Daniel Alcaíno lleva más de dos décadas haciendo reír a los televidentes y sus fanáticos con su personaje de Yerko Puchento, el que como todo en esta vida, fue mutando con el paso del tiempo.
Durante los últimos meses, el actor recorrió el país con su show Otra cosa es con guitarra, en el que habla sobre la contingencia nacional y aparece personificado del Presidente de La República.
Además, el 30 de agosto hará un espectáculo en el Gran Arena Monticello junto a Mario Aguilar, el comediante “más viral” de México. Esto, sumado a sus apariciones de cada viernes en Podemos Hablar, demuestra que su personaje está más vigente que nunca.
En ese contexto, Alcaíno se tomó un minuto para hablar con La Cuarta precisamente sobre su “renacer”, pues hubo algunos años en los que estuvo alejado de las pantallas y de los públicos masivos.
Por ejemplo, abordó las grandes diferencias entre el Yerko de antaño y el que se puede ver por estos días en TV, que sigue sin filtro, pero que igual trata de no trolear más de la cuenta a los invitados.
“Desde que nació el personaje ha tenido muchas variantes, pero yo me centraría en el peak, que fue en el programa Vértigo. Porque el personaje es de mucho antes, desde el 2001. Ahí partimos con el Por fin es lunes, después estuvimos en La noche de Cecilia, Aquí se pasa Mundial, varios programas hasta que llegamos al formato Vértigo, que era un formato muy agresivo”, relata al diario pop.
Y en esa misma línea, agrega: “eran en otros tiempos, era otro Chile, con teclera, eliminar gente, existían los primeros reality, los cara a cara entre famosos. La entrevista humana que después se hacía donde se preguntaba de todo, se metían en la intimidad de la gente, la farándula estaba viva, viva, viva. La televisión era otra, el invitado iba y tenía el premio de un viaje, una camioneta, dinero, y el personaje (Yerko) salía con esa licencia de hacer bolsa al invitado, que si lograba pasar ese callejón oscuro, ganaba todos esos premios, entonces yo creo que de ahí quedó la idea de que el personaje era duro, que le daba a la gente”.
De hecho, ahí establece la primera diferencia. “Yo creo que, a través de todas las cosas que ya sabemos, que Chile cambió o no cambió, que es algo que no se sabe, si Chile despertó o no despertó (ríe)… creo que la idea y lo que hemos tratado de hacer en el programa en PH es que el invitado también se ría, se divierta de su propia biografía. Y que no sea incómodo, que no sufra, que no se vea un personaje incómodo, sino que el invitado lo pase bien, se ría y que sea más ingenioso que punzante Ojalá las dos cosas, pero siempre es mucho más ingenioso y más divertido que hiriente. Así lo resumiría yo como ha sido esta temporada en PH”, reflexiona.
Pero eso no es todo, pues Daniel también destaca el buen feeling que tiene en pantalla con JC Rodríguez, conductor del espacio de conversación de Chilevisión.
“Siento que hemos hecho un buen fiato ahí con Julio César. De hecho también yo creo que la mitad de la rutina es improvisada con cosas que van saliendo. A veces nos centramos más en lo que ocurre en la semana más que en los invitados también. A los invitados ya les he dicho tantas cosas. Voy a inventar…, va a una Kenita Larraín y ya, en 7 Vértigos le he dicho de todo. Entonces hoy día es más suave, más cariñoso. Obviamente (se broma con) la numerología, vamos a hablar de otras cosas, con ciertos guiños a Zamorano, con ciertos guiños a tal cosa, pero son más guiños, ya no es tan fuerte como para herir, burlarse del otro, sino que reírse con el otro”.
– El Yerko más duro se puede ver en los temas de contingencia más que en el troleo a los famosillos, ¿no?
– Claro, en la gente donde está la rabia hoy en día, porque antes el foco estaba en las farándula, hoy en día yo creo está en el abuso, las cosas que han pasado ahora, las grandes empresas que abusan de los chilenos, o la violencia, el Tren de Aragua, lo que hacen los jueces, las filtraciones, la influencia. Lo que están haciendo los alcaldes, los robos, los abusos, en fin, hay otros objetivos yo creo.
– Igual, por ejemplo, la Fran García-Huidobro se mosqueó parece con que la comparan a cada rato con Pin Pon…
– No, pero fue simpático, fue simpático. Ella es brava, entonces, claro, pero no, le van dando ingredientes al programa. A través de Julio César sabemos que no está enojada. El mismo Julio nos mostró antes que saliera en la prensa lo que ella le mandó, y Julio nos mostró y son cosas simpáticas. Es como el juego que teníamos con Cristian Sánchez y la Diana (Bolocco). O con Martín (Cárcamo), que decíamos que era borracho y Martín ni toma.
