De pronto, sin darnos cuenta cómo, el slogan que alguien inventó para una campaña presidencial se nos aparece con visos de alguna realidad. Y no se trata sólo de una sensación luego del horror de ver a delincuentes venezolanos asesinando a tiros a un oficial de Carabineros; o a dos sicarios de la misma nacionalidad que al decir del Fiscal que investiga el secuestro y asesinato del exteniente venezolano Waldo Ojeda, entraron a Chile, cumplieron su misión y salieron de nuestro país de vuelta al suyo sin que nuestras autoridades movieran un dedo antes de las revelaciones del fiscal.

No, no es sólo esa sensación. Se trata además de una serie de acciones, principalmente del Partido Comunista chileno, que han ido configurando un cuadro que nos deja en algún lugar del camino entre una democracia liberal representativa, como la que teníamos antes de este gobierno, y dictaduras bolivarianas como Venezuela. Veamos:

  • Infiltración y presencia comunista en los ministerios de las Fuerzas Armadas y de orden público. El subsecretario de las Fuerzas Armadas es el militante comunista Galo Eidelstein, quien siendo vicerrector de la Universidad Arcis en 2008 recibió 8 millones de dólares de préstamo del gobierno de Hugo Chávez, dinero que gestionó personalmente en Caracas junto al encargado de relaciones internacionales del PC, Juan Andrés Lagos. Este último, a su vez, fue contratado como asesor en la subsecretaría del Interior y Seguridad Pública que dirige el doctor Manuel Monsalve. Según ha trascendido en la prensa, hay cerca de diez militantes del partido comunista trabajando en el ministerio de Defensa.
  • Captura del Poder Legislativo. Recordemos que la captura de la Asamblea Nacional de Venezuela luego de una reforma constitucional fue clave para la transformación de ese país en una dictadura. Pues ahora en Chile la diputada comunista Karol Cariola acaba de asumir como Presidenta de la Cámara. Las credenciales democráticas de Cariola incluyen, entre otras, las siguientes actuaciones: falsa denuncia luego del 18 de octubre de 2019 acusando de torturas en cuartel de Carabineros de la estación Baquedano, que la justicia desestimó más adelante y fue en aquellos días un polvorín para desatar la violencia que pretendió derrocar al Presidente Piñera; participación directa en un montaje que simuló que un funcionario del INDH había recibido balines disparados por la fuerza pública en una manifestación en octubre de 2019; llamado a marcar con un sticker las casas por el Apruebo en la campaña puerta a puerta realizada para el primer plebiscito constitucional. Habrá que estar alertas ante su gestión como presidenta de una rama del Poder Legislativo, obtenida por el voto del diputado Gaspar Rivas del PDG (un partido transaccional) que obtuvo así la vicepresidencia de la Cámara luego de intensas gestiones del ministro de la Presidencia, el PS Álvaro Elizalde quien según Rivas le ofreció el cargo.
  • Ofensiva, liderada por las ministras comunistas Jeannette Jara y Camila Vallejo llamando a una movilización social para presionar a los legisladores que, hasta ahora, no han aprobado las reformas tributaria y previsional que impulsa el gobierno. Dicha ofensiva, ha recibido el sorprendente apoyo del ministro de Hacienda Mario Marcel, por lo cual todos los grupos de presión para obtener recursos del Estado pueden darse por notificados del rol que el ministro de Hacienda le concede a las manifestaciones y movilizaciones en la formación de la ley.
  • Incapacidad de la oposición para transformar la mayoría política que hay en el país en respaldo de sus ideas, en una que ejerza el poder que ello habitualmente concede en una democracia. Rencillas y desunión, falta de mayor sentido estratégico y también una dosis de populismo conspiran contra ese objetivo. Ad portas de varias elecciones en que la centroderecha está bien aspectada, debieran verse liderazgos que conduzcan con mayor eficacia estos procesos. En descargo de la dirigencia opositora hay que decir, no obstante, que el sistema político que tenemos explica también buena parte de las dificultades para la gobernabilidad de gobierno y oposición.

Para terminar un bonus track. Sorprende que la maniobra para entregar al Partido Comunista una cuota más de poder, que sabemos no utiliza para fortalecer la democracia representativa sino para debilitarla, haya recibido el apoyo unánime y entusiasta del llamado Socialismo Democrático. Si es cierto que hay dos almas en la coalición gobernante, después de las actuaciones de ministros como Elizalde o Marcel debiéramos conceder que una de ellas es un alma en pena.

Por Luis Larraín, economista, para El Líbero

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