Hago este video para que el señor presidente [Daniel Noboa] lo vea. Yo me quiero entregar, mi vida corre peligro. Entienda, presidente. Usted garantice mi vida, que no me va a pasar nada, y yo me entrego”. El video de Fabricio Colón Pico, caudillo de la banda Los Lobos, se hizo viral de inmediato. Señalado por preparar un atentado contra la fiscal general de Ecuador, Capitán Pico se fugó de la prisión de Riobamba durante la noche de terror del martes pasado en el país andino, entre bombazos y disparos.
Su fuga y la de Adolfo Macías, alias Fito, cabecilla de Los Choneros, en una exhibición de poder e impunidad criminal, forzaron la declaración de “conflicto armado interno”. Un Estado bajo ataque del narcotráfico en una ola de violencia jamás vista, ejecutada por las bandas locales convertidas en poderosas sucursales de los carteles mexicanos. Un desafío descarado que provocó el despliegue de las Fuerzas Armadas en una pulseada pocas veces vista en la región.
La organización Insight Crime identificó cuáles son los cinco grupos armados o bandas transnacionales que lideran el crimen en América Latina, que pese a no sumar el 10% de la población global protagoniza más del 40% de sus muertes violentas.
Ejército de Liberación Nacional (ELN)
Con más de 5000 guerrilleros, opera en Colombia y Venezuela.Narcotráfico, secuestros, extorsiones y control social en beneficio del régimen venezolano son sus principales delitos. El famoso Cura Pérez (Manuel Pérez, español de nacimiento) jamás imaginó que su ELN abandonaría sus sueños revolucionarios para convertirse en una multinacional del crimen, gran aliado del chavismo y con negocios millonarios en el narcotráfico. Su actual líder es el Primer Comandante Eliécer Erlinto Chamorro, alias Antonio García, que dejó estupefacta a la opinión pública colombiana hace unas semanas al aclarar que “el ELN no hace secuestros, sólo hace prisioneros y retenidos”.
La explicación se produjo tras el secuestro del padre del futbolista Luis Díaz, la estrella del Liverpool, y en medio de las negociaciones que mantiene con el gobierno de Gustavo Petro, empeñado en llevar a buen puerto su “paz total”.
El ELN encontró su santuario en la Venezuela de Maduro, incluso organizaciones como Human Rights Watch comprobaron que sus guerrilleros patrullan con militares venezolanos. Mientras mantiene su esquema de lucha en Colombia, el ELN participa del control social del gobierno de Nicolás Maduro en varios estados fronterizos, reparte comida subvencionada, impone sus leyes y estira los tentáculos a la zona minera de Bolívar y Amazonas.
Cartel de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación
Rivales a muerte, controlan producción y exportación de cocaína y fentanilo, lavado de dinero, tráfico de seres humanos y armas. Según la DEA, se extendieron por más de 100 países. El cartel mexicano creado por Joaquín El Chapo Guzmán no dejó de crecer a pesar de su extradición y la de su hijo Ovidio a Estados Unidos. Y lo hizo a costa del fentanilo, droga mortal de moda. Washington acusa al Cartel de Sinaloa del aumento sin precedentes de las muertes achacadas a este opioide sintético.
“El fentanilo ilícito contribuyó a casi tres cuartas partes de las cerca de 110.000 muertes por sobredosis registradas en 2022″, confirma Insight Crime, que también reveló que distintas facciones de Sinaloa se disputan otro de los grandes negocios del cartel: el tráfico de emigrantes.
La inmensa crisis migratoria convirtió a México y su frontera norte en el territorio perfecto para engordar sus negocios a costa de miles de desesperados que llegan hasta allí en busca del sueño americano.
El Tren de Aragua
La banda venezolana de crimen organizado se expandió por medio continente: Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Brasil y Estados Unidos. Venta de drogas y armas, tráfico de seres humanos, asuntos carcelarios, prostitución, sicariatos, contrabando y crimen cibernético están entre los crímenes de sus miembros, entre 3000 y 5000.
Es imposible referirse al Tren de Aragua, la última incorporación a la élite de las bandas transnacionales, sin citar al Niño Guerrero, su gran líder, a quien se le suponía en la cárcel venezolana de Tocorón, pero que al acudir los agentes bolivarianos a buscarlo ya no estaba. Todo un clásico de las mafias.
El jefe del Tren de Aragua está en paradero desconocido. Un capo misterioso que desde una celda logró expandir sus tentáculos al mismo ritmo que la diáspora venezolana, más de ocho millones de personas, se repartían por el mundo para huir. Tras la toma de Tocorón por las fuerzas de Maduro, “el suelo se movió bajo los pies del Tren de Aragua; queda por ver si puede consolidar otro refugio para huir y planear sus operaciones, lo que permitirá que su imperio criminal transnacional siga expandiéndose o si será obligado a atrincherarse y debilitarse”, se plantea Insight Crime.
Los Choneros y Los Lobos
Son las principales bandas ecuatorianas que luchan a sangre y fuego por el poder, con exportación de cocaína, microtráfico, extorsión, secuestros. Los primeros cuentan con entre 12.000 y 20.000 soldados; Los Lobos, con 8000 miembros.
Su desafío “terrorista” dio la vuelta al mundo y los ratificó como las sucursales en Ecuador de los carteles mexicanos. Los Lobos, además, son los principales acusados del magnicidio cometido contra Fernando Villavicencio, candidato presidencial.
Al igual que sus “jefes” mexicanos, son enemigos irreconciliables. Gracias a su liderazgo, a la competencia con Los Lagartos y Los Tiguerones, y al empuje de otros grupos pequeños, también considerados ahora terroristas (Chone Killers, Latin Kings, Cuartel de las Feas, Caballeros Oscuros o Fatales), estas bandas transformaron a Ecuador en uno de los países más violentos del mundo, con una tasa de 46,5 crímenes por cada 100.000 habitantes, superando así a Honduras, Venezuela o Colombia.
Mara Salvatruchas (MS13)
Nacida hace 40 años en los barrios salvadoreños de Los Ángeles, se mantiene en El Salvador, con presencia en Honduras, Guatemala, México, Estados Unidos y posiblemente Chile, con ilícitos como extorsión, narcotráfico y trata de emigrantes centroamericanos.
La mano dura de Nayib Bukele y su polémico régimen de excepción debilitaron de forma considerable a los salvatruchas, la pandilla callejera más poderosa de América Central. “Solo le queda el 33% de sus integrantes en libertad. Perdieron mucha de su capacidad para controlar territorio”, dice Insight Crime. Sus células actúan de forma esporádica, aunque conservan esas señas de identidad que las hicieron famosas: lenguaje, estética, tatuajes agresivos, códigos “morales”… Pese a la presión del Estado, informes de la policía aseguran que unas 40.000 personas siguen vinculadas en su país a la MS13. No obstante, las autoridades aseguran que su mano dura desplazó al sur, en especial a Chile, a parte de sus miembros.