Durante miles de años, ha habido predicciones sobre el apocalipsis. Pero con los peligros que surgen de la guerra nuclear y el cambio climático, ¿realmente se cumplirán tales predicciones?
En extremos ampliamente atribuidos al cambio climático, las inundaciones sumergieron un tercio de Pakistán, China sufrió bajo una ola de calor sin precedentes de 70 días y la agricultura se destruía en el Cuerno de África, todo mientras el mundo intentaba llegar al objetivo propuesto por la ONU de controlar el calentamiento a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. Pero el verdadero peligro actual es Rusia. Si bien cualquier ataque nuclear ruso probablemente involucraría pequeñas armas “tácticas”, los expertos advierten una rápida escalada si Estados Unidos responde. Y, por si fuera poco, hoy a las 16:00 hora CET, los científicos anunciarán si los eventos del año pasado han acercado o alejado a la humanidad de la auto aniquilación.
A 90 segundos del Apocalipsis
Compañeros humanos, ahora estamos a solo 90 segundos de nuestra perdición, también conocida como la medianoche en el Reloj del Juicio Final. Es “una metáfora de lo cerca que está la humanidad de la auto aniquilación”, según el Bulletin of the Atomic Scientists (en español, Boletín de los Científicos Atómicos), que fija la hora cada año. Y nunca hemos estado más cerca del apocalipsis.
Si bien es solo una metáfora, la decisión de acercar las manecillas del reloj a la medianoche refleja los riesgos del mundo real. Este año, eso incluyó la guerra en Ucrania, aumentó las tensiones nucleares, declive del cambio climático y la proliferación de las campañas de desinformación.
Pero el factor más importante este año, según el Boletín, fue el conflicto en Ucrania. Puedes leer más sobre la decisión del Boletín en su declaración oficial, que se publica cada año. Este es el primer año que se publica la declaración en inglés, ruso y ucraniano.
“La invasión de Rusia a Ucrania ha aumentado el riesgo del uso de armas nucleares, despertó el espectro del uso de armas biológicas y químicas, paralizó la respuesta mundial al cambio climático y obstaculizó los esfuerzos internacionales para abordar otras preocupaciones mundiales”, dice el comunicado.
El reloj comenzaba a los siete minutos para la medianoche cuando fue creado por el artista estadounidense Martyl Langsdorf para la imagen de portada de la revista Bulletin en 1947. La ubicación exacta de las manecillas del reloj no era tan importante como lo que la gente estaba haciendo para dañarse o ayudarse unos a otros. Después de que EE.UU. lanzó dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945, los científicos, incluidos algunos que trabajaron en el Proyecto Manhattan, como el marido y físico de Martyl, Alexander Langsdorf, crearon el Boletín para advertir con las consecuencias del desarrollo de un poderoso y trascendental del arma nuclear.
Desde entonces, el Boletín ha tomado en consideración otras amenazas que la humanidad ha traído consigo, como la quema de combustibles fósiles y la difusión de información errónea. El tiempo lo decide la Junta de Ciencia y Seguridad del Boletín, junto con el aporte de una Junta de Patrocinadores que incluyó a 11 Premios Nobel este año. El reloj avanzó por última vez en 2020, cuando se movió a 100 segundos para la medianoche. En ese momento, eso era lo más cerca que había estado el reloj de la medianoche, y se reajustó antes de que el coronavirus se convirtiera en una pandemia el mes de marzo de ese mismo año.
La buena noticia es que las manecillas del reloj también pueden retroceder cuando las personas toman medidas para hacer evitar las guerras y proteger el planeta. Con el final de la Guerra Fría en 1991, las manecillas del reloj retrocedieron a 17 minutos, lo más lejos que han estado de la medianoche. Pero si el Reloj del Juicio Final llega a la medianoche, es porque los miembros del Boletín de Científicos Atómicos creen que ha estallado una catástrofe global. Esto podría ser una guerra nuclear, el estallido de una amenaza incontrolable para la seguridad biológica o cibernética mundial, o el cambio climático irreversible y destructivo. Vamos, el fin de la humanidad tal como la conocemos.
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