Los seguidores de las comedias románticas tienen un refugio en Netflix, porque en su catálago hay una cantidad generosa de películas que hacen reír y enamorar al mismo tiempo.
Algunas de culto, otras noventeras y varias protagonizadas por los actrices y galanes adolescentes del momento hay en esta selección de comedias románticas disponibles en la plataforma de streaming.
Si supieras
Esta comedia romántica conquistó de inmediato a los suscriptores de Netflix, con el giro que le da al triángulo amoroso de Cyrano de Bergerac.
La protagonista es Ellie Chu (Leah Lewis), una adolescente china-norteamericana que vive con su padre viudo en un Squahamish, un pequeño y conservador pueblo donde no pasan muchas cosas.
Un día, uno de esos compañeros, Paul Munsky (Daniel Diemer), un atleta algo torpe, le pide un encargo especial: que le escriba una carta para la chica que le gusta, Aster Flores (Alexxis Lemire).
A regañadientes Ellie acepta y así comienza un juego de correspondencia entre Aster y, supuestamente, Paul. Un ir y venir de cartas y mensajes de Whatsapp que tiene como consecuencia que Ellie se termine enamorando de la que chica a la que le escribe.
Un trama que le sirve a la directora Alice Wu para hablar de temas como el descubrimiento de la identidad sexual, la imposibilidad de poder expresar los sentimientos, las amistades improbables y el caos y la confusión que traen los primeros amores.
Los juegos del destino
Esta es una película de la que hay que alejar a su realizador del producto, ya que su director, David O. Russell, ha estado involucrado en casos de discusiones con sus actores -con George Clooney en la filmación de Tres reyes y Lily Tomlin en la de Extrañas consecuencias– y conducta sexual inapropiada.
Por lo que no es de extrañar que no se haya sabido de él los últimos años. Pero como la memoria de Hollywood al parecer es frágil, para noviembre próximo está programado el debut de la cinta que marca el retorno de Russell a los cines: Amsterdam, una comedia de suspenso ambientada en los años 30.
La que llega exactamente una década después del estreno de Los juegos del destino -acá conocida como El lado bueno de las cosas-, el largometraje que marcó uno de los mejores momentos de la carrera del cineasta. Esto porque fue tanto un éxito de público como de crítica, siendo nominada a ocho Oscar.
Del cual obtuvo el para Mejor Actriz gracias a la labor de Jennifer Lawrence como Tiffany Maxwell, una joven viuda que llega a la vida de Pat Solitano (Bradley Cooper) cuando él menos se lo espera. En el momento que trata de recuperar su vida después de estar en un centro mental por su trastorno bipolar.
Cuando ambos combaten sus diferentes problemas mentales y se unen para participar en una próxima competencia de baile. Algo inusual para Pat, pero a lo que accede con la esperanza de que Tiffany lo ayude a retomar contacto con su ex esposa, la que se alejó de él por sus ataques de violencia.
La boda de mi mejor amigo
Aunque sigue activa como actriz, sin lugar a dudas la década de los 90 fue clave en la carrera de Julia Roberts, protagonizando 18 películas de variados géneros, desde el thriller Durmiendo con el enemigo hasta el terror de El secreto de Mary Reilly. Sin embargo, fue en la comedia que más brilló en esos años.
Y uno de sus mejores ejemplos es precisamente La boda de mi mejor amigo, la cinta de 1997 dirigida por P. J. Hogan por la que Roberts fue nominada a un Globo de Oro como mejor actriz al encarnar a Julianne Potter, la crítica gastronómica que tiene como su mejor amigo a Michael O’Neal (Dermot Mulroney).
Con quien estudió en la Universidad de Brown e hizo el pacto de que si seguían solteros a los 28 años se casarían entre ellos. Una promesa que volvió a la mente de Julianne, o Jules, cuando está a punto de cumplir esa edad y descubre un mensaje de su amigo en su teléfono diciéndole que debe hablar con ella.
Sin embargo, lo que Michael le cuenta la deja en estado de consternación: conoció a una chica y se va a casar en cuatro días, lo que lleva a Jules a viajar rápidamente a Chicago a recuperar a su mejor amigo y potencial marido, conociendo a Kim (Cameron Díaz), la novia en cuestión y por ende su antagonista.
La cual es luminosa y encantadora, al igual que sus padres, por lo que tratar de separarla de Michael no será tan fácil, dando inicio a la divertida trama de la comedia clásica que se encuentra en Netflix. Para ver a Roberts en su máximo esplendor y revivir escenas como en las que todos cantan I say a little prayer.
La probabilidad estadística del amor a primera vista
Después de hacerse conocida mundialmente con su papel de Portia en The White Lotus, Haley Lu Richardson retornó al streaming en La probabilidad estadística del amor a primera vista.
La comedia romántica de Netflix inspirada en la novela homónima de Jennifer E. Smith, la misma autora detrás de Hola, adiós y todo lo que pasó, otra cinta de este subgénero de la plataforma.
