Doce pasajeros de un vuelo de la compañía LATAM procedente de Sydney fueron hospitalizados el lunes en Nueva Zelanda después de que su avión, con destino a Chile vía Auckland, registrara “un incidente técnico” que causó una fuerte sacudida y propulsó a las personas hacia el techo.
Los pasajeros explicaron a la prensa local que el aparato, un Boeing 787 Dreamliner, perdió altitud rápidamente cuando sobrevolaba el mar de Tasmania y propulsó al techo a todas las personas que no llevaban puesto el cinturón de seguridad.
Según los testigos, algunos pasajeros tenían huesos rotos, mientras que otros sufrieron lesiones en el cuello y la cabeza. Algunos incluso rompieron parte del interior del avión al impactar con sus cabezas y hombros contra el techo.
Otra pasajera, Valentina, dijo que el avión “simplemente se detuvo” a unos 50 minutos de Auckland.
“La gente volaba de un lado a otro y todo daba mucho miedo”, dijo a RNZ. “Había sangre en el techo, la gente [volaba] y rompía el techo del avión”.
Valentina dijo que tenía “mucho miedo” de volver a tomar un avión. Sufrió heridas leves durante la terrible experiencia, pero fue atendida y se encuentra bien.
Doce pacientes fueron hospitalizados tras el aterrizaje en Aukland, uno de ellos con heridas de gravedad. Al menos tres formaban parte de la tripulación.
En unos videos difundidos en la página del medio neozelandés NZ Herald se ve a varios tripulantes y pasajeros que atienden a una mujer herida en el suelo del aparato, mientras se oye en los altavoces un mensaje preguntando si hay un médico a bordo.
“Al avión cayó en picado”
Una pasajera del vuelo, Priscilla Waller-Subritzky, declaró al Herald que estaba viendo una película cuando el avión perdió altura y “varios pasajeros y miembros de la tripulación salieron despedidos hacia el techo del avión”.
“Me puse en modo de lucha y empecé a saltar y a ayudar en lo que podía, porque la tripulación estaba herida y no podía ayudar”.
Waller-Subritzky dijo que, una vez que se le pasó el efecto de la adrenalina, sintió mucho dolor y se dirigió al servicio de urgencias esta tarde.
“He estado en muchos vuelos antes, pero eso fue completamente fuera de lo normal”, dijo.
Otro pasajero dijo al Herald que nunca había experimentado algo así en 15 años de vuelo.
“El avión cayó en picado durante un par de segundos y unas 30 personas se golpearon contra el techo”, explicó Daniel.
Daniel, que viajaba desde Londres, dijo que los pasajeros gritaban y era difícil saber si había vino tinto o sangre salpicada por todo el avión.
“Ninguno de nosotros supo lo que había pasado hasta después del vuelo, yo sólo intentaba mantener la calma. Nunca oímos ningún anuncio del capitán”.
“Era como ‘El Exorcista’”
El pasajero Brian Jokat dijo a RNZ que el avión “simplemente cayó” a unos dos tercios del trayecto.
Los datos de FlightAware mostraron que el avión perdió altitud a las dos horas de vuelo.
“No hubo ninguna turbulencia previa, estuvimos volando suavemente durante todo el trayecto”, dijo Jokat. “Me había quedado dormido y, por suerte, llevaba puesto el cinturón de seguridad, y de repente el avión se desplomó”.
Jokat dijo que un pasajero a dos asientos de él no llevaba puesto el cinturón de seguridad, y salió volando y se golpeó contra el techo.
“Pensé que estaba soñando. Abrí los ojos y estaba en el techo del avión de espaldas, mirándome. Era como (la película) ‘El Exorcista’”, relató.
El hombre volvió a caer al suelo, rompiéndose las costillas con el reposabrazos, dijo Jokat.
Otras tres o cuatro personas también se golpearon contra el techo, rompiendo parte del interior del avión con sus cabezas y hombros, contó Jokat a RNZ.
“Entonces la gente empezó a gritar. Sentí que el avión caía en picado, como si estuviera en lo alto de una montaña rusa, y luego se aplanó de nuevo”, explicó.
Todo el incidente, dijo, duró “una fracción de segundo”.
El pasajero citado por el medio neozelandés contó que tras el incidente algunos médicos a bordo “curaron” a los heridos, con la ayuda de la tripulación.
Hubo “algunos heridos graves”, dijo. Algunos tenían huesos rotos, mientras que otros tenían lesiones en el cuello y la cabeza.
Jokat dijo que el piloto se acercó a la parte trasera del avión una vez aterrizado.
“Le pregunté qué había pasado y me dijo que había perdido la instrumentación brevemente y que había vuelto de repente”, dijo. “Sé que se sintió muy mal por todos”.
Por el momento, las circunstancias del incidente no fueron esclarecidas.
La Comisión de Investigación de Accidentes de Transporte de Nueva Zelanda indicó que había sido informada del incidente y que estaba “recabando más información para anunciar una decisión sobre si abrir una investigación”.
El incidente también podría ser investigado por las autoridades chilenas si se establece que ocurrió en el espacio aéreo internacional.
Por ahora los representantes de Boeing no se pronunciaron sobre lo ocurrido.