La comunidad internacional ha exigido pruebas luego de que Nicolás Maduro se proclamó ganador sin publicar las actas de las elecciones presidenciales en Venezuela. El hecho de que haya acudido al Tribunal Supremo venezolano, favorable al chavismo, no hace más que provocar sospechas de fraude.
El Supremo se encuentra en las etapas finales de la supuesta auditoría de las pruebas proporcionadas por la autoridad electoral venezolana, con una fecha límite autoimpuesta para el martes 20 de agosto. Mientras tanto, la crisis se acrecienta en las calles de Venezuela, con protestas masivas, represión, miles de detenidos y el riesgo de que el conflicto se salga de control.
Por su parte, el Ministerio Público de Venezuela abrió una investigación por “conspiración” y otros delitos relacionados con la página web en la que la oposición publicó el 83,5% de las actas de las elecciones presidenciales del 28 de julio, que demuestran la victoria de su candidato, Edmundo González Urrutia.
Ahora, dos nuevos análisis realizados por reconocidos académicos de la democracia revelaron que el reconocimiento de la reciente victoria de la oposición en Venezuela no es una cuestión de izquierda contra derecha y que la acusación por parte del chavismo de una “conspiración” internacional es infundada.
Se trata de dos informes realizados por separado por la doctora Dorothy Kronick, de la Universidad de California en Berkeley, y el doctor Walter Mebane, de la Universidad de Michigan.
En 2019, la Organización de Estados Americanos (OEA) emitió un informe que puso en duda la estrecha victoria de Evo Morales en las elecciones bolivianas, lo que contribuyó a protestas y deserciones militares que llevaron a su renuncia y al ascenso del gobierno de Jeanine Añez. Poco después, fueron precisamente estos dos expertos internacionales quienes refutaron el análisis de la OEA y validaron la victoria de Morales.
Son de nuevo estos dos académicos quienes han publicado análisis utilizando las mismas técnicas que en 2019 para validar la victoria de González Urrutia
Mebane aplicó su técnica de “eforensics” a 25.073 actas oficiales publicadas por la oposición, que representan 10,8 millones de votos. Sólo encontró posibles signos de fraude en dos actas, con una estimación de votos fraudulentos que va de 120 a cero de un total de 10.888.475 votos. Su análisis confirma que la ventaja de 3,9 millones de votos que las actas otorgan a González Urrutia sobre Maduro sería matemáticamente insuperable.
Por su parte, Kronick ha publicado un trabajo (que aclara, en diálogo con Infobae, que aún se encuentra en estado “borrador” y que continúa actualizando continuamente) en el que ilustra cómo el protocolo de “triple verificación” prescrito por la ley electoral venezolana, junto con las pruebas disponibles, establece la legitimidad de las actas publicadas por la oposición, tal como lo hicieron en el pasado para validar las victorias chavistas.
En diálogo con Infobae, ambos académicos explican cómo llegaron a sus resultados, que validan a González Urrutia como ganador de las elecciones presidenciales en Venezuela.
La “triple verificación” de Kronick
El informe de Dorothy Kronick sobre las elecciones del 28 de julio de 2024 en Venezuela es un análisis exhaustivo y en constante evolución que respalda con un “alto grado de probabilidad” la legitimidad de la victoria de Edmundo González Urrutia. Kronick explica que la “traza de papel” generada por el sistema electrónico de votación venezolano “esencialmente descarta el fraude o la falsificación” por parte de la oposición. Este sistema, elogiado por Jimmy Carter como “el mejor del mundo”, asegura que los comprobantes de votación y las actas impresas son pruebas contundentes del resultado electoral.
El sistema de votación venezolano está diseñado para prevenir fraudes mediante un proceso de verificación tripartito que involucra los comprobantes de votación, las actas impresas y la publicación de datos a nivel de máquina. Este sistema ha sido efectivo tanto en validar resultados oficiales como en detectar fraudes en elecciones pasadas. Kronick menciona los casos de las elecciones regionales en Bolívar en 2017 y Barinas en 2021, donde la traza de papel fue clave para revelar intentos de fraude.
“El periodista venezolano Francisco Toro dijo hace como diez años que el sistema de voto electrónico de Venezuela es el lápiz más caro del mundo. ¿Por qué? Porque simplemente imprime comprobantes de papel. Y estos comprobantes se cuentan a mano”, explicó en diálogo con Infobae. “No es un sistema de voto electrónico sin comprobante: cada votante recibe el comprobante y lo deposita en una urna y al final eso se cuenta. Son estos comprobantes los que demostraron que no hubo fraude de parte del gobierno de Chávez en varias elecciones anteriores. No todos, porque en algunos sí hubo. La gente puede comparar el conteo a mano de comprobantes con las cifras que publica el Consejo Nacional Electoral, o que publicaba y que ahora publica el comando opositor. Esto es lo que creo que da en general confianza en que se contaron bien los votos”.
En su trabajo, la autora detalla que el comando de campaña de González Urrutia entrenó a miles de voluntarios para “recoger y escanear actas” durante la noche de las elecciones, lo que permitió publicar imágenes digitalizadas de estas actas y asegurar la transparencia del proceso. Kronick subraya que, para desmentir estos resultados, sería necesario creer en una conspiración masiva, donde “miles de testigos pro-gobierno y funcionarios que tendrían evidencia impresa del fraude han decidido permanecer callados”, lo cual considera altamente improbable.
