Somos lo que comemos, y nuestra alimentación influye no solo en nuestra salud corporal sino también en nuestro bienestar emocional. Según un estudio de Grant & Gluck de la Universidad de Harvard, es importante la ingesta de alimentos adecuados como las frutas, verduras y pescados, para conseguir un equilibrio en nuestro cuerpo. Dentro de esta lista, también toman un importante papel los frutos secos, sobre todo la almendra, la cual ha sido alabada en muchas ocasiones por los grandes aportes que proporciona al organismo
Las almendras representan un verdadero tesoro nutricional que a menudo subestimamos en nuestra despensa. Esconde muchas propiedades que pueden sorprender, como que ofrece más proteínas que el huevo, y también supone un aliado en la lucha contra el colesterol y el envejecimiento. Supone un complemento ideal para deportistas y aquellos que buscan mantener una vida más saludable, gracias a la ayuda que proporciona para la reducción de grasas. Las almendras son una rica fuente de nutrientes necesarios como la vitamina E, el calcio, el hierro y el magnesio.
La vitamina E actúa como un poderoso antioxidante que combate el paso de los años y protege la piel de los daños internos y externos a los que se puede ver expuesta. La revista científica Phytotherapy Reserch organizó un estudio en el que un grupo de personas tomaron dos puñados de almendra diarios durante cuatro meses, al rededor de unos 60 gramos. Pasado el tiempo, los resultados reflejaron que las profundidades y ancho de sus arrugas faciales se había comenzado a disipar en un 10%. Por otro lado, el calcio y el magnesio que contiene contribuyen también al mantenimiento de los huesos, aportando fortaleza, mientras que el hierro ayuda en la producción de glóbulos rojos. De esta forma, también supone una buena opción para las personas con tendencia anémica.
Las almendras representan un aliado potencial en la lucha contra la diabetes tipo 2, estas tienen la cualidad de poder mejorar la gestión de nuestro organismo de la azúcar en sangre. Este beneficio se atribuye al magnesio, elemento que el fruto seco contiene en gran cantidad y que juega un papel crucial en más de 300 procesos metabólicos del organismo. El magnesio encontrado en las almendras no solo ayuda a optimizar la regulación del azúcar sanguíneo, sino que también contribuye a la prevención de trastornos metabólicos. A pesar de los múltiples beneficios asociados al consumo de este fruto seco, la recomendación de moderación es importante para quienes buscan mantener un balance calórico saludable.
En cuanto a sus prótidos, las almendras ofrecen 21,6 gramos de proteínas por cada 100 gramos, superando los 13 gramos por cada 100 que encontramos en los huevos, a pesar de que estos sientan una buena base en nuestra dieta. Por lo tanto, las almendras son siempre una buena opción a consumir para los deportistas, que buscan recuperar la energía y les ayuda a mejorar la forma muscular. Además, varios estudios han demostrado que reducen el colesterol LDL, considerado como malo, y aumenta el HDL, que se recomienda como bueno, gracias a su contenido de grasas monoinsaturas y poliinsaturadas.
A diferencia de otros superalimentos, las almendras suponen una opción económica y accesible para mejorar la salud general y las enfermedades crónicas. Además, este fruto seco supone una opción versátil a la hora de elaborar platos que puedan incluirlas. Desde ensaladas hasta postres, podemos ingerir las almendras en nuestra dieta.
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