En la cual Richardson encarna el rol protagónico de Hadley Sullivan, la veinteañera que experimenta un gran e inesperado cambio en su vida al volar desde Nueva York a Londres.
Como lo muestra la película original dirigida por Vanessa Caswill, que logra involucrar por completo en su trama simple, pero cautivante, que se desarrolla en solo unas horas.
Que se inicia cuando Hadley conoce en el aeropuerto a Oliver (Ben Hardy), un universitario inglés con el que compartirá vuelo y entablará una inmediata conexión que cambiará su existencia.
Amor al cuadrado por siempre
Hace dos años, y a pesar de su tibia recepción por parte de la crítica, la comedia romántica polaca Amor al cuadrado se convirtió en uno de los títulos preferidos del público de Netflix.
Algo que consiguió con una trama simple y bastante predecible, que combinaba la popular creencia de que los polos se atraen con un juego de dobles personalidades.
En donde por un lado estaba la profesora Monika (Adrianna Chlebicka), que trabajaba como modelo, y por el otro Stefan (Mateusz Banasiuk), un periodista mujeriego que se hacía llamar Enzo.
Los mismos personajes que se enamoraron y encararon nuevos obstáculos en una secuela, para ahora protagonizar una última película donde están a punto de contraer matrimonio.
Y como Stefan quiere casarse por la iglesia, recurre a la parroquia del padre Wiktor (Olaf Lubaszenko), quien le pide un favor antes de la boda que reunirá al periodista con una antigua novia.
Dieciocho otra vez
Mientras en las cintas Si tuviera 30 y Quisiera ser grande, los personajes de Jennifer Garner y Tom Hanks pasaron de niños a adultos, a la protagonista de Dieciocho otra vez le ocurre lo contrario.
Ya que en la cinta sueca de Netflix, dirigida por Jonatan Etzler, su personaje principal deja de improviso la adultez para reencontrarse con los despreocupados días de su adolescencia.
Una drástica y repentina vuelta a la juventud que es el corazón de una cinta que apuesta por la comedia mezclada por el drama, a lo largo de 85 minutos de una rápida y singular narración.
La que se inicia con Amelia (Tindra Källström) en medio de su fiesta de 18 años, a comienzos de los 2000, cuando su grupo de amigos la celebra y le afirman que su futuro será prometedor.
Pero los años pasan y, al celebrar los 40, Amanda (Hedda Stiernstedt) se encuentra sola y desempleada. Aunque todo empeora cuando un accidente la hace vivir su cumpleaños 18 una y otra vez.
Medianoche en París
Luego de estar nominado para Mejor Guión Original en los Oscar y los BAFTA por su libreto para Los excéntricos Tenenbaum junto a Wes Anderson, en 2012 Owen Wilson postuló por primera vez a un galardón por interpretación -al Globo de Oro como Mejor Actor-, gracias a su rol en la comedia Medianoche en París, de Woody Allen.
La que marcó un punto de inflexión en la carrera del actor estadounidense que en ese momento ya llevaba años demostrando su talento en el humor, en especial con sus múltiples colaboraciones con el mencionado Anderson, además de algunas cintas de otros géneros, como el drama bélico Tras las líneas enemigas.
Todo gracias a su encarnación en pantalla de Gil Pender, un guionista que tiene un nombre en Hollywood, pero sueña con ser novelista y se ha embarcado en la creación de un libro sobre el dueño de una tienda de objetos que despiertan la nostalgia. Un sentimiento que además es parte esencial de su carácter.
Por eso se maravilla con todos los rincones con historia que posee París, mientras visita la ciudad junto a su novia Inez (Rachel McAdams) y los conservadores padres de ésta. Pero su asombro es aún mayor luego de que una noche se pierde en una de sus calles y es invitado por unos desconocidos a sumarse a su diversión.
Lo que lo lleva a un fantástico viaje al pasado, a la bohemia Ciudad Luz de los años 20, donde conoce a figuras artísticas de la época como Zelda y F. Scott Fitzgerald (Alison Pill y Tom Hiddleston), además de Adriana (Marion Cotillard), una diseñadora de modas que es amante de Picasso y atrae su atención inmediatamente.
A todos los chicos: para siempre
La exitosa saga romántica de Netflix, que se inició en 2018 con la película A todos los chicos de los que me enamoré, estrena ahora su tercera entrega, justo en la previa de San Valentín.
Esta vez su relato se inicia lejos de Portland, en Seúl, hasta donde viajaron Lara Jean (Lana Condor) y su familia. Un reencuentro con el lugar de origen de su madre desde donde la joven llama a Peter (Noah Centineo) para reafirmar su romance.
Pero al volver a casa, unas pequeñas nubes aparecen en el casi perfecto mundo de Lara Jean, cuando no la aceptan en la Universidad de Stanford, a la cual, como tenía planeado, iría con Peter al culminar la secundaria. Algo que sucederá en pocos meses, pero antes deberán experimentar otros momentos y desafíos.
