Era sin duda el discurso más esperado de la semana. Las palabras de Jerome Powell en el simposio de Jackson Hole, estaban en el centro de las miradas de los mercados y los analistas, cuando falta menos de un mes para la próxima reunión de la Fed.
“Ha llegado el momento de un ajuste en la política monetaria”, dijo el presidente de la Fed en su esperado discurso en Jackson Hole. Y agregó que “la dirección a seguir es clara, y el momento y el ritmo de los recortes dependerán de los datos entrantes, la evolución de las perspectivas y el equilibrio de riesgos”.
Asimismo, planteó que “los riesgos al alza para la inflación han disminuido, mientras que los riesgos a la baja para el desempleo han aumentado. El enfriamiento del mercado laboral es inequívoco, ya no está sobrecalentado. La inflación ha declinado significativamente, ahora mucho más cerca del objetivo”.
Powell indicó que tiene más confianza en que la inflación está en una senda sostenida hacia la meta del 2%.
Estas son las últimas palabras de Jerome Powell previo a la reunión del 17 y 18 de septiembre, donde el mercado apuesta por un recorte de tasas de 25 puntos base, ante datos que han reforzado dicha expectativa.
Asimismo, en las últimas minutas del organismo que se conocieron esta semana, donde los funcionarios de la Reserva Federal se inclinan por una rebaja de tasas en la reunión que se avecina. Incluso, algunos estaban de acuerdo con recortar las tasas en julio. Se espera que de aquí a fin de año haya una rebaja de un punto porcentual en las tasas.
Las tasas se ubican en el rango del 5,25%-5,50%, y han estado sin variación desde hace un año.
Banqueros centrales de todo el mundo llegan a este evento de la Reserva Federal de Kansas City en el Parque Nacional de Grand Teton, en el estado de Wyoming en Estados Unidos. Los ojos del mundo se centran en los discursos y entrevistas de los invitados, y generan movimientos y expectativas en los mercados globales.
La Fed de Kansas City celebra su simposio anual desde 1978. Inicialmente se centró en la agricultura, pero al cabo de unos años los organizadores decidieron ampliar el ámbito de la reunión y tratar de atraer a nombres más importantes.
En 1982 trasladaron la reunión a su ubicación actual para atraer al entonces presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, un devoto de la pesca con mosca.
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