La búsqueda de inteligencia extraterrestre representa un gran proyecto para la humanidad. ¿De verdad estamos solos en el universo? Aunque aún no hemos detectado señales extraterrestres, los científicos están explorando enfoques distintos, creativos e innovadores para dar respuesta a esta pregunta. Uno de ellos es el Proyecto Hephaistos, o Proyecto Hefesto, una iniciativa cuyo objetivo es buscar firmas de astroingeniería como las conocidas esferas Dyson.

Docenas de estrellas cercanas muestran signos de albergar civilizaciones alienígenas avanzadas Midjourney/Sarah Romero

¿Quién era Hefesto?

Según la mitología, Hefesto era hijo del rey de los dioses, Zeus pero, a diferencia de los otros dioses, nació cojo, lo que provocó que su madre Hera lo expulsara del Olimpo ante esta imperfección física. La caída del Olimpo fue larga y dura pero, una vez acogido por las ninfas marinas Tetis y Eurínome, quienes lo cuidaron en una cueva, perfeccionó sus habilidades como artesano, creando hermosos objetos de metal; no en vano, es el dios del fuego, de los herreros, la mampostería de piedra, las forjas y el arte de escultura. Entre sus obras más famosas se encuentra la armadura de Aquiles, que fabricó durante la guerra de Troya.

Precisamente inspirados en el gran forjador de la mitología, esta iniciativa sueca se centra en las esferas Dyson, una red de estructuras en órbita diseñadas para capturar una porción significativa de la producción de energía de una estrella y cuyo concepto fue propuesto originalmente por el físico Freeman Dyson en 1960: una megaestructura que representaría el pináculo del avance tecnológico y el dominio de una civilización sobre sus recursos. Crear una esfera Dyson no es algo sencillo y sería imposible para la ingeniería y la tecnología actuales. Una civilización sólo podría construir algo tan masivo y complejo si hubiera alcanzado el Nivel II en la Escala Kardashev.

La incesante búsqueda extraterrestre

Durante más de 60 años, los científicos han rastreado los cielos en busca de signos de vida inteligente pero, aunque hayamos descubierto más de 2.000 exoplanetas, en ninguno de ellos hemos encontrado señales de civilizaciones extraterrestres. ¿Por qué no la hemos encontrado? Quizá es que las civilizaciones tecnológicamente avanzadas no sean muy comunes, por lo que nuestros resultados podrían mejorar si ampliamos la búsqueda más allá de la Vía Láctea.

El Proyecto Hefesto, financiado por la fundación Magnus Bergvall y Nordenskjöldska Swedishborgsfonden, busca firmas de tecnología extraterrestre en vez de señales directas. Pero claro, encontrar una estrella de este tipo utilizando firmas indirectas de astroingeniería entre los millones de astros observados por proyectos de observación de estrellas, como el satélite Gaia, el Wide-Field Infrarrojo Survey Explore (WASE) y el Two Micron All Sky Survey (2MASS), es una tarea mucho más que complicada, pero no por ello imposible de intentar. Y se han encontrado unos pocos candidatos convincentes, tal y como se explica en las tres investigaciones publicadas en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.

Así podría ser una esfera de Dyson Midjourney/Sarah Romero

Esferas Dyson como tecnofirma

Los astrónomos examinaron cinco millones de estrellas situadas a una distancia de hasta 6.500 años luz y encontraron 60 posibles estrellas candidatas. Las estrellas, que incluyen algunas similares al Sol, emiten hasta 60 veces más calor infrarrojo de lo que esperaban los científicos; aunque es un resultado que coincide con lo que los astrónomos esperarían ver en las esferas de Dyson.

«En este estudio, presentamos una búsqueda exhaustiva de esferas parciales de Dyson mediante el análisis de observaciones ópticas e infrarrojas de Gaia, 2MASS y WISE», escriben los autores. «Esta estructura emitiría calor residual en forma de radiación de infrarrojo medio que, además del nivel de finalización de la estructura, dependería de su temperatura efectiva», apuntan los expertos. Sin embargo, es importante distinguirlos de los objetos naturales que también pueden emitir radiación infrarroja. «La presencia de discos de escombros calientes que rodean a nuestros candidatos sigue siendo una explicación plausible del exceso de infrarrojos de nuestras fuentes», apuntan los investigadores.

¿Hay vida en otras partes del universo? Midjourney/Sarah Romero

La búsqueda no reveló candidatos consistentes para las civilizaciones Kardashev tipo III pero sí estableció un límite superior del 0,3% para la fracción de galaxias que podrían albergar tales civilizaciones. Este porcentaje equivale a que menos de una de cada 300 galaxias similares a la Vía Láctea podría albergar civilizaciones avanzadas con tecnología de esfera Dyson.

El segundo estudio del Proyecto Hephaistos se centró en la detección de esferas Dyson casi completas utilizando datos de la misión espacial Gaia y el estudio RAVE, encontrando 53 estrellas candidatas con un exceso de mediciones en el infrarrojo medio, aunque podría ser que estas posibles ‘tecnofirmas’ provengan de los discos de desechos extremos que se forman después de una colisión planetaria.

El tercer estudio explora la posibilidad de encontrar esferas Dyson parciales mediante el análisis de grandes catálogos astronómicos con los datos de estudios infrarrojos como el Wide-field Infrared Survey Explorer (WISE) y el Two Micron All Sky Survey (2MASS) que detectan emisiones térmicas de objetos, que son cruciales para identificar posibles esferas Dyson. Los resultados fueron cuanto menos sorprendentes: menos de 1 de cada 50.000 estrellas dentro de 100 pársecs de la Tierra podrían albergar esferas de Dyson que estén completas al 90% y funcionen a una temperatura efectiva de 300 K. Está claro que los hallazgos de este proyecto son prometedores y los científicos deberán observar más de cerca a los candidatos para obtener nuevas respuestas. Quizá el telescopio espacial James Webb sea el próximo en arrojar luz sobre este misterio cósmico.

La idea fue propuesta por primera vez por el físico Freeman Dyson en 1960 Midjourney/Sarah Romero

/psg