El líder opositor ruso Alexei Navalny murió este viernes de manera repentina en la prisión ártica en la que se encontraba desde diciembre pasado, según informó el servicio penitenciario de la región de Yamalo-Nenets, donde cumplía condena.
“Se le practicaron los necesarios procedimientos de reanimación, que no dieron ningún resultado. Los médicos de urgencias constataron la muerte del condenado. Se están estableciendo las causas del fallecimiento”, señaló el comunicado oficial sobre el deceso de Navalny, de 47 años; al tiempo que acotó: “El 16 de febrero de 2024, en el centro penitenciario N°3, el prisionero Navalny A.A. se sintió mal después de un paseo”.
El opositor purgaba una pena de 19 años de cárcel por “extremismo”.
En tanto, el Kremlin dijo que no tiene información sobre las causas de la muerte de Navalny. Así lo anunció el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, minutos después de conocerse la noticia.
“Los médicos tienen que aclararlo”, expresó Peskov, citado por la agencia TASS, después de que los servicios penitenciarios confirmaran la muerte del político. También sostuvo que el presidente, Vladimir Putin, ya “fue informado”.
Principal opositor a Putin y aguerrido luchador contra la corrupción de las élites rusas, Navalny estaba decidido a seguir enfrentándose al Kremlin tras haber sobrevivido a un envenenamiento. Este abogado decidió volver a Moscú en enero de 2021, donde fue detenido ni bien llegó al aeropuerto.
Ese regreso a Rusia parecía casi imposible en agosto de 2020, cuando el carismático opositor llegó a Berlín a bordo de un avión medicalizado. Unos días antes, se había enfermado súbitamente en un avión en Siberia y estuvo ingresado 48 horas en un hospital ruso.
Tras tres semanas en coma, tres laboratorios europeos concluyeron que el principal opositor ruso fue víctima de una sustancia neurotóxica del grupo de Novichok, creada en la era soviética para fines militares.
Tras sobrevivir a este presunto intento de asesinato, Navalny no ha tardado en contraatacar. A mediados de diciembre de 2020 difundió una conversación telefónica en la que desenmascaraba a uno de los agentes de los servicios de seguridad rusa (FSB) para que admitiera que quisieron envenenarlo.
Para el opositor, el envenenamiento fue orquestado bajo la orden directa del presidente Vladimir Putin, su enemigo jurado, que no pronunciaba nunca su nombre. El mandatario rechazó todas las acusaciones.
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