La guerra interna en Ecuador con más de 20 organizaciones criminales tiene atemorizados a los habitantes. Desde que el peligroso narcotraficante José Adolfo Macías Villamar, conocido como Fito, líder de Los Choneros, escapó de una cárcel de Guayaquil, el orden público del país fue puesto en jaque.
En medio del desconocimiento de su paradero, otro criminal se fugó de otra prisión: Fabricio Colón Pico, líder de la organización delincuencial Los Lobos. Luego, hombres armados irrumpieron en un canal de televisión y amenazaron a los trabajadores en vivo; también ingresaron a la Universidad de Guayaquil, donde intentaron tomar a los estudiantes como rehenes.
La crisis de seguridad instó al presidente Daniel Noboa a decretar estado de excepción y confirmar que existe un conflicto armado interno en el país. Sin embargo, el problema no es responsabilidad única del vecino país; esta crisis de delincuencia está siendo exacerbada por la criminalidad en Colombia.
De acuerdo con el director de Insight Crime, Steven Dubley, el narcotráfico que invade a Colombia ha sido clave para empeorar el panorama en Ecuador. Así lo explicó el experto en conversación con El Radar, de Blu Radio: “La cocaína producida en Colombia pasa por Ecuador y hace que crezca la economía criminal en este país”, precisó el director.
El poder del narcotráfico colombiano
Aunque el país vecino no es reconocido por ser productor de cocaína, se ha convertido en un importante exportador, según detalló Óscar Palma, docente de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario, a la agencia EFE. De hecho, Guayaquil tiene un puerto por medio del cual salen vastas cantidades de este estupefaciente producido en suelo colombiano, que va a parar a continentes como el asiático.
La exportación de cocaína se ha incrementado debido al aumento de la demanda, por lo que se han generado alianzas entre grupos criminales dedicados al “negocio”, que son de carácter transnacional.
Precisamente, esta vinculación delincuencial ha puesto a actuar a las autoridades colombianas, pensando que, de pronto, alias Fito estaría buscando refugio en el país. Pues, al parecer, el líder de Los Choneros tiene nexos con la estructura Oliver Sinisterra en Nariño, que pertenece a la Segunda Marquetalia, una disidencia de las antiguas Farc, y con el frente Carolina Ramírez en Putumayo.
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