Así, entre cierres e inicios, la película muestra el primer paso de sus protagonistas a la vida como adultos, una aventura donde están nuevamente presentes la emoción del primer amor y la química de sus protagonistas, que hace de la tercera cinta con las vivencias de Lara Jean un imperdible para los adolescentes y los jóvenes de corazón.
Tu casa o la mía
Reese Whiterspoon y Ashton Kutcher protagonizan la comedia romántica escrita y realizada por Aline Brosh McKenna, en su debut en la dirección tras ser guionista de cintas como El diablo viste a la moda.
Una nueva faceta para Brosh donde además tiene la misión de guiar a Witherspoon en su retorno a las películas y un género muy conocido para ella, luego de estar enfocada en su rol de productora.
¿El resultado? Una cinta atractiva y con varios momentos de diversión, que, como es de esperar, tiene como unos de los elementos claves el perpetuo encanto de Witherspoon en pantalla.
La cual parte en 2003, cuando Debbie (Witherspoon) y Peter (Kutcher) comparten una apasionada noche. Sin embargo, 20 años después son grandes amigos que viven en costas opuestas de EE.UU.
Por lo que cuando ella debe asistir a un curso en Nueva York, él la invita a quedarse en su departamento, mientras él viaja a Los Angeles para cuidar a Jack (Wesley Kimmel), el hijo de Debbie.
Eres tú
Álvaro Cervantes retornó con la comedia romántica Eres tú, luego de haberse convertido en una especie de embajador de los títulos españoles en Netflix con El tiempo que te doy y Loco por ella.
Y lo hace en el rol de Javier, el protagonista de una cinta donde romance y humor se combinan con la ficción para relatar una historia relacionada con la posibilidad del “amor al primer beso”.
La cual logra enganchar con el ritmo de su narración y el juego que hace con los pequeños viajes al futuro de algunas de sus escenas, donde se conoce la inusual capacidad que tiene Javier.
Ya que este editor madrileño puede saber cómo será el futuro con una pareja con solo darle el primer beso. Un don que le complica la vida tras accidentalmente besar a Lucía (Silvia Alonso).
La novia de su mejor amigo, el podólogo Roberto (Gorka Otxoa), con la que hasta ese momento tenía tensos encuentros, pero que en su visión del futuro podría ser la mujer que lo haga feliz.
Matrimillas
Esta película argentina apuesta por la comedia y el romance, con varios desencuentros, además de una aplicación que promete cambiar la relación de la pareja protagónica de su relato.
El que se inicia cuando ellos se conocen debido a un accidente: cuando un distraído Federico (Juan Minujín) choca y saca la puerta trasera del auto que recién había comprado Belén (Luisana Lopilato).
Para años después mostrarlos casados y como padres de una adolescente y un niño, mientras se preocupan de sus respectivos trabajos: él como odontólogo y ella a cargo de su tienda de juguetes.
Sin embargo, los pequeños detalles diarios han comenzado a hacer salir a flote pequeñas complicaciones entre Belén y Fede, en especial por la actitud despreocupada de este ante el manejo de la casa.
Lo que hace a la protagonista seguir el consejo de su hermana de que visiten Equilibrium, donde adquieren una app que se maneja por medio de relojes inteligentes y promete mejorar su matrimonio.
Navidad de golpe
Algo predecible, pero entretenida y emotiva, es esta película que tiene como protagonista a Lindsay Lohan en el rol de Sierra, la hija del magnate de los hoteles Beauregard Belmont (Jack Wagner) .
La cual poco antes de Navidad recibe la propuesta de matrimonio de su novio, el influencer Tad Fairchild (George Young), para después tener un accidente que la hace caer de la cima de una montaña.
Tras lo que es rescatada por un lugareño llamado Jake Russell (Chord Overstreet), quien la traslada rápidamente al hospital donde descubren que está amnésica, por lo que él ofrece acogerla en su hostal.
Lugar en que el viudo vive junto a su hija Avy (Olivia Perez) y su suegra Alejandra (Alejandra Flores), y donde Sierra, que ahora se hace llamar Sarah, comenzará a descubrir el encanto de las cosas simples.
Romance en Verona
Los suscriptores de Netflix conocen a Tom Hopper como Luther Hargreeves, uno de los siete adoptados por Sir Reginald para salvar al mundo en la exitosa serie The Umbrella Academy.
Por eso muchos se sorprenderán al ver al actor británico como un soberbio galán en Romance en Verona, comedia romántica del director Mark Steven Johnson, quien antes ya había visitado el género con títulos como Amor garantizado.
Ahora vuelve al servicio de streaming con esta exitosa película y que Hopper protagoniza junto a Kat Graham (The vampire diaries), una maestra de escuela estadounidense, a quien conoce en la ciudad donde se ambienta Romeo y Julieta, cuando ambos y sin conocerse deben compartir un departamento alquilado.
