El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se dirigió al pueblo estadounidense para pedir que se rebaje la tensión y evitar así que la situación derive en un campo de batalla, alegando que “todos” tienen “la responsabilidad de hacerlo”, después del intento de asesinato de este fin de semana contra su predecesor, Donald Trump, que ha resultado herido leve.

“En Estados Unidos resolvemos nuestras diferencias en las urnas. Así es como lo hacemos. No con balas. El poder de cambiar a Estados Unidos siempre debe estar en las manos de la gente, no de un posible asesino. El camino a seguir a través de visiones opuestas de campaña debe resolverse de manera pacífica, no mediante actos de violencia”, ha declarado desde el Despacho Oval.

Biden ha aseverado que “el odio no debe tener ningún lugar donde resguardarse”, de forma que ha instado a salir de aquellos lugares en los que “estamos de acuerdo, donde la desinformación es incontrolable, donde actores extranjeros avivan las llamas” de la división “para dar forma a resultados coherentes” con la visión de cada uno.

“Un expresidente ha sido tiroteado y un ciudadano estadounidense ha muerto mientras simplemente ejercía su libertad para apoyar al candidato de su elección. No podemos, no debemos, seguir este camino en Estados Unidos. La violencia nunca ha sido la respuesta. (…) Sin excepciones. No podemos permitir que esta violencia se normalice”, ha sostenido.

Ante esta situación, ha recordado otros hechos de violencia política vividos recientemente en el país norteamericano, como el asalto al Capitolio (6 de enero de 2021) o la agresión a martillazos contra Paul Pelosi, marido de la expresidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi (28 de octubre de 2022). También ha mencionado ataques contra miembros del Congreso y de ambos partidos, intimidación a funcionarios electorales o complot de secuestro contra las autoridades.

Por ello, Biden ha pedido a la ciudadanía que se comprometa con el respeto y la unidad ante los “profundos desacuerdos”. “Nada es más importante para nosotros que permanecer juntos”, ha asegurado, si bien ha hecho hincapié en que la elección de los próximos comicios “dará forma al futuro de Estados Unidos y del mundo en las próximas décadas”. En este sentido, ha abogado por “la decencia, la dignidad y el juego limpio” como “realidades vivas y respirables”.

Biden ha considerado que se enfrentan a un momento de “prueba a medida que se acercan las elecciones”, puesto que “cuanto más hay en juego, más fervientes se vuelven las pasiones”. “Esto impone a cada uno de nosotros una carga adicional para garantizar que, por muy fuertes que sean nuestras convicciones, nunca caigamos en la violencia”, ha reclamado.

Después de dirigirse a la población en horario de máxima audiencia está previsto que este lunes por la noche la cadena NBC emita una entrevista que servirá para retomar la campaña tras haber sido cancelada estos días debido al atentado que sufrió Trump en un mitin en Pensilvania.

Esta misma semana también está previsto que se celebre el Comité Nacional Demócrata (DNC), que al igual que la Convención Nacional Republicana también tendrá lugar en Milwaukee.

“Tras la entrevista del presidente el lunes por la noche, tanto el DNC como la campaña seguirán contrastando nuestra visión positiva del futuro y la agenda retrógrada de Trump y los republicanos a lo largo de la semana”, ha confirmado una fuente del Gobierno de Estados Unidos a ‘The Hill’.

Mientras tanto, Trump ha llegado a Milwaukee para participar en la Convención Nacional Republicana, que comienza este lunes y en la que se certificará su candidatura a la Casa Blanca. “No tengo ninguna duda de que criticarán mi mandato y ofrecerán su propia visión”, ha reconocido, antes de señalar que mientras estará defendiendo su labor, la democracia, la Constitución y el Estado de derecho.

“Así es como debería funcionar la democracia. Debatimos y no estamos de acuerdo. Comparamos y contrastamos el carácter de los candidatos, los antecedentes, los temas, la agenda, la visión de Estados Unidos”, ha concluido.

El ataque, en el que Trump resultó herido leve en su oreja derecha después de que la bala la rozara, se saldó con la muerte de un simpatizante y con otros dos heridos, que han sido hospitalizados. El atacante, identificado como Thomas Matthew Crooks, de 20 años, fue abatido segundos después por un francotirador del Servicio Secreto en el tejado desde el que efectuó los disparos.

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