Se siente la tensión en la Casa Rosada. De un tiempo hasta acá, la relación entre el Presidente argentino Javier Milei y su vicepresidenta, Victoria Villarruel, está prácticamente quebrada, según aseguran medios trasandinos, lo que ha quedado demostrado en al menos dos hechos que han enfadado al Mandatario.
El último tiene que ver con la decisión de Villarruel, en su calidad de timonel del Senado, de acceder a la discusión del decreto de necesidad y urgencia (DNU) impulsado por Milei, pese a que no cuenta con los votos suficientes para ser aprobado, desatando la ira del Presidente.
Así, sin nombrar directamente a la vicepresidenta, el equipo del Mandatario lanzó un polémico comunicado en su cuenta de X: «La Oficina del Presidente expresa su preocupación por la decisión unilateral de algunos sectores de la clase política que pretenden avanzar con una agenda propia e inconsulta, a fin de entorpecer las negociaciones y el diálogo entre los distintos sectores de la dirigencia política».
Incluso, hay quienes leen un mensaje oculto en uno de los párrafos del comunicado, que dice que el Ejecutivo espera que el Poder Legislativo «no se deje cautivar por el canto de sirena de quienes pretenden ‘anotarse’ victorias de corto plazo en detrimento del futuro de los 45 millones de argentinos».
Desde la Casa Rosada reconocieron al diario argentino La Nación que el mensaje estaba dirigido tanto a la oposición que promovió incluir el DNU en el debate como a Victoria Villarruel. «La decisión del Gobierno era de no tratarlo. No tenemos idea de qué compromisos se asumieron y por qué se incluyó en el temario».
Peor aún, aseguraron desde el Ejecutivo, la vicepresidenta no solo no consultó a Milei o su equipo, sino que tampoco explicó las razones de su decisión de aceptar la discusión del decreto pese al rechazo del Gobierno.
Según el citado medio, los cuestionamientos a la figura de Villarruel desde el equipo del Presidente argentino vienen desde hace tiempo y son cada vez más grandes. «Las rispideces contra ella se originan, entre otras cosas, fundamentalmente en el alto perfil que detenta y en lo que consideraban que es su ‘permanente’ voluntad de ‘cortarse sola’ y ‘armar su propia agenda’, por fuera de lo que marca la línea de Gobierno», indicó La Nación, agregando que también ha generado molestias la constante impuntualidad de la vicepresidenta en las reuniones de Gabinete, llegando incluso después del propio Milei.
Pero las tensiones vendrían desde antes de que el Gobierno libertario asumiera, en un país acostumbrado a ver este tipo de diferencias (el ejemplo más reciente es la dupla de Alberto y Cristina Fernández). A la vicepresidenta argentina se le acusó de querer incidir en los nombramientos de los ministros de Seguridad y Defensa, dejando heridas en el Ejecutivo.
Y todo se agravó días atrás, después de la polémica por el alza de sueldos en el Congreso. Una vez conocida la furia de Milei por este tema, el presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, obedeció rápidamente y anunció que retrotraería la situación. Villarruel, sin embargo, se mantuvo en silencio y dio a entender su malestar por la orden del Mandatario de revertir el aumento salarial.
Pero la última jugada de incluir la DNU en el debate legislativo de este jueves le echó más leña al fuego y complica a Milei, ante el riesgo de convertirse en el primer presidente argentino al que se le rechace un decreto.
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