– A JC igual lo sube harto al columpio…
– Vamos creando una cosa semana a semana, a Julio César le decimos que mete minas en una camioneta y que llena el departamento de mujeres. Son como fantasías que puede tener la gente, o que anda volado todo el día porque hace La Junta. Pero na que ver, es un gallo que trabaja todo el día, es trabajólico. Pero bromear con que trabajólico no es divertido, lo divertido que este hueón, que no tiene la pinta de un Benjamín Vicuña, agarra con cabras jóvenes… es hueveo. Es como la gente te percibe yo creo, más que lo que realmente es.
– Igual el hombre le contesta firme…
– Obviamente, él se ríe… si él estuviera con una cara de poto y me dijera hueón, ‘sabes que para el chiste’, no es para nadie agradable. Para nada. Pero él me responde también, me responde de mi separación, me responde de qué tal cosa, de mi enfermedad, me responde de todo. Es un periodista que está súper informado de todo, así que no le podís salir con una nueva.
– Oiga, ¿ya se acostumbró en PH a hacer sus rutinas con menos público, en comparación a lo que pasaba en Vértigo?
– Yo creo que con el público que teníamos en Vértigo, me sentiría Coco Legrand. Porque realmente es como actuar frente a… no sé, en una pieza. Cómo actuábamos cuando hacíamos el Vértigo por Zoom, para el tiempo de la pandemia. De hecho, le pedimos al equipo que nos pusiera público y todos los días ponen un puñado de gente, 8 personas, 10 persona, para que haya un feedback, pero yo creo que eso nos sirve bastante. OIgual por eso mismo yo creo que nos hemos centrado más en jugar con los invitados, divertirnos, sentarnos al lado de ellos, opinar de su ropa, abrazarnos, recordar cosas, que sea como un encuentro de amigos. Compartimos mucho con Julio, compartimos con los invitados. Y si sale divertido y eso se transmite, mejor. Pero antes, claro, antes vociferábamos para la gente, para el público Y la gente gritaba, aplaudía y quería más, era como un circo romano. Decía ‘¿me quieren más malo?, ¿lo hago bolsa?’, y la gente gritaba que sí, entonces ibas inflándote como con un bombín.
– Lo último, con esto del show que hará con el comediante mexicano, ¿se le pasa por la cabeza internacionalizar su carrera como humorista?
– A esta altura no he internacionalizado nada, imagínate. No, yo soy una persona bastante poco ambiciosa en términos de ir preparando caminos. No soy un visionario de cosas. Tengo la suerte de que mi trabajo lo he podido desarrollar en todos los ámbitos. Porque no me siento un comediante, no me siento un humorista. Soy un actor que hace personajes que le han ido bien en el ámbito humorístico, como Yerko, Peter Veneno, en fin. Pero también he tenido satisfacciones en series como Los 80, La sangre del Camaleón el año pasado, Los Mil Días de Allende que me tocó interpretar a Pinochet, 42 Días en la Oscuridad. Este año ahora en octubre se estrena una serie para Amazon que se llama Vencer o Morir, en la que tengo también una participación importante. Y ahí también me siento muy cómodo.
-Ufff, harto pituto usted…
– Este año estrenamos también ¿Quién le teme a Virginia Woolf? en el Teatro Nacional, una obra que nos ha ido muy bien, un clásico de todos los tiempos. Hemos viajado por todo Chile. También estoy en otra obra que se llama La Población de Víctor Jara, donde hacemos con un coro sinfónico y una orquesta sinfónica de cada lugar donde vamos. Cantamos canciones de Víctor. Esa variedad, la versatilidad, las oportunidades que me ha dado la vida, las agradezco porque las tomo todas.
– No le dice que no a nada…
– Yo no podría dejar de actuar en teatro, por ejemplo, por dedicarme solo al humor, ni podría hacer solo teatro, olvidándome de la risa de la gente, de lo bien que lo paso cuando lo hago. Lo paso bien haciendo cine, haciendo teatro, actuando en un colegio, en un beneficio, en una completada. Cada cosa tiene su afán y me gusta mucho. Aparte que siento que soy una persona muy chilena. Hay cosas que no me gustan, obviamente, de mi país, pero siempre estoy observando mucho hacia adentro. Y nunca, ni cuando joven, me dio por viajar ni por internacionalizar mi carrera. No, soy muy de familia, quiero mucho a los míos y no podría estar sin ellos yo creo. Así estamos bien. Soy un agradecido chile. Chile me ha dado todo.
/Entrevista de Juan Csrlos Muñoz para La Cauarta