Una convivencia que desata una serie de desencuentros entre la pareja debido a sus opuestas personalidades, aunque poco a poco irán encontrando puntos en común y empapándose del romántico aire que se respira en la ciudad.
¡Qué duro es el amor!
Netflix adelantó el ambiente navideño con esta comedia romántica donde el catfishing, o la usurpación de identidad en las redes sociales afecta a una treintañera de Los Angeles que busca a su media naranja en una aplicación de citas.
Su nombre es Natalie Bauer (Nina Dobrev) y al comienzo del relato es “víctima” de fallidos encuentros que concreta a través de dicha aplicación, los que replica en la columna que escribe para el sitio Slash Media, que se ha convertido en su manera de ganarse la vida.
De esa manera conoce a Josh Lin, un atractivo fanático de las actividades al aire libre que vive al otro lado del país, en Lake Placid, Estado de Nueva York. El cual tiene ascendencia asiática, habla tres idiomas, es simpático y comienza a comunicarse con ella a diario.
En Navidad decide visitarlo sorpresivamente, pero al llegar se da cuenta de que Josh (Jimmy O. Yang) no tiene nada ver con las fotos que de él había visto en internet.
Ahí parte una sucesión de situaciones predecibles y engaños objetables, que logran entretener al espectador por varios momentos, sin llegar a ser memorables.
Un maridaje perfecto
La combinación de romance con vinos o viñedos tiene su lugar asegurado en el mundo fílmico, por lo que de vez en cuando aparecen películas como Un maridaje perfecto, la cinta donde Victoria Justice es Lola Alvarez.
La vendedora de la importadora de vinos Mythos que decide conseguir la distribución de los vinos australianos de Hazel Vaughn. Sin embargo, una compañera de trabajo se adelanta y presenta como su proyecto esa misma cuenta.
Ante lo que la ejecutiva decide renunciar a Mythos y comenzar su propia importadora, para lo que viaja a Australia y visita a Hazel en la granja de ovejas de su familia. Sin embargo, la empresaria vitivinícola se niega a cambiar de distribuidor.
Pero para demostrar su esfuerzo y perseverancia, Lola decide ofrecerse como la nueva ovejera del lugar. Un trabajo donde tendrá como guía a Max (Adam Demos), el jefe de la quinta que le enseñará cómo arreglar las vallas y cuidar ovejas.
Al mismo tiempo que la protagonista se gana la amistad de sus compañeros de labor y comienza a conquistar el corazón del misterioso Max. En el eje de una comedia romántica que puede ser tan predecible como cautivadora.
Tratamiento real
Cuando era una quinceañera, Laura Marano conoció la fama como actriz gracias a su rol protagónico en Austin & Ally, de Disney Channel. Un papel al que algunos años después ha sumado la labor de productora, como lo hace en la película Tratamiento real.
Un título que además marca su segunda participación en una cinta original de Netflix, luego de La cita perfecta (2019), reservándose además la oportunidad de encarnar a su personaje principal: Isabella, o simplemente Izzy, una joven y consciente peluquera de Nueva York, dueña del Salón Bellisime, de la Calle 183.
Lugar donde un día debe arreglar el pelo del Príncipe Thomas de Lavania (Mena Massoud, Aladdin) para su compromiso matrimonial, después de que el asistente real se equivoca de peluquería.
Ahí, él decide recomendarla a la familia de su novia para que los asista en los preparativos de la boda que se realizará en Lavania, hasta donde viaja Lola. Con la protagonista en medio de la capital de ese país, se inicia una trama bastante habitual para este tipo de cintas, donde los opuestos se atraen irremediablemente.
Pero también están presentes los problemas que un tipo de relación entre la realeza y gente normal provoca. En especial cuando la considerada estilista logra despertar en Thomas una gran conciencia social que va en contra de los planes de su estricto padre.
Él es así
Ella es así es una comedia romántica de fines de los 90, protagonizada por Freddie Prinze, Jr y Rachael Leigh Cook, que se convirtió en éxito de taquilla. Más de dos décadas después de su estreno, su historia vuelve remozada a través de Netflix con Él es así.
En la original, un joven apuesta con un amigo que es capaz de convertir a cualquier chica en la reina de la secundaria, escogiendo para eso a la menos popular. P
ero en este remake centennial los roles se invierten y es una adolescente la que hace la apuesta: Padgett Sawyer (Addison Rae), una influencer que promete a sus amigas que transformará en el rey de la fiesta al más perdedor del instituto.
El elegido es Cameron Kweller (Tanner Buchanan), un joven poco sociable, al que siempre le hacen bullying y acostumbrado al bullying, que ama los caballos y la fotografía análoga.
Para lograr su plan, poco a poco Padgett se acerca a Cameron, con quien logra cierta afinidad. Luego, hasta incluso consigue cambiar su look, haciendo que se vea más atractivo y que ahora ella lo vea con nuevos ojos.
