Un niño de apenas 10 años se suicidó en Estados Unidos producto del bullying que sufría en su colegio.
Según recoge el Daily Mail, se trató de Sammy Teusch, quien se quitó la vida el pasado 5 de mayo tras ser víctima -durante años- de acoso escolar.
Los padres del menor aseguran que los otros niños se burlaban de él por sus dientes y las gafas que llevaba, y que varias veces se quejaron con el colegio, reclamos que, sin embargo, fueron ignorados.
Además, aseguran que el acoso no solo eran burlas, sino también ataques físicos y amenazas. Los padres de Sammy aseguran que varias veces su hijo fue golpeado en el autobus y que recibía amenazas en sus redes sociales.
Este martes, cientos de padres y amigos de la familia acudieron a los funerales de Sammy en Greenfield, Indiana.
El cortejo fúnebre incluyó una caravana de más de un centenar de motociclistas que acudieron como muestra de apoyo.
En el obituario publicado en el medio local Daily Reporter, se describe a Sammy como un niño cariñoso, risueño, comprensivo, tolerante, amistoso, querido por todos, de gran corazón y la mejor sonrisa.
«Le encantaba pescar, jugar videojuegos y jugar con robots, caminar, saltar a estanques, estar al aire libre y jugar fútbol», añade.
Sam, padre del menor, entregó un conmovedor mensaje en el último adiós a su hijo.
«La ira no va a resolver esto. El odio no va a solucionar esto. Dios no tomó a este niño para enseñarle a odiar. Enseñe a sus hijos a amar y déjeles saber que son amados», afirmó.
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