“Habría que tener una conspiración muy grande. Y por lo que he visto, hasta el momento, no hay evidencia de una falta de coincidencia entre el acta y el conteo de comprobantes”, remarcó.
Kronick concluye que “la traza de papel proporciona una medida significativa de cómo votaron los ciudadanos” y que los datos del comando opositor reflejan la voluntad popular “con muy alta probabilidad”: “Lo que puedo decir es que con la evidencia que tenemos en mano hoy en día, creo que con muy alta probabilidad los datos del comando sí reflejan los votos del 28 de julio”.
Finalmente, Kronick plantea que, ante un posible “duelo entre dos muestras de actas”, el conteo manual de los comprobantes de votación y la verificación ciudadana serían cruciales para dirimir la verdad.
El método “eforensics” de Mebane
Mebane es líder mundial en el uso de análisis cuantitativo profundo para determinar la veracidad de los resultados electorales. Desarrolló el modelo “eforensics”, que ha demostrado ser una herramienta clave para detectar irregularidades en procesos electorales.
Este modelo utiliza una metodología específica para estimar “el número de lo que el modelo llama votos fraudulentos”, según explicó a Infobae, y se enfoca en identificar “‘distorsiones malévolas’ de las intenciones de los electores que cambian o pueden cambiar el resultado de una elección”.
“La idea del eforensics es usar métodos estadísticos para tratar de determinar si el resultado electoral representa con precisión las intenciones de los electores”, describió.
El análisis de Mebane se basa en clasificar las mesas electorales en tres categorías: sin fraude, con fraude incremental y con fraude extremo. Estas categorías permiten distinguir entre diferentes niveles de irregularidades, desde las más leves hasta las más graves. Según el modelo, en el caso de Venezuela, “la elección de 2024 para presidente en Venezuela parece realmente limpia desde el punto de vista de la estimación”, ya que las irregularidades detectadas fueron mínimas.
Según el informe, sólo dos mesas de las 24.532 analizadas presentaron algún indicio de fraude, lo que corresponde a un total estimado de apenas 57,9 votos fraudulentos. Este hallazgo refuerza la legitimidad de la victoria del candidato opositor Edmundo González Urrutia, quien obtuvo 7.156.462 votos frente a los 3.241.461 de Nicolás Maduro.
Los resultados indican que “la probabilidad de fraude es extremadamente baja” en las elecciones de 2024 en comparación con otros comicios anteriores en Venezuela. El informe detalla que “la credibilidad del resultado electoral es alta”, dado que incluso el margen de error en la estimación del fraude es insignificante.
El modelo forense de Mebane, desarrollado en el año 2000, es capaz de identificar situaciones donde los votos que deberían haber sido contados para un candidato fueron incorrectamente asignados a otro, beneficiando al “líder”. Estos votos, conocidos como “votos fabricados”, son una de las irregularidades que el modelo busca detectar. Sin embargo, en las elecciones de 2024 en Venezuela, solo se encontró una mesa que podría tener votos fraudulentos, y el número estimado de estos votos podría ser “cero”.
El informe también compara las elecciones de 2024 con otros procesos electorales en Venezuela, como las elecciones presidenciales de 2000 y el referéndum constitucional de 2007, donde se encontraron “mayores indicios de fraude”. Mebane concluyó que las actas publicadas por la oposición y que dan como ganador a González Urrutia muestran que “el proceso electoral de 2024 es uno de los más transparentes en la historia reciente de Venezuela”.
El trabajo del experto demuestra que “el liderazgo opositor no solo ganó con un margen claro, sino que lo hizo en un proceso mayormente libre de irregularidades significativas”.
—En concreto, ¿qué dicen sus hallazgos sobre la legitimidad del proceso electoral venezolano en este 2024?
—Si uno cree que los datos que analicé, estos recuentos de las mesas tomadas de las actas por el partido opositor representan con precisión los votos emitidos por los votantes el día de las elecciones, es decir, si las máquinas de votación registraron correctamente los votos, obtuvieron las hojas de recuento, las actas, y transcribieron los números de manera correcta, mi análisis de esos datos indica que el candidato de la oposición ganó por, aproximadamente, 7 millones a 3 millones de votos, y no hubo señales, según el modelo eforensics, de ningún tipo de “distorsión malévola” en esos votos. Por lo tanto, ese es el candidato que debería ganar. En ese caso, es problemático que el gobierno esté declarando que alguien más ganó, como Nicolás Maduro, y los datos que tengo muestran que todos tienen la misma información. En términos de recuento de votos, esto contradice lo que el gobierno quiere hacer, en cuyo caso la legitimidad de la elección sería buena si González Urrutia pudiera ser el ganador de la elección y asumir el cargo. Más allá de lo que digo en mi trabajo, porque realmente no tomo una posición sobre esto, creo que los datos son reales. Y creo que González Urrutia debería ser el ganador según los votos que hemos visto. Tal vez presenten otros reemplazos convincentes para las actas que tenemos ahora. No creo que eso suceda, pero veremos.
/psg