Un poco más tarde comenzó esta mañana la sesión de la Comisión de Hacienda del Senado, que estaba citada inicialmente a las 10:30.
El inicio del encuentro tuvo que retrasarse, ya que desde las 9.00 estaban reunidos los jefes de bancada del Senado (cita de comités) tratando de resolver uno de los nudos que dejó la última renovación de autoridades de esta rama del Congreso, el pasado 19 de marzo.
El nudo era precisamente la integración de Hacienda, instancia estratégica que el gobierno prefirió proteger a riesgo de perder la presidencia de la Cámara Alta. De hecho, esta misma comisión, clave para la tramitación de las reformas tributaria y previsional, fue la que originó el quiebre del pacto administrativo entre oficialismo y oposición, lo que facilitó que fueran elegidos los senadores José García Ruminot (RN), como presidente de la corporación, y Matías Walker (Demócratas), como vicepresidente.
No obstante, en la reunión de comités la mayoría opositora (el equivalente a 27 votos en la sala, los mismos con los que fue elegido García) no acogió el intento de la bancada comunista, liderada por la senadora Claudia Pascual, de revertir el reemplazo de Daniel Núñez (PC) por Felipe Kast (Evópoli).
Con ello, el senador de Chile Vamos podrá asumir un asiento en Hacienda con derecho a voz y voto. Si bien el legislador comunista podrá seguir concurriendo, solo podrá hacer uso de la palabra y eventualmente presentar indicaciones a proyectos (al igual que todo legislador), pero ya no tendrá la facultad de votar en la comisión.
La decisión de los comités era un nuevo golpe para los intereses del gobierno, ya que la oposición quedará en condiciones de mayoría en Hacienda (tres de cinco integrantes) y tendrá la manija para estructurar y perfilar, a su propio gusto, los proyectos que pasen por esta instancia.
Este cambio se materializará a contar del miércoles. Así la oposición quedará representada por Kast (Evópoli), García (RN) y Juan Antonio Coloma (UDI), mientras que el oficialismo solo contará con los votos de los senadores José Miguel Insulza (PS) y Ricardo Lagos Weber (PPD), que al menos hasta hoy seguía siendo presidente de la comisión, pero dada la nueva mayoría de la oposición su rol de conductor en la instancia quedó en suspenso, pues puede ser censurado (una solicitud de remoción).
Una acción de este tipo para destituir a Lagos Weber de la presidencia de la comisión, sin embargo, sería una suerte de declaración de guerra, por lo que incluso en la derecha hay quienes prefieren no escalar más el conflicto y mantener una cohabitación (de una presidencia oficialista con una mayoría opositora en Hacienda), siempre y cuando las fuerzas gubernamentales se resignen aceptar el cambio de Núñez por Kast.
Los comunistas, sin embargo, llevarán el caso a la Comisión de Ética del Senado, ya que, a juicio de ellos, los senadores de Evópoli se beneficiaron de cambio en la Comisión de Hacienda, pero no cumplieron su parte al no apoyar la carta oficialista en la pasada elección de la presidencia de la Cámara Alta. El problema para el oficialismo es que la Comisión de Ética a lo más podría hacer un reproche moral, pero no podría revertir la decisión de los comités.
La derecha, en todo caso, tiene una carta más. Dado que José García (RN) estará con una carga de trabajo por su rol de presidente del Senado, podría ceder su asiento a la senadora Ximena Rincón (Demócratas), a modo de compensación, luego de que el oficialismo bloqueara su llegada a esta instancia.
Aunque ello no alteraría la mayoría opositora (se mantendrían los tres votos versus dos del oficialismo), sería otra noticia incómoda para el Ejecutivo, ya que Rincón y Kast son en la actualidad los senadores de oposición con los que el gobierno tiene menos canales de diálogo.
En lo esencial, este conflicto se originó debido a que los senadores Ricardo Lagos Weber (PPD) y Daniel Núñez (PC) habían mostrado ciertas señales de resistencia a entregar sus cupos en la Comisión de Hacienda, que hasta la semana pasada tenía una mayoría oficialista (tres de cinco integrantes).
Sin embargo, según el pacto administrativo, que establecía una rotación entre oficialismo y oposición en los principales espacios de poder del Senado, a partir de marzo la mayoría debía pasar a manos de la derecha.
Uno de los cupos supuestamente iba a ser asumido por el senador Felipe Kast, mientras que el otro asiento debía entregarse a “DC Ximena Rincón”.
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