Pocas veces se ha visto magia en Viña, al tratarse de un número más de escenarios más pequeños y estelares de televisión. Por ello, fue sorpresivo que en la sexta y última noche de Viña 2024 el encargado de la obertura fue un mago, el chileno Jean Paul Olhaberry.

En la previa, viralizó un video donde daba las instrucciones para que todos los televidentes en sus casas pudieran participar del truco. Que la gente tenga a mano cuatro cartas (o naipes) distintas o en su defecto, cuatro papeles, todos del mismo porte, cada uno de ellos numerados correlativamente de 1 al 4. Es decir, una carta con un 1, otra con un 2, un 3 y un 4.

FOTO: VICTOR HUENANTE/AGENCIAUNO

Al inicio se mostró un video donde jugaban con la idea de que Olhaberry era un brujo de 1924 que se esfuma de un intento de captura. Luego, rodeado de humo, apareció en escena. “Estamos hechos de pura magia, que viaja a través del tiempo” y luego agregó “Estoy acá para demostrar que no hay imposibles”.

Acto seguido -y con la música del filme Interstellar, de Christopher Nolan- fue cubierto con una sábana. Al ser retirada, desapareció, y volvió a aparecer en otro lado. “Buenas noches, Viña del Mar”, dijo.

Y siguió con la magia. Se alternó de posición en el escenario con una asistente. La ilusión, dijo. Y a continuación hizo un acto de escapismo. En 60 segundos debía evitar ser atrapado por una trampa que le enterraría unos cuchillos en su cuerpo. Lo logró.

Luego, en otro acto de magia, hizo aparecer a los animadores, María Luisa Godoy y Francisco Saavedra. Y tras cartón, realizó un acto masivo de magia con los implementos que pidió. Las 4 cartas o 4 papeles.

Pidió tener las 4 cartas en la mano, mezclarlas. Poner las 4 cartas en sus caras hacia la palma, pidió ir mezclándolas. Luego, tomarlas de forma horizontal, mostrando las caras hacia afuera y lentamente romperlas por la mitad. Acto seguido, los 8 pedazos juntos, después mezclar los 3 primeros pedazos en el centro del lote. Despues, el primer pedazo de arriba llevarlo al bolsillo, después, abrir le abanico de pedazos, sacar uno de medio lanzar uno al cielo, y repitió lo mismo con otro pedazo del centro.

Después recoger el cuarto pedazo, arrugarlo y lanzarlo al cielo, después lo mismo con el tercero. Después tomar pedazo de arriba, mirar a los ojos a la persona de al lado, intercambiar el pedazo de arriba, tomarlo y lanzarlo. Y nuevamente el pedazo de arriba tomarlo y lanzarlo.

“No sé si esto le va a funcionar a alguien”, y pidió juntar el pedazo sobrante con el del bolsillo, porque se juntarían. Y a juzgar por la reacción de Monstruo, funcionó. Tanto es así que el Monstruo comenzó a pedir Gaviota para el mago. Y se la concedieron.

/Escrito por Pablo Retamal para Culto de La Tercera