Apocas horas del deceso del ex Presidente Sebastián Piñera, quien perdió la vida tras sufrir un trágico accidente en el Lago Ranco, el escritor y líder de Amarillos por Chile, Cristián Warnken, le dedicó una extensa carta.
En su misiva, publicada en Pauta, el también académica apuntó a la “conmoción” que generó la muerte.
“Me detuve en una calle de una ciudad en el sur donde me encuentro e hice mi propio minuto de silencio. ¿Puede uno conmoverse por la muerte de un adversario político? Sí. Es lo mismo que me pasó cuando asesinaron alevosamente a Jaime Guzmán, aún más lejano en las ideas que usted de mí”, le escribió el intelectual al fallecido Mandatario.
Luego, Warnken criticó a los detractores de Piñera, quienes incluso celebran su partida: “Alegrarse y celebrar la muerte de un adversario político es una señal de descomposición moral muy grande: es terrible darse cuenta de que personas así hay muchas en este país, como ese grupo que fue a celebrar su muerte, en esa plaza Baquedano en que tantas veces lo lincharon simbólicamente, plaza de la indignidad y la violencia política nihilista”.
CRITICÓ A GABRIEL BORIC
Y luego apuntó sus dardos contra el actual gobierno: “En esta hora, pienso en quienes lo acusaron constitucionalmente e inventaron un relato en que usted era un dictador violador de los derechos humanos y le negaron el pan y el agua. Y que repitieron el mismo guion en la pandemia, que usted enfrentó como pocos presidentes en el mundo. El Presidente Boric -entonces candidato- amenazó señalando su dedo acusatorio a la cámara con llevarlo ante una Corte Penal Internacional, y ahora afirma que usted fue un ‘gran demócrata desde la primera hora’”.
“Le hicieron la vida imposible como Presidente y, de paso, pusieron en riesgo la democracia. Ha quedado develada la gran mentira sobre la que se fundó el relato octubrista y su muerte, trágica e inesperada, ha dejado al desnudo la inconsistencia de quienes quisieron hacer de usted el chivo expiatorio de todos los males”, continuó.
Posteriormente, acaró “no voy a sumarme a esos homenajes que no nacen de ninguna convicción ni reconocimiento auténtico. Pero sí quiero decirle todo aquello valorable que reconozco en usted”.
“Aun estando en la orilla opuesta ser su opositor, nunca creí lo que el relato octubrista dijo de usted. Me opuse a la violencia destructiva que puso en jaque no sólo a su gobierno, sino a la democracia misma. Nunca dejé de creer que usted había sido elegido democráticamente por el pueblo (¡y dos veces!) y que debía terminar su mandato. Y me sorprendió y admiré el estoicismo con que resistió un estallido que habría quebrado emocionalmente a cualquiera. Eran los días en que hablar de Piñera era sinónimo de hablar del Mal. Funestos días en que el Resentimiento mostró su peor cara, en que la realidad fue deformada por el fanatismo y la intolerancia”, complementó.
“Y qué generosidad y grandeza tuvo usted después con el nuevo Presidente Boric, el mismo que lo había amenazado con llevarlo a una corte penal internacional. ¡Qué lección le dio entonces! Espero que nuestro joven presidente esté hoy revisando y recordando eso, y haciéndose una profunda autocrítica. Porque también existe una ética y estética para tratar a los adversarios”, siguió.
Finalmente, Cristián Warnken recordó que “nos quisieron convencer de que es imposible que alguien de derecha sea un demócrata. Usted mostró lo contrario y que en democracia es posible y necesaria la alternancia, y eso tampoco se lo perdonaron. Por eso lo odiaban tanto, desde una superioridad moral que después ha mostrado ser no sólo feble sino hipócrita. Esa es la izquierda de la que vengo y que hoy me avergüenza y me ha hecho repensar muchas cosas”.
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