La líder opositora venezolana, María Corina Machado, sigue recorriendo el país en los últimos días previos a las elecciones presidenciales, confiando en su victoria en las urnas. Nicolás Maduro “ya no tiene gente ni fuerza” y “sabe que ya fue derrotado”, dijo en las últimas horas ante una multitud de simpatizantes que salió a las calles del estado de Portuguesa a demostrarle su respaldo.
“Lo derrotamos espiritual y moralmente, y lo derrotamos en las calles… eso se va a ver esta tarde aquí en Guanare”, celebró y agregó que gracias al compromiso del pueblo y la unidad de toda la oposición “todas las metas se han cumplido” e irán “hasta el final”. El 28 de julio habrá electores “bien formados, organizados y comunicados en todos los centros y en todas las mesas de votación”, tanto en Venezuela como en el exterior, y se hará un gran esfuerzo por impedir irregularidades en la elección, continuó.
Este escenario, sin embargo, dista completamente del de Maduro, cuya campaña dejó en evidencia los pocos simpatizantes que conserva y las bajas intenciones de voto que tendría frente a Edmundo González Urrutia, según recientes encuestas que adelantan una victoria de 47 puntos del candidato de la Plataforma Unitaria Democrática. A raíz de ello, explicó Machado, el régimen ha tenido que lanzar cada vez más operaciones de sabotaje, persecución e intimidación, con el objetivo de debilitar al bando contrario.
“Han hecho de su campaña la violencia. Lo único que les queda es recurrir a la violencia y al miedo, a la persecución y a las detenciones de personas inocentes”, dijo.
Inclusive, respaldando sus palabras, durante un discurso en la Parroquia La Vega, en Caracas, Maduro advirtió que si no consigue la reelección, Venezuela podría enfrentarse a un “baño de sangre” y una “guerra civil fratricida”. “El 28 de julio, si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo”, sostuvo, nuevamente utilizando el terror como recurso y planteando la dicotomía entre “guerra y paz”.
A esto se sumaron las cifras difundidas la víspera, que expusieron que desde el pasado 4 de julio, cuando inició oficialmente la campaña electoral en Venezuela, 77 simpatizantes y colaboradores de la oposición fueron detenidos, mientras que otros 102 quedaron arbitrariamente tras las rejas durante los siete meses de este año, también por cuestiones políticas.
“Esto (…) constituye un indicio serio y muy claro, muy evidente, de que se está ejecutando desde el poder, contra la ciudadanía, un esquema sistemático y generalizado de restricción (…), en razón de la identidad específica de un grupo de ciudadanos (…) que se identifica con la opción política propuesta por María Corina Machado y Edmundo González”, señaló Gonzalo Himiob, director de la organización Foro Penal, que publicó el balance.
El último de estos episodios se produjo durante la madrugada de este miércoles, cuando oficiales del régimen ingresaron en la vivienda de Milciades Ávila, jefe de la custodia de Machado, y lo llevaron detenido “violando todo procedimiento legal”. Según el Palacio de Miraflores, al antichavista se lo acusa de violencia de género contra un grupo de mujeres que habían intentado agredir a la política durante un acto el sábado, aunque varios opositores han condenado el accionar y asegurado que se trata de cargos falsos y que existen evidencias que desmienten la narrativa del régimen.
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