Desde entonces es fácil saber más o menos lo que sigue, sobre todo porque ya se vio en la cinta original de los 90 y porque las historias de opuestos que se atraen se han contado una y mil veces en el cine.
Amarrados al amor
Como una comedia romántica inusual puede catalogarse esta película surcoreana, que explora otra faceta de las relaciones personales.
Bajo la dirección de Park Hyun-jin lleva a la pantalla el webcomic Moral sense -o The sensual M-, de Gyeowool, que muestra la historia de un oficinista que esconde sus fantasías sexuales hasta que conoce a una compañera que podría ser su dominatrix.
Una película claramente enfocada en el público adulto que cuenta con otra característica diferenciadora: la protagonizan las estrellas del k-pop Seohyun, del grupo femenino Girls’ Generation o SNSD, y Lee Jun-young, de U-KISS.
Aunque tiene un desenlace que se veía venir, igualmente logra emocionar con un relato que transita por diferentes emociones, desde lo erótico, pasando por la comedia, hasta lo romántico.
Quizás para siempre
Ali Wong y Randall Park son los protagonistas y creadores de la historia original en que se basa esta comedia, que muestra cómo la amistad puede convertirse en verdadero amor. Y lo hace a través de un relato centrado en Sasha Tran (Wong) y Marcus Kim (Park), quienes se hacen muy amigos siendo niños, cuando eran vecinos en un barrio de San Francisco.
Un compañerismo que nace a mediados de los 90 y se ve fortalecido por el hecho de que Sasha queda casi todo el día sola en su casa, ya que sus padres deben atender el negocio familiar, por lo que pasa varias horas en el hogar de Marcus y sus papás, Harry (James Saito) y Judy (Susan Park), quien le enseña a la niña todas sus recetas coreanas.
Con la adolescencia también llega para ellos su despertar sexual, que los lleva a tener una relación que termina mal y empeora cuando ella se va a Los Angeles. Dieciséis años después, Sasha es una famosa chef que abrirá un nuevo restaurante en San Francisco, por lo que arrienda una casa por los dos meses que volverá a vivir en su ciudad natal.
Y es cuando decide poner aire acondicionado en su hogar temporal que se reencuentra con Marcus, quien trabaja con su papá instalando dichos equipos. Esto da pie al reinicio de su amistad y tal vez algo más. En una recomendable comedia romántica donde también Keanu Reeves despliega su humor, interpretando una versión caricaturizada de sí mismo.
Soltero en Navidad
No es novedad que en cada temporada prenavideña se sumen a la oferta de la TV, el cable y el streaming, series y películas ambientadas en las festividades. Entre las cuales siempre se cuenta alguna que muestra una historia de romance y comedia con una pareja heterosexual. Lo que cambia por completo gracias a Soltero en Navidad.
La realización donde la trama se centra en Peter (Michael Urie), un ejecutivo que desde hace tres meses tiene como pareja a un atractivo cardiólogo y está expectante de poder presentarlo a su familia en Nochebuena. Pero su mejor amigo y compañero de casa, Nick (Philemon Chambers), descubre que el médico está casado.
Esto desilusiona a Peter no tanto en lo sentimental, sino en el hecho de que nuevamente llegará soltero a la celebración navideña de su familia en New Hampshire. Sin embargo, encuentra rápidamente la solución: que Nick lo acompañe asegurando que su amistad se convirtió en amor y ahora son novios.
Pero luego de su viaje desde Los Angeles a la nevada Bridgewater las cosas no salen como esperaban, porque la madre del protagonista, Carole (Kathy Najimy), le organizó una cita a ciegas con su profesor de gimnasia. Ante lo que Nick aprovecha de no poner en marcha lo del noviazgo y continuar como su amigo.
Algo en lo que no están de acuerdo las sobrinas y el padre de Peter, que ven a su compañero de casa como el mejor prospecto como su pareja desde hace mucho tiempo. En el inicio de un relato cálido, que expone con normalidad una relación LGBTQ+ e incluye a una figura de la comedia como Jennifer Coolidge.
Loco por ella
Un centro psiquiátrico es el escenario de esta comedia romántica española, que muestra la historia de un periodista que hará lo imposible por conquistar a la chica de sus sueños.
Él es Adrián Mallo (Álvaro Cervantes) y la chica es Carla (Susana Abaitua), a quien conoce en un pub de Barcelona. Ella lo invita a que la siga a otro lugar y, sin hacerse de rogar, Adri la acompaña y terminan en un hotel cinco estrellas, en un matrimonio al que no fueron invitados y del que terminan ocupando las habitación reservada a los novios antes que ellos.
Pero la cita apasionada termina cuando Carla se retira rápidamente. Sin embargo, deja detrás una chaqueta de cuero que Adri conserva con la esperanza de dar con su paradero, al quedar completamente prendado de ella.
Pronto se entera de que está interna en una institución mental y que es maníaco depresiva. Pese a eso, él hace todo lo posible por ingresar ahí y estar con ella. Un entorno inusual donde Adri descubrirá a personas entrañables y comenzará a acercarse cada vez más a la chica de sus sueños.
