Érika Souza Vieira Nunes, la brasileña de 42 años que hace un par de semanas desató una gran polémica por llevar a su tío muerto en una silla de ruedas a un banco para solicitar un préstamo rompió el silencio y dio su versión sobre lo sucedido.

Cabe recordar que la mujer fue detenida el pasado 16 de abril en una sucursal bancaria en Bangu, en la zona oeste de Río de Janeiro. Cuando llegaron al lugar, ella dijo que su tío identificado como Paulo Roberto Braga quería solicitar un préstamo por la suma de 17.000 reales (alrededor de $3 millones).

Sin embargo, el personal del banco se dio cuenta de que el hombre no respondía y algo estaba mal, mientras ella le insistía que debía firmar unos documentos. Al evidenciar que Braga no respondía, los funcionarios decidieron llamar a las autoridades y el Servicio Móvil de Atención de Emergencias (Samu) aseguró que el hombre de 68 años llevaba varias horas muerto.

Tras lo ocurrido, Érika fue detenida y el Ministerio Público (MPRJ) la acusó de tentativa de peculado y profanación de cadáver, por lo que fue trasladada a la prisión de Djanira Dolores. Sin embargo, el 2 de mayo, medios locales informaron que el tribunal de Río de Janeiro ordenó su liberación, y enfatizaron en que ella tendría problemas de salud mental y una menor a cargo.

Además, es investigada por «flagrante omisión de asistencia» hacia su tío, a quien trasladó hasta el banco en una silla de ruedas para firmar los papeles para el préstamo.

«No sabía que mi tío había muerto»

La mujer, que ahora debe cumplir con medidas cautelares, como presentarse cada mes ante la justicia, se defendió y salió a dar su versión sobre lo sucedido.

En sus declaraciones al periódico Folha de S. Paulo, Érika aseguró no haberse dado cuenta de que su familiar había muerto. «No puedo entenderlo. No creo que ni yo ni muchas personas nos hayamos dado cuenta de que falleció. ¿Cómo se le da un papel a una persona muerta para que lo firme?», dijo.

La brasileña se mantuvo firme y continuó aclarando que no tenía intención de cometer ningún delito. «No me di cuenta de que mi tío estaba muerto. Es absurdo lo que dice la gente. No soy esa persona de la que habla la gente, no soy un monstruo», aseguró.

Incluso, afirmó haber mantenido una conversación con su tío antes de ingresar a la sucursal bancaria. «Le pregunté si sería mejor sujetarle (la cabeza). Dijo que sí», detalló.

Se defendió diciendo que no recuerda muy bien lo sucedido en el banco a causa de los medicamentos controlados que consumió ese día y agregó que ella no era la cuidadora de su tío. «Él era independiente, caminaba, hacía lo que quería, tenía buena memoria. No estaba en silla de ruedas y yo no era su cuidadora», explicó.

Esto contrasta con las declaraciones de la Fiscalía, ya que la institución dijo que Érika de Souza, de forma «consciente y voluntaria», profanó el cadáver de su tío Paulo Roberto Braga, al que cuidaba, tras trasladarlo a una agencia bancaria y haber permanecido en el lugar, «incluso tras su muerte».

Su objetivo era sacar un préstamo de 17.975 reales (unos $3.355.000) a nombre de su tío, lo que para la acusación demuestra un «total desprecio y una falta de respeto» hacia su pariente, que al parecer llevaba muerto algunas horas.

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