La destitución del ministro de Defensa ruso es una prueba de la “desesperación” del presidente Vladimir Putin por el precio de la invasión de Ucrania, según el Departamento de Estado estadounidense.
“Nuestro punto de vista es que esto es un indicador más de la desesperación de Putin por mantener su guerra de agresión contra Ucrania, a pesar de ser una sangría importante para la economía rusa y las grandes pérdidas de tropas rusas, con algunas estimaciones de hasta 315.000 bajas”, declaró el lunes a periodistas el portavoz del Departamento, Vedant Patel.
“La movilización del Kremlin en su guerra de agresión contra Ucrania ha causado sufrimiento a muchas familias”, dijo.
“Rusia inició esta guerra no provocada contra Ucrania. Putin podría ponerle fin en cualquier momento retirando sus fuerzas de Ucrania”, insistió el portavoz.
Putin destituyó este domingo al veterano ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y lo reemplazó por un economista, Andréi Belóusov.
Shoigu, por su parte, ha sido designado como secretario del Consejo de Seguridad ruso, se acuerdo a la agencia RT.
La cámara alta del parlamento ruso ha anunciado que los senadores llevarán a cabo consultas sobre los candidatos propuestos por el presidente durante las sesiones del comité el 13 de mayo y en una reunión del Consejo de la Federación el 14 de mayo.
No se han registrado cambios adicionales en la lista de candidatos presentada por Putin para los cargos en el gabinete. Entre sus nominaciones se encuentran Vladimir Kolokoltsev para ministro del Interior, Alexander Kurenkov para ministro de situaciones de emergencia, Sergey Lavrov para ministro de Relaciones Exteriores y Konstantin Chuichenko para ministro de Justicia.
Denis Manturov, quien fungió como viceprimer ministro y encabezó el Ministerio de Industria y Comercio durante el último mandato de Putin, ha sido propuesto para ocupar el cargo de primer viceprimer ministro.
Shoigu es el más antiguo de los ministros del país y es un gran amigo del jefe de Kremlin, quien en varias ocasiones lo ha elegido como compañero de vacaciones, ampliamente publicitadas, y hasta ahora era poseedor de una aura de incombustible.
Pero su falta de repuesta a la rebelión de los mercenarios del Grupo Wagner encabezada por su líder ya fallecido, Yevgueni Prigozhin, ha supuesto para Shoigu un golpe, sin duda más duro que los reveses del Ejército ruso en Ucrania, por los que él y la cúpula militar han sido duramente criticados desde los sectores ultrapatriotas.
Sin servir un solo día en la filas de las Fuerzas Armadas, el ahora ex ministro de Defensa, ingeniero constructor de profesión, ostenta el grado de general de Ejército, el más alto del escalafón ruso, por lo que sus detractores le llaman el “general de cartón”.
Shoigu se declara ortodoxo, pero sus detractores aseguran que cree en el chamanisno, muy asentados en Tuvá, y que ha influido en las creencias de Putin.
Los reveses en los 16 meses de la guerra en Ucrania, pese a las alegaciones del Kremlin de que “todo marcha según el plan”, han suscitado duras críticas contra su gestión.
(Con información de EFE y AFP)
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