Amor de calendario
¿Cómo se pasan las fiestas anuales sin una pareja? Eso es lo que cuestiona Amor de Calendario, una cinta donde aparece el concepto de “fiestamigo”, o holidate en el inglés original.
Este consiste en tener a un conocido con el que te llevas bien, y con quien irás a las reuniones familiares de Navidad, San Valentín o Pascua de Resurrección.
Eso es lo que hace, justamente, su protagonista Sloane (Emma Roberts), una profesional que a sus casi 30 años sigue soltera, y quien hace un trato con el australiano Jackson (Luke Bracey), para asistir a todos esos eventos, en que su madre y hermanos la critican por no tener una relación formal.
Así comienzan una serie de celebraciones que reafirman la química entre ellos y que incluye una alcoholizada noche de sexo. Eso, hasta que un pequeño accidente lo cambia todo y Jackson se da cuenta que sus sentimientos han variaso, pero Sloane se niega a abrir su corazón.
El stand de los besos
En 2018 Netflix estrenó una película juvenil que apostó por la comedia mezclada con el romance. Su título era El stand de los besos y se convirtió en éxito de audiencia con la historia de la adolescente Shelly “Elle” Evans (Joey King).
El inicio de un trilogía con millones de seguidores en el mundo, que hace poco llegó a su fin con su última entrega.
En su trama Elle y Lee Flynn (Joel Courtney) habían sido los mejores amigos casi desde sus nacimientos, un lazo que se había afianzado aún más tras la muerte de la madre de Elle y que, para que funcionara perfectamente, los obligaba a cumplir algunas reglas; como la que decía que ella no debía fijarse en el atractivo hermano mayor de Lee, Noah (Jacob Elordi).
Sin embargo, algunas cosas no pudieron controlarse y la chica terminó muy conectada con Noah a espaldas de su compañero de aventuras, y todo por culpa de una feria escolar donde los amigos recaudaron dinero con un puesto donde se pagaba por besar a alguien.
El resort del amor
La cantante Alicia Keys es la productora de esta comedia romántica, donde una joven, Erica Wilson (Christina Milian), acepta un trabajo como cantante de un resort en la paradisíaca isla africana de Mauricio, frente a Madagascar.
Ahí, ella se entera de que tiene que cantar en fiestas de bodas, entre ellas, en la de Jason King (Jay Pharoah), quien es ni más ni menos que el hombre con quien se iba a casar hace un año y que le rompió el corazón.
Desde ese momento se suceden una serie de enredos, secretos y nuevos romances, de esos que nunca faltan en las comedia románticas. También las canciones de amor, una lista que va de clásicos como (I’ve had) The time of my life, de Bill Medley junto a Jennifer Warnes, y I will survive, de Gloria Gaynor, en versiones cantadas por Erica, hasta el No one de Alicia Keys.
Y pese a su liviandad, la historia logra entretener y llevar de viaje espectador a eses destino paradísiaco que es escenario de su relato, al menos por los 100 minutos que dura. Además, se hace llevadera porque tiene la cantidad justa de azúcar y por el encanto de Christina Millian, quien además es de actriz es cantante y compositora.
La típica Navidad
La película noruega La típica Navidad se sumó a la oferta festiva de Netflix con una historia con romance y comedia, pero también diferencias culturales.
Las que son parte de la película escrita y dirigida por Petter Holmsen (Post mortem: Nadie muere en Skarnes) que, como se revela en pantalla, está inspirada en la vida real.
La que inicia su relato muy lejos del norte de Europa, en la estadounidense Los Angeles, donde Thea (Ida Ursin-Holm) y Jashan (Kanan Gill) viven juntos desde hace un tiempo.
Una relación que pasa a una etapa completamente diferente después de que se comprometen en matrimonio y Thea invita a su novio a celebrar Navidad con su familia en Noruega.
Pero hay un pequeño detalle: Thea todavía no le ha contado a su mamá, Anne-Lise (Marit Andreassen) sobre su compromiso y tampoco que su futuro yerno es de la India.
Amor de cuento
El romance perfecto no existe. Al menos esa es la premisa de esta comedia romántica, que se ríe de las relaciones que simulan ser una historia de Disney.
Su protagonista es Andrea (Iliza Shlesinger), una actriz de 35 años dedicada el stand up, pero que pese a que audiciona para películas o series, sus planes profesionales nunca le resultan como quisiera.
Saliendo de una audición conoce a Dennis (Ryan Hansen), cuando estaba por subirse a un avión de regreso a casa. De pronto, este tipo formal que parece muy inteligente, serio y, a la vez, divertido, se convierte en su mejor amigo.
Por supuesto, la relación avanza hasta que Andrea acepta que está enamorada de él, pese a sus evidentes diferencias. Sin embargo, cuando el amor parace ir en marcha se da cuenta que este hombre que supuestamente estudió en la universidad de Yale, le ha estado mintiendo sobre su vida.
