En caso de ganar la contienda electoral de noviembre, es poco probable que Donald Trump opte por retirar a Estados Unidos de la OTAN, pese a sus reiteradas amenazas de hacerlo. Pero eso no significa que el bloque militar permanezca intacto, según informa Politico al citar a exfuncionarios de seguridad y expertos en defensa que trabajaron bajo la presidencia de Trump y que podrían formar parte de su nuevo equipo.
Si consigue regresar a la Casa Blanca, el líder republicano no solamente esperaría que los países europeos satisfagan las reiteradas exigencias que planteó en su anterior mandato, en el sentido de aumentar su participación en los gastos de la OTAN, sino que implementaría una «reorientación radical» de esa Alianza, reveló Dan Caldwell, experto en defensa familiarizado con el pensamiento de los asesores de Trump en seguridad nacional.
El cambio que prevén supone una «reducción significativa del papel de EE.UU. en la seguridad» europea. Así, pasaría de ser el principal suministrador de poder combativo en el continente a convertirse en «alguien que provee apoyo solo en tiempos de crisis», detalló Caldwell.
Aunque Washington conservaría su paraguas nuclear en Europa, al igual que sus fuerzas y bases aéreas en Alemania, Reino Unido y Turquía, además de sus bases navales, otra cosa pasaría con la mayor parte de las labores de infantería, blindados, logística y artillería, que acabarían pasando a ser responsabilidad de los europeos, según aseguraron al medio los antiguos funcionarios y expertos del equipo de Trump.
Otra parte del plan de Trump consiste en tener una OTAN de dos niveles, lo que sugiere que los países miembros que no cumplan con el nivel de gasto militar equivalente al 2 % del PIB «no disfrutarían de la generosidad defensiva ni las garantías de seguridad de EE.UU.».
Aunque esto contradeciría el Artículo 5 del Tratado, que obliga a ayudar a todo miembro que resulte atacado, los asesores del expresidente alegan que el lenguaje de esa disposición es flexible y no necesariamente requiere de una respuesta militar.
Conflicto en torno a Ucrania
Asimismo, el republicano tiene planes para el conflicto ucraniano. Dos expertos del entorno de Trump contaron que en caso de tener éxito electoral, este contemplaría como presidente un acuerdo con Moscú, bajo el cual la OTAN se comprometería a cesar su expansión oriental, en particular hacia Ucrania y Georgia, y negociaría con el presidente ruso, Vladímir Putin, sobre las partes de Ucrania que Rusia podría mantener bajo su control.
No se precisa de qué territorios en particular se trata. A día de hoy, las fuerzas rusas siguen avanzando a lo largo de la línea del frente en el marco de su operación militar especial, lanzada en febrero de 2022, con el fin de desnazificar y desmilitarizar a Ucrania. Así, permanecen en la mayor parte de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk y las provincias de Jersón y Zaporozhie, que fueron incorporadas a Rusia como parte de su territorio después de que millones de sus residentes lo decidieran en referendos.
Las tropas rusas también siguen avanzando en la provincia de Járkov en respuesta a los bombardeos ucranianos de «los barrios residenciales de las zonas fronterizas, incluida Bélgorod», con el objetivo de «crear una zona de seguridad, una zona sanitaria», según explicó el presidente Putin, al añadir que Moscú no planea tomar el control de Járkov.
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