Sophie Marceau, distinguida actriz y escritora francesa, reconocida por sus roles en filmes como La Boum y su secuela o Braveheart o Firelight, partes de un larguísimo listado, sorprendió hace un tiempo cuando confesó que era sapiosexual.
Su arranque de honestidad, en medio de una entrevista por el lanzamiento de La Souterraine —su última obra que reúne poemas, relatos y fábulas—, de inmediato despertó curiosidad.
¿A qué se refería con eso la mujer de 56 años?
De acuerdo a la Real Academia Española, para partir sobre una base, el término sapiosexual si bien no aparece registrado en el diccionario académico, “es un neologismo reciente acuñado para referirse a quienes se sienten sexualmente atraídos por personas que estimulan su intelecto”.
En resumidas cuentas, ser sapiosexual es sentir genuino interés por la inteligencia de una persona, al punto de probablemente ubicarla en la escala de prioridades por sobre otros elementos, como podrían ser la apariencia o el físico.
Aclarado este punto, resulta importante precisar que no es en ningún caso una orientación sexual, como lo es la heterosexualidad, homosexualidad o la bisexualidad. Es, en concreto, una preferencia.
La autora estadounidense Jillian Prichard Cooke empleó este concepto por primera vez en 2004, en su propio blog, y de ahí en más se popularizó.
Desde entonces no hay demasiado academicismo en torno a la sapiosexualidad, con la notable excepción de unos expertos de la Universidad de Australia Occidental. Ellos, en un trabajo publicado en 2018 por Science direct, definieron a quienes se definen como saposexuales “individuos que consideran que los altos niveles de inteligencia (CI) son la característica sexualmente más atractiva de una persona”.
La investigación, con un muestreo de 383 participantes y un promedio de 25 años, permitió a los especialistas concluir que en algunos de ellos, “la percepción de altos niveles de inteligencia en otros es tan sustancial que puede inducir excitación sexual, más que cualquier otro atributo”. Eso es, en esencia, lo que le convierte en una preferencia.
En tanto el 2019, el psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin le dijo a Infobae:
“Se trata de una forma de atracción basada en la inteligencia, no solo como conocimiento amplio, sino también en la capacidad para estar abierto a la experiencia. Los sapiosexuales gustan de una buena charla, de expresiones de afecto, de no caer en la rutina encontrando siempre estímulos novedosos. El atractivo sexual vendrá de esta primera forma de conexión”.
LOS FAMOSOS QUE SON SAPIOSEXUALES
Es difícil saber con precisión si hubo sapiosexuales anteriormente, porque claro, es un término relativamente joven.
Hay quienes sugieren, sin embargo, que un buen ejemplo de alguien que seguramente pudo ser entusiasta de esta preferencia, fue Marilyn Monroe. ¿En qué se basan para concluirlo? En que la célebre actriz, cantante, modelo e ícono estadounidense en varios pasajes de su vida notificó que la inteligencia, para ella, suponía un aspecto crucial.
Es más, por poner un ejemplo sobre la mesa, en una antigua entrevista, la maniquí, consultada por Albert Einstein, propuso lo siguiente:
“Deberíamos tener un hijo juntos para que tuviera mi físico y su inteligencia”.
Ya más cerquita en el tiempo, en 2019 el productor musical Mark Ronson se asumió sapiosexual en Good Morning Britain. Luego de escuchar al autor Nichi Hodgson, que había expuesto el tema en el programa minutos antes —”He salido con hombres, mujeres, hombres trans, mujeres trans, y en todo el espectro de género y ahora me identifico como bisexual; lo que ha vinculado a todas estas personas ha sido su cerebro”—, Ronson dijo sentirse identificado, aun cuando no sabía de la existencia de la palabra.
El locutor y conductor mexicano Marco Antonio Regil también confirmó esta tendencia:
“Una mujer que trabaje en sí misma habla diferente, existe un término que no muchos conocen que se llama sapiosexual, sapio es de mente y sexual. O sea a mí me excita una conversación inteligente y consciente, a mí me gustan las mujeres conscientes y me gustan los amigos conscientes, incluso me gusta compartir con gente consciente”, exclamó en una entrevista con Pati Chapoy.
UN CHILENO SAPIOSEXUAL
Tierra brava, poquito a poco se abre paso cada noche con situaciones como la de hace algunas horas.
Una dinámica de cajas secretas propició que los participantes revelaran detalles de sus lados más íntimos, y entonces Max Cabezón llevó la batuta con una inesperada confesión:
“A mí me tocó ser sapiosexual”, les contó a sus compañeros.
Después, consultado por el animador Sergio Lagos, aleccionó: “Mira, creo que lo he hablado con un par de personas de acá, porque en un principio todos te preguntan ‘oye, ¿te gustan las minas?’ o ‘¿te has comido a hueones?’”.
“Fabio (Agostini)”, continuó, “hoy me molestaba y me decía: ‘joder, yo pensé que te gustaban los chicos’; y a final me he dado cuenta que yo siento atracción sexual, o me gustan las personas, cuando es alguien realmente inteligente”.
“Me gusta lo que hay dentro, te comienzas a enamorar de las personas, y a mí me seducen las mentes (…); de repente he conversado con personas que me dicen ‘mi tipo de personas es alto, morocha o rubia’, y comienzan con los cánones físicos. Y a mí me provoca y me excita cuando me comienzo a enamorar de una mente”, completó el ex Masterchef.
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