El oro alcanzó ayer un máximo histórico en los mercados internacionales, con el valor de la onza superando los US$2.500 y llevando por primera vez la cotización del lingote a un valor superior al millón de dólares.
Este fenómeno fue abordado por analistas, quienes profundizaron sobre las razones detrás de esta «fiebre del oro».
Según explicaron, mientras la incertidumbre económica y las tensiones globales continúen, es probable que el oro mantenga su posición como el refugio financiero por excelencia, con la posibilidad de alcanzar nuevos récords en el corto y mediano plazo.
Por ejemplo, Rafael Weber, analista de estudios de Capitaria, explicó que la «la creciente incertidumbre económica, exacerbada por tensiones geopolíticas y el temor a una posible recesión, ha llevado a los inversores a buscar refugio en el oro, un activo seguro que históricamente ha servido para proteger el valor durante tiempos de crisis».
Además, Weber destaca el incremento en la demanda física, tanto por parte de bancos centrales como de particulares, que ven en el oro una cobertura contra la inflación y la depreciación de las monedas.
Ignacio Mieres, jefe de análisis de XTB Latam, refuerza esta visión, añadiendo que «la alta demanda de oro por parte de los bancos centrales y la incertidumbre en torno a la actividad económica global, con China enfrentando dificultades y Estados Unidos mostrando debilidad en su mercado laboral, han intensificado el interés de los inversionistas».
Según Mieres, este contexto ha generado expectativas sobre una posible flexibilización de la política monetaria por parte de la Reserva Federal, lo que ha añadido atractivo al oro como refugio financiero.
¿Cuáles son las razones que explican precios récords?
La debilidad del dólar estadounidense es un factor clave detrás del alza del oro, explica Weber.
«El precio del oro ha alcanzado niveles récord debido a varios factores económicos clave. La debilidad del dólar ha sido un motor principal, ya que el oro cotiza en dólares y cualquier depreciación de la moneda tiende a elevar su precio».
Además, menciona que la alta inflación y los bajos rendimientos de los bonos han hecho que el oro se destaque frente a otros activos, especialmente cuando los inversores anticipan una posible reducción de tasas de interés por parte de la Reserva Federal.
Francisco Labarca, académico de la Facultad de Economía y Negocios UDD, agrega que «el precio del oro refleja la incertidumbre global, combinando tensiones en Medio Oriente con temores de una desaceleración económica mundial».
Labarca subraya que, en momentos de inestabilidad económica, la demanda de oro tiende a aumentar por su naturaleza de activo refugio.
¿Es algo puntual o podría seguir al alza?
La mayoría de los expertos coinciden en que el alza del oro no es un fenómeno puntual. Weber sostiene que «la tendencia a largo plazo apunta a que el oro seguirá siendo un activo importante para los inversionistas, especialmente si la Reserva Federal mantiene una postura acomodaticia y las tensiones globales persisten».
Mientras que Juan Nagel, académico de ESE UANDES, agrega que «en general, el precio del oro sube cuando hay mucha volatilidad en el mercado. Con la posibilidad de que las tasas de interés bajen y la debilidad de la economía china, el oro podría seguir al alza, especialmente si la economía americana entra en recesión».
Proyecciones
Sobre el futuro cercano, Weber proyecta que «el oro mantendrá su fortaleza, especialmente si la Reserva Federal decide reducir las tasas de interés en su reunión de septiembre».
En su estimación, una baja en las tasas podría debilitar aún más el dólar, manteniendo los rendimientos reales en terreno negativo y, por ende, alimentando la demanda de oro.
Mieres también ve un escenario favorable para el oro, anticipando que los precios podrían alcanzar entre US$2.800 y US$3.000 por onza si se mantienen los factores fundamentales actuales. Por eso, enfatiza que «esta tendencia podría prolongarse hasta 2025».
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