Astrónomos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), EE.UU., detectaron un destello correspondiente al evento de interrupción de mareas (TDE, por sus siglas en inglés) más cercano de todos los observados hasta ahora, comunicaron el pasado viernes.
Este fenómeno, que revela el instante fugaz en el que un agujero negro supermasivo atrapa el material de una estrella que pasa por su cercanía y expulsa enormes cantidades de radiación, ocurrió en el centro de la galaxia NGC 7392. Los astrónomos demoraron casi una década en confirmar que esta cercana llamarada, a solo 137 millones de años luz de la Tierra, se trataba de un TDE. El evento fue etiquetado como WTP14adbjsh.
El equipo estimó que el agujero negro supermasivo del centro de la galaxia era unos 30 millones de veces más masivo que el Sol. «Esto es casi 10 veces más grande que el agujero negro que tenemos en nuestro centro galáctico, por lo que es bastante masivo, aunque los agujeros negros pueden tener hasta 10.000 millones de masas solares», subraya Christos Panagiotou, del MIT, autor principal del estudio.
La revelación vino del infrarrojo
Más allá del hecho de que este fenómeno se haya desarrollado a solo un cuarto de la distancia del TDE más próximo observado hasta la fecha, el suceso trasciende, además, porque su detección se realizó por primera vez en longitudes de onda infrarrojas. Aunque los astrónomos han descubierto alrededor de 100 eventos de este tipo, nunca antes se habían sintonizado estas anomalías más allá de las bandas convencionales de rayos X y ópticas ultravioletas.
NGC 7392 es una galaxia joven (‘azul’), con estrellas en formación, lo que contrasta con el hecho de que la mayoría de los TDE se han encontrado en galaxias más maduras (‘rojas’) y tranquilas. En teoría las galaxias jóvenes deberían albergar más TDE, dado que su activa producción de estrellas facilitaría que el agujero negro central las devorara con más frecuencia; sin embargo, hasta ahora la observación de este fenómeno en este tipo de galaxias es rara.
Los científicos sospechan que no pudieron detectar los rayos X y la luz ultravioleta, resultante del estallido de WTP14adbjsh, debido al oscurecimiento provocado por una enorme cantidad de polvo que absorbía la radiación y emitía calor en forma de energía infrarroja. Los resultados de este estudio se publicaron en Astrophysical Journal Letters.
Ocultas por el polvo
Los resultados de este estudio sugieren que la búsqueda de estos eventos por los métodos convencionales con base en radiación X y ultravioleta pueden haber pasado por alto los TDE en las galaxias en formación de estrellas, que son las más comunes en el universo. Los autores centran su razonamiento en que estas galaxias producen naturalmente más polvo que podría oscurecer cualquier luz que provenga de su núcleo. De esta manera, apuntan a que la búsqueda en la banda infrarroja podría revelar muchos más TDE previamente ocultos en galaxias activas en formación estelar.
«Encontrar este TDE cercano significa que, estadísticamente, debe de haber una gran población de estos eventos a los que los métodos tradicionales estaban ciegos», comenta Christos Panagiotou. «Entonces, deberíamos tratar de encontrarlos en el infrarrojo si queremos una imagen completa de los agujeros negros y sus galaxias anfitrionas», agregó.
«El hecho de que las encuestas ópticas y de rayos X no detectaran este TDE luminoso en nuestro propio patio trasero es muy esclarecedor y demuestra que estas encuestas solo nos brindan un censo parcial de la población total de TDE», explica Suvi Gezari, un reconocido astrónomo del Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial en Maryland, EE.UU., que no participó en el estudio. «El uso de sondeos infrarrojos para capturar el eco de polvo de los TDE oscurecidos… ya nos ha demostrado que hay una población de TDE en galaxias polvorientas con formación de estrellas que no habíamos visto», señaló.
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