El domingo 11 de agosto, el majestuoso Stade de France fue el escenario de una inolvidable ceremonia de clausura, que marcó el final de los Juegos Olímpicos de París 2024. En un evento espectacular, lleno de música, luces y emoción, artistas como Phoenix, Air, Kavinsky, H.E.R., y VannDa unieron su talento para celebrar el espíritu olímpico y la cultura global.

Uno de los momentos más emotivos de la noche fue el desfile de aproximadamente 9,000 atletas de todo el mundo, quienes marcharon con orgullo, simbolizando la unidad y el espíritu deportivo que han definido estos Juegos. La ceremonia también incluyó el traspaso de la Bandera Olímpica a Los Ángeles, sede de los próximos Juegos en 2028, con una emotiva entrega por parte de Tom Cruise a legendarios deportistas estadounidenses, como Michael Johnson.

Podría aseverarse sin miedo que Tom Cruise, a los 62 años, transpiró más que muchos de los atletas que descollaron en los Juegos Olímpicos. Es que el actor de Misión Imposible, entre otras exitosísimas sagas y películas, resultó la pieza clave de la transición entre París 2024 y Los Ángeles 2028. Como su personaje Ethan Hunt (de quien hace todas las escenas de riesgo), el artista descendió, munido de un cable, de las alturas del Stade de France. Y compuso el momento más vibrante de la ceremonia de clausura.

“Gracias, París. Ahora, a Los Ángeles”, escribió Cruise en su cuenta de Instagram, antes de lanzarse en su primera pirueta. Tom cayó sobre el campo de juego en Saint Denis, saludó chocando las palmas con atletas y subió al escenario, donde H.E.R interpretaba el himno de Estados Unidos y la gimnasta Simone Biles sostenía la bandera olímpica ya enfocada en Los Ángeles 2028.

Galante, el actor saludó, tomó la bandera y se subió raudo a una motocicleta que lo esperaba a un costado para dejar el estadio. Pero su intervención no terminó allí. Porque, gracias a la magia de la edición, Tom recorrió París a bordo de su moto, con la bandera en la mano y la Torre Eiffel de fondo. Sin frenar, se subió a un avión militar que lo esperaba con la compuerta abierta para volver a elevarse majestuosamente.

Luego, Cruise se lanzó en paracaídas desde el avión para caer en Los Ángeles. Ya en suelo estadounidense, se trasladó a la mítica colina del cartel de Hollywood, donde cedió la bandera a una ciclista para que continuara su periplo. Pero su intervención tuvo un cierre dorado: abrió su caja de herramientas y le añadió dos aros a las O de Hollywood, formando el símbolo olímpico.

Mientras, la bandera siguió su camino, primero al Coliseo de Los Ángeles, escenario de la edición de 1984 de los JJOO. Y luego a la playa, donde aguardaba Red Hot Chilli Peppers. La banda ya había musicalizado la aventura del artista, y continuó con la interpretación de “Can’t Stop” sobre la arena, y con el cartel de LA2028 y el mar como escenografía.

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