El insomnio ocurre cuando permaneces despierto toda la noche o duermes muy poco durante una o dos noches. La falta de sueño puede provocar dificultades para concentrarse durante el día, mala salud y mala toma de decisiones, así como otras consecuencias para la salud.

Científicos de la Universidad de Michigan, en los Estados Unidos, han encontrado pruebas sobre cómo la deprivación de sueño afecta a la memoria. Revelaron que una señal cerebral crucial vinculada a la memoria a largo plazo falla cuando se las priva de sueño. Ese hallazgo realizado con ratas podría ayudar a explicar por qué dormir mal altera la formación de la memoria.

Además, identificaron que ni siquiera una noche de sueño normal tras una mala noche de sueño es suficiente para reparar la señal cerebral. Publicaron el estudio en la revista Nature,

Qué pasa cuando se duerme

Las neuronas del cerebro rara vez actúan solas. Están muy interconectadas y suelen dispararse juntas siguiendo un patrón rítmico o repetitivo.

Uno de esos patrones se produce en gran grupo de neuronas que se disparan con extrema sincronía. Luego, un segundo gran grupo de neuronas hace lo mismo y así sucesivamente, una tras otra a un ritmo determinado.

Estas ondulaciones se producen en una zona del cerebro llamada “hipocampo”, que es clave para la formación de la memoria. Se considera que los patrones facilitan la comunicación con el neocórtex, donde posteriormente se almacenan los recuerdos a largo plazo.

Investigaciones anteriores habían descubierto en experimentos con ratones que cuando se alteraban esas ondulaciones en el hipocampo, había dificultades en una prueba de memoria. Cuando las ondulaciones se prolongaban, su rendimiento en la misma prueba mejoraba. György Buzsáki, neurocientífico de sistemas de la NYU Langone Health de Nueva York, consideró que las ondulaciones son un “biomarcador cognitivo” de la memoria y el aprendizaje.

Los investigadores también observaron que las ondulaciones de ondas agudas tienden a producirse tanto durante el sueño profundo como durante la vigilia. Durante el sueño se transforman los conocimientos a corto plazo en recuerdos a largo plazo.

Estos vínculos entre las ondas, el sueño y la memoria están bien documentados, pero ha habido pocos estudios que hayan manipulado directamente el sueño para determinar cómo afecta a estas ondas y, a su vez, a la memoria, explicó Kamran Diba, uno de los coautores del nuevo trabajo en Nature.

Cómo fue la investigación

Diba y su equipo de investigación registraron la actividad del hipocampo en siete ratas mientras exploraban laberintos a lo largo de varias semanas. También interrumpieron regularmente el sueño en algunos de los animales y dejaron dormir a voluntad a otros.

Tras esa experimentación, detectaron que las ratas que fueron despertadas repetidamente presentaban niveles de actividad de ondas agudas similares, o incluso superiores, a los de los roedores que tuvieron un sueño normal. Pero el disparo de las ondas era más débil y menos organizado: mostraron una marcada disminución en la repetición de patrones de disparo anteriores.

Después de que los animales privados de sueño se recuperaran en el transcurso de dos días, la recreación de patrones neuronales previos repuntó, pero nunca alcanzó los niveles encontrados en los que tuvieron un sueño normal.

Qué implicancias tiene el estudio para el futuro

Este estudio deja claro que “los recuerdos se siguen procesando después de haber sido experimentados, y que el procesamiento posterior a la experiencia es realmente importante”, dijo Loren Frank, neurocientífico de la Universidad de California en San Francisco que no participó en el estudio. Eso podría explicar por qué dejar todo para estudiar en el día anterior a un examen o trasnochar puede ser una estrategia ineficaz.

También enseña a los investigadores una lección importante: el contenido de las ondas agudas es más importante que su cantidad, si se tiene en cuenta que las ratas que durmieron lo normal y las privadas de sueño tenían un número similar de ondas.

El hallazgo también podría tener implicancias para el abordaje de las personas con problemas del sueño y de las que sufren estrés postraumático. En este último caso, la interrupción del sueño podría utilizarse para evitar que los recuerdos se almacenen a largo plazo, opinó el doctor Buzsáki.

El doctor Diego Golombek, investigador en neurociencia y sueño del Conicet, la Universidad Nacional de Quilmes y la Universidad de San Andrés, comentó: “Desde hace mucho tiempo sabemos que el sueño es fundamental para consolidar memorias y aprendizajes. Por el contrario, la falta de sueño induce una gran dificultad para la memoria”.

Si los estudiantes tienen examen y no estudiaron lo suficiente, “lo peor que pueden hacer es quedarse toda la noche leyendo y preparando los temas: es la garantía de que no recordarán nada. En cambio, el consejo es que estudien un solo tema y se vayan a dormir”, afirmó Golombek.

“El nuevo trabajo publicado en Nature aporta evidencia más sólida sobre el efecto benéfico del descanso: se demuestra que la falta de sueño en ratones afecta negativamente la actividad de las neuronas del hipocampo, un área cerebral muy relacionada con la memoria. Y es curioso que este cambio en la actividad neuronal no se recobra del todo luego de que los animales tienen la oportunidad de recuperación del sueño”.

El científico agregó que “tiene consecuencias muy concretas en lo que se refiere al aprendizaje, o a determinados trastornos de la memoria. El sueño sin duda es una gran ayuda, y debe considerarse muy especialmente tanto en los sistemas educativos como en el tratamiento de pacientes con déficits cognitivos”.

Cómo dormir lo necesario cada noche

La mejor forma de tratar y prevenir la falta de sueño es dormir lo suficiente. Los expertos recomiendan que los adultos duerman al menos siete horas cada noche. Sin embargo, según la Fundación del Sueño de los Estados Unidos, hay 8 recomendaciones que ayudan a dormir lo suficiente:

  1. Acuéstese y levántese a la misma hora todos los días
  2. Siga una rutina relajante todas las noches una o dos horas antes de acostarse
  3. Evitar el uso de dispositivos digitales antes de acostarse y durante los despertares nocturnos
  4. Duerma sólo siestas diurnas de menos de 30 minutos
  5. Haga ejercicio todos los días durante al menos 20 minutos
  6. Mantenga el dormitorio oscuro, fresco y tranquilo
  7. Elija un colchón, ropa de cama y almohadas que le resulten cómodos
  8. Evite el consumo de la cafeína, el alcohol y productos del tabaco por la noche

Si al seguir esos consejos el problema de sueño continúa, se recomienda acudir a un profesional de la salud para determinar la causa de su falta de sueño, cansancio diurno y cualquier otro síntoma.

/psg