Tras los nueve asesinatos ocurridos el fin de semana pasado en Lampa y Quilicura, el tema de la delincuencia volvió a instalarse en el corazón del gobierno.

Desde el Ejecutivo reaccionaron rápidamente y tanto el Presidente Gabriel Boric como la ministra del Interior, Carolina Tohá, salieron a defender las gestión en la materia.

Sin embargo, dos estudios de Libertad y Desarrollo en materia de delincuencia, contradicen las cifras que ha puesto el gobierno sobre la mesa, especialmente en dos puntos que ha resaltado esta semana: la supuesta baja en la tasa de homicidios a nivel nacional y los resultados que ha dado el plan «Calles sin Violencia«.

El primer semestre con más robos con violencia y el segundo con más homicidios

Un punto que ha defendido en el gobierno, y que planteó el propio Presidente esta semana, es que en materia de seguridad han logrado bajar los índices de homicidios a nivel nacional.

Sin embargo, uno de los estudios del think tank da cuenta que, considerando las cifras de STOP de Carabineros, sólo hubo seis homicidios menos en los primeros seis meses de 2024 respecto del mismo período de 2023. «Al revisar el primer semestre de los últimos tres años, observamos que en todos ellos los homicidios superan los 400 casos, manteniéndose un promedio de dos homicidios al día».

Según el estudio, a partir de 2022 se produjo un alza importante en los homicidios, superando las 400 casos, umbral del que no se ha podido bajar. En 2023 se registraron 416 homicidios y en 2024, 410.

«No se ha quebrado ninguna tendencia al aumento, o tampoco es la disminución anual que se comunicó a principio de año respecto del 2023. Esta leve baja no es una baja significativa y si este año la hubo ya se revirtió con los asesinatos de julio», explica a El Líbero Daniel Rebolledo, sociólogo e investigador de LyD quien fue jefe del Departamento Análisis y Estadísticas del Ministerio del Interior en el segundo gobierno de Sebastián Piñera.

El estudio muestra además otra cifra preocupante: los robos con violencia en el primer semestre aumentaron un 2,8% respecto del año anterior, alcanzando su cifra más alta en los últimos ocho años, elevando la proporción de delitos violentos dentro del total de delitos (41%).

Es decir, según el estudio, este año tuvimos el primer semestre con más robos con violencia y el segundo con más homicidios desde 2017.

La escasa ejecución presupuestaria del plan «Calles sin Violencia»

Otro punto que ha salido defender el gobierno es el plan «Calles sin Violencia», luego de los cuestionamientos que surgieron por no incluir a las comunas de Quilicura y Lampa.

La ministra del Interior, Carolina Tohá, de hecho, no sólo defendió el plan asegurando que en las comunas aplicadas hay mejores cifras, sino que anunció que este se extenderá a más comunas. En esta línea argumentó que «para alcanzar la escala de la RM se requiere una cantidad de recursos que en tiempos habituales no tenemos disponible. Hoy día ya en la planificación podemos proyectar recursos que nos van a permitir que ya la RM no va a tener ‘Calles sin Violencia’ en algunas comunas, sino que los va a tener en su conjunto. Así esperamos que los resultados que hemos logrado en la mayoría de los comunas con el plan se extienda a la región en su conjunto».

El mismo estudio de LyD, sin embargo, muestra que el Plan «Calles Sin Violencia», lanzado el año pasado, tiene una escasa ejecución presupuestaria.

Según la minuta del ministerio de Hacienda del Presupuesto 2024, se destinó para el plan 24.251 millones. Sin embargo, el informe de LyD, basado en «informes recientes de la Dirección de Presupuestos (Dipres)» arrojó que «a mayo del presente año se ha ejecutado apenas un 16% del total de las transferencias comprometidas».

En el detalles de esta ejecución, sostiene el informe, hay «una subutilización significativa de los recursos destinados a Carabineros y la PDI».

«Si bien las transferencias al Ministerio Público se han ejecutado en un 39%, recursos destinados a impulsar el proyecto ‘Fuerza de Trabajo de Reacción Temprana e Investigación de homicidios cometidos en contexto de crimen organizado’ (Proyecto ECOH), aquellos destinados a Carabineros y la PDI ($14,2 mil millones), no se han utilizado».

Los dudosos resultados del plan

En cuanto a los resultados que ha tenido el plan, un segundo estudio realizado por Libertad y Desarrollo en abril de 2024, en el marco del cumplimiento de un año desde su puesta en marcha, muestra que comparadas respecto al mismo periodo de los años anteriores, las 48 comunas que forman parte de «Calles sin Violencia» no presentan mejoras significativas.

Pese a no existir un documento con los indicadores oficiales que busca perseguir el plan, para el estudio el informe consideró los indicadores entregado por el propio gobierno «a través de distintos balances del plan, en la prensa», y donde se encuentran el número de homicidios, kilos de droga decomisada, número de infracciones cursadas, número de controles preventivos, número de detenidos y número de armas incautadas.

Así, comparando el periodo que va entre mayo de 2023 a febrero de 2024 (último mes del que se dispone información), con mayo de 2022 a febrero de 2023, el informe concluyó que «a pesar de la focalización de esfuerzos en las 48 comunas que son parte del plan, en el periodo considerado para el análisis, el número de detenidos disminuyó».

Esto pese a que «las labores de prevención permitieron aumentar el número de controles de identidad». Asimismo, «la cifra de controles de identidad, así como su aumento, tanto en términos porcentuales como netos, fue mayor en las comunas que no están incluidas en el plan», cifra que pone en duda la aplicación de éste.

Otra cifra observada en el periodo analizado es que la cantidad de drogas incautadas en las comunas que forman parte del plan disminuyó. «Entre los decomisos de las tres principales drogas (marihuana, cocaína y pasta base), se observa una caída en las cantidades incautadas en aquellas comunas donde opera esta política», dice el informe.

Lo que sí se observó en las comunas que son parte del plan, durante el periodo analizado, es una caída en un 7% en el número de homicidios. Sin embargo el informe sostiene que esta cifra se debe mirar con cautela ya que en ese periodo «los homicidios disminuyeron en un 11% en las comunas que no son parte del plan».

Original de El Líbero

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