Una película entretenida para pasar una tarde de relajo con una taza de café o chocolate caliente, sobre todo cuando sorprende con un cambio de giro, que convierte a los personajes en seres siniestros que se mienten en cada momento para lograr una mejor vida.
La cita perfecta
Hay varias comedias románticas en Netflix que tiene como principal atractivo al galán adolescente Noah Centineo.
Es el caso La cita perfecta, película que se estrenó en 2019 y que se basa en la novela juvenil de Steven Bloom.
Ahí, Centineo encarna a Brooks Rattigan, un joven con buena pinta, de familia humilde y muy ambicioso, que como metas tiene la de llegar a la Universidad de Yale y conquistar a la chica más popular de su generación.
Para obtener ambas cosas se ve envuelto en una trama de pequeñas mentiras y de una vida falsa que incluso lo lleva a tener una app para acompañar mujeres y firgir ser quien ellas quieran que sea (ojo, sin sexo de por medio).
A su lado están su padre, quien lo ha criado solo después de que su esposa los abandonara; su mejor amigo, a quien va dejando de lado en ese camino de mentiras, y a Celia (Laura Marano), una chica guapa pero medio desastrada que se va transformando en su mejor consejera.
Amor garantizado
Esta cinta tiene todos y cada uno de los ingredientes y clichés de la comedias romántcias: protagonistas apuestos, romance, humor, una que otra complicación y hasta un final feliz.
Su protagonista es Susan Whitaker (Rachel Leigh Cook), una joven abogada que es dueña de una pequeña oficina en Seatttle donde trabaja junto a sus dos asistentes, Denise (Lisa Durupt) y Roberto (Sean Amsing).
Aunque últimamente el negocio no va bien y el dinero escasea, por eso decide tomar el inisual caso con el que llega Nick Evans (Damon Wayans Jr), un terapueta: desea demandar a una app de citas porque no encontró el amor.
Según Nick, la empresa Amor Garantizado promete que hallarás el amor dentro de las primeras mil citas. Pero él tuvo las mil citas y no lo encontró y por eso pedirá una compensación económica.
Así se va librando la batalla legal contra la app de citas mientras el amor florece en una comedia romántica con unos protagonistas fáciles de querer, mucho azúcar y unas bonitas postales invernales de Seattle.
Amor. Boda. Azar.
Se trata de una comedia particular, que se ambienta en una boda en las afueras de Roma.
Donde el inglés Jack (Sam Claflin) está a punto de llevar al altar a su hermana Hayley (Eleanor Tomlinson), quien se casará con el italiano Roberto (Tiziano Caputo)
Desde ahí se produce una serie de situaciones absurdas, en la que vemos diferentes versiones del mismo día y que recuerda mucho a otra cinta también escrita por el directror Daniel Craig, Muerte en un funeral.
Sierra Burgess es una loser
Esta versión moderna de la historia de Cyrano de Bergerac alcanzó gran popularidad el 2018 entre los adolescentes y se posicionó como una de las grandes películas románticas recientes.
Por si fuera poco, tiene a uno de los actores adolescentes que más suspiros saca en las jóvenes, Noa Centinero.
En la historia, una día la joven impopular Sierra (Shannon Purser) empieza a recibir mensajes de texto de Jamey, un atleta nada popular (Noah Centineo).
Aunque todo es una confusión, porque Jamey piensa que es el numero de Verónica (Kristine Froseth). Esto lleva a Sierra a caer rendida a los pies del atleta.
Intercambio de princesas 2
¿Viste la original de Intercambio de princesas, una de las comedias románticas destacadas de Netflix? Su secuela la también tiene altas dosis de romance y risas.
En la cinta de 2018, Vanessa Hudgens (High School Musical) se puso en la piel de la repostera Stacy De Novo y también en la de Lady Margaret Delacourt, duquesa de Montenaro.
Un doble papel que vuelve a interpretar en esta secuela, donde las casi gemelas se reencuentran en Montenaro, cuyo trono Lady Margaret heredó inesperadamente. Un coronación que enfrentará en Navidad y acompañada por Stacy.
Pero todo se complica cuando aparece Lady Fiona Pembroke (la misma Vanessa Hudgens), prima hermana de la heredera al trono que no solo es igual a ella -a excepción de su pelo rubio y desfachatada actitud-, sino que también a Stacy.
Así, Hudgens se triplica en la pantalla, en una comedia que repite su fórmula básica, pero que a su trama agrega algunas cuotas de suspenso y acción.
Te quiero, imbécil
Marcos (Quim Gutiérrez) es un hombre con muy poca suerte en el amor, así lo asegura él, quien luego de ocho años de relación pidió matrimonio a Ana, pero esta no sólo lo rechazó, sino que también le pidió que se fuera de la casa que compartían.
Así, el protagonista de esta divertida y fresca comedia romántica española, termina viviendo con sus padres, a los 35 años y sin dinero.
