correlaciona con un riesgo reducido, probablemente porque normalmente las personas que se encuadran en este grupo suelen ser más saludables en general y las que se abstienen de tomar alcohol lo suelen hacer por razones médicas.

El trastorno por consumo de alcohol se asoció con un riesgo de más del doble de demencia en el estudio. El accidente cerebrovascular o ictus, que puede ser causado por factores de riesgo modificables como el consumo excesivo de alcohol, un nivel de azúcar en sangre mal controlado o hipertensión no tratada, también se asoció con el doble de probabilidades de sufrir demencia de aparición temprana.

¿Cómo reducir el riesgo?

Los investigadores apuntan que los resultados no prueban que la demencia sea causada por estos factores, pero ayudan a dibujar el panorama general. Además, muchos de estos factores son modificables, por lo que, en última instancia, prevenir la demencia podría ir de la mano de intentar llevar una vida más saludable.

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