Toda la comunidad científica que se especializa en los temas espaciales, se encuentra mirando con atención hacia el firmamento de la Tierra. Los telescopios, espaciales y terrestres, están listos para detectar lo que será la explosión de una estrella a 3.000 años luz de distancia.

Se llama T Coronae Borealis y la NASA anunció desde marzo que la explosión en nova será, según sus cálculos, en cualquier momento de este año. Sin embargo, todavía no hemos tenido novedades del majestuoso evento estelar.

Las novas se registran en los sistemas estelares binarios (dos estrellas) que están formados por una enana blanca y otra estrella, que normalmente suele ser una gigante roja.

Se le conoce como enanas blancas a los cuerpos celestes que son remanentes estelares, en pocas palabras estamos hablando de cadáveres de antiguas estrellas similares a nuestro Sol.

¿Cuándo va a explotar?

Los astrónomos predicen que la estrella T Coronae Borealis, también conocida como la “Estrella Fulgurante”, experimentará una erupción en los próximos meses, lo que la haría visible a simple vista desde la Tierra. Este evento, que no se ha visto desde 1946, ofrece una oportunidad única para observar un fenómeno celestial extraordinario.

T Coronae Borealis es una nova recurrente, un tipo de estrella binaria que experimenta erupciones periódicas. En este sistema, una estrella gigante roja transfiere masa a una enana blanca, lo que provoca un descontrol termonuclear en la superficie de la enana blanca y, como consecuencia, una explosión de luz.

Se espera que la erupción de T Coronae Borealis alcance su punto máximo entre los meses de febrero y septiembre de este mismo 2024, alcanzando una magnitud de +2.

Esto significa que la estrella será visible en cielos oscuros sin necesidad de telescopios o binoculares. La mejor época para observarla será durante el verano de 2024, cuando la estrella estará más alta en el cielo nocturno.

La erupción de T Coronae Borealis no solo es un espectáculo visual impresionante, sino también un evento de gran interés científico. Los astrónomos aprovecharán esta oportunidad para estudiar en detalle los procesos físicos que ocurren durante la erupción de una nova.

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