Para lograr una nueva relación Marcos decide cambiar su apariencia. Eso, haste que se reencuentra con una compañera de instituto, Raquel (Natalia Tena), una tatuadora que toca el acordeón y que tiene las cosas más claras que él.
A todos los chicos de los que me enamoré
Otra con Noah Centineo, una comedia romántica del 2018 original de Netflix, basada en la novela del mismo nombre.
La protagonista es Lara Jean (Lana Condor), una chica que guarda sus cartas de amor en una caja. Son cinco cartas, una por cada chico que le gusta, en las que se muestra tal cual es.
Eso sí, su intención no es enviarlas. Pero un día alguien las manda por equivocación y pasa a estar totalmente fuera de control.
Ojo, que en Netflix están sus dos secuelas, A todos los chicos: P.D. Todavía te quiero y A todos los chicos: para siempre.
Amor al cuadrado
Dirigida por Filip Zylber, esta cinta polaca recurre a la conocida, pero efectiva creencia -ya varias veces llevada a la pantalla-, de que “los opuestos se atraen”.
Su relato comienza presentando a sus dos protagonistas. La primera es Klaudia (Adrianna Chlebicka), una exitosa modelo. Por el otro lado está Enzo (Mateusz Banasiuk), un conocido modelo que vive gracias a su apariencia y su buena llegada entre las damas. Pero su nombre no es Enzo, sino que Stefan y el lujoso automóvil que conduce no es de su propiedad, sino que prestado.
Pero él no es el único con falsas apariencias, ya que Klaudia tampoco es quien se supone. Su verdadero nombre es Monika y es una tímida profesora que debe ejercer como modelo solo por el dinero, en especial cuando su padre le adeuda una gran suma a un mafioso.
Y, como es de esperar, los caminos de Klaudia/Monika y Enzo/Stefan se unen cuando ambos coinciden en la grabación de un comercial, dando inicio a un juego de identidades en momentos bastante poco creíble -que hace a recordar a Clark Kent y Superman-, pero que no logra restar a Amor al cuadrado el atractivo de su simple y efectiva mezcla de comedia y romance.
Amor en obras
Una comedia liviana con romance y bonitos paisajes de Nueva Zelanda. Esa es la sencilla promesa, cumplida, de Amor en Obras, cinta de Netflix protagonizada por la actriz y cantante Christina Milian.
Ella interpreta a Gabriela, una profesional de San Francisco (EE.UU.) que la misma semana rompe con su novio y queda sin trabajo.
Algo desesperanzada, en la web encuentra una oferta para hacerse cargo de un -en apariencias- precioso hostal en medio del campo neozelandés. Una vez allá se da cuenta de que la casona requiere una completa refacción, labor en que encuentra la ayuda de un guapo galán local (Adam Damos) que también tiene el corazón roto.
Ambos irán reconstruyendo la posada y armando un romance que, de todas maneras, no se da nada de fácil y tiene sus obstáculos.
Solterísima
Aunque el subgénero que mezcla comedia y romance, conocido en inglés como rom-com, es parte esencial del cine de Hollywood, películas como Solterísima llegan para demostrar que también se pueden hacer este tipo de cintas en diferentes rincones del mundo.
En este caso en Sudáfrica, en donde se narra la singular historia de Dineo (Fulu Mugovhani), una experta en redes sociales que trabaja en una agencia de publicidad y que ni más ni menos que en pleno Día de los Enamorados se entera de que su novio rompió con ella.
Esto no solo la sumerge en la depresión, sino que también la obliga a volver a vivir con Noni (Tumi Morake), su mejor amiga, quien está decidida a que Dineo olvide las penas del corazón en su compañía y también con algo de baile y varias copas.
Así va sufriendo una tras otra decepción amorosa, en una comedia simple, pero entretenida, anclada en el humor y el romance y que posee un importante ingrediente adicional: el compañerismo a toda prueba de sus protagonistas.
Guía de viaje hacia el amor
Diferentes películas han sido parte de la carrera de Rachael Leigh Cook, pero la comedia romántica tiene un lugar especial, desde la noventera Ella es así hasta Guía de viaje hacia el amor.
La nueva cinta original del servicio de streaming donde la actriz, bajo la dirección de Steven K. Tsuchida, encarna a Amanda Riley, una joven ejecutiva de la agencia Turista del Mundo de Los Ángeles.
La que sufre un quiebre en su vida cuando su pareja desde hace cinco años, John (Ben Feldman), le pide que se separen, al mismo tiempo que su jefa le encarga una misión lejos de EE.UU.
En la que debe viajar a Vietnam como una clienta encubierta para evaluar en terreno el funcionamiento de Estrella Plateada de Saigón, la empresa familiar de turismo que Mona quiere comprar.
Esto la pone de un día para otro en suelo vietnamita para iniciar un tour donde conocerá nuevos lugares y personas, en medio de una narración con romance y algo de promoción turística.
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