El reciente IPoM del Banco Central acentuó una mirada sombría sobre el futuro, al reducir su estimación de crecimiento de tendencia de 1,9% a 1,8%. De mantenerse el statu quo, parece que nos aprontamos a otra década perdida en términos de desarrollo económico, luego de un crecimiento de 1,9% promedio entre 2014 y 2024.
Si revisamos la historia económica de Chile del siglo XX, esto no es una gran novedad, tuvimos resultados menos que mediocres durante gran parte de esa centena. Si comparamos la relación entre el PIB per cápita a PPC de Chile y Estados Unidos, esta razón cayó de un máximo histórico de 49% en 1928 a un 24% en 1985. Fueron casi seis décadas perdidas, explicadas por un modelo estatista e intervencionista del que costó mucho esfuerzo y sacrificio salir. En 2013, luego de casi 30 años de crecimiento superior en promedio al de la economía norteamericana, el PIB per cápita de Chile llegó a ser un 41,5% del americano, pero desde entonces ha caído hasta un 37,7%, y si el crecimiento de tendencia se acerca a la estimación del IPoM, caerá a un 37% en diez años más, mismo nivel que teníamos el año 2008. En vez de avanzar en materia de desarrollo, estaremos en retroceso, alejándonos de la meta de ser parte del club de los países de ingreso alto.
Definitivamente, la posibilidad de tener otra década perdida es preocupantemente alta, y de no mediar cambios institucionales importantes, “cada día podría ser peor”, parafraseando la acertada predicción del futuro que hizo la ex Presidenta Bachelet. ¿Qué nos ha dicho la presidenta del Banco Central respecto a esta sombría perspectiva? “La política monetaria no es un instrumento que pueda cambiar el crecimiento tendencial de la economía”. “El aporte del Banco Central es contribuir a la estabilidad macroeconómica, a través de una inflación baja y estable, la estabilidad financiera y el normal funcionamiento del sistema de pagos”. Ese es el rol que le asigna nuestro ordenamiento jurídico, y lo cierto es que hace décadas se saca una buena nota en su cometido.
¿Qué instituciones son entonces las responsables de mejorar nuestro crecimiento de tendencia, considerando además que las teorías modernas de crecimiento apuntan a los factores institucionales como los determinantes principales del desarrollo? La mayor relevancia recae en el Poder Ejecutivo, aunque los roles del Poder Legislativo y Judicial son de gran importancia también. Cuando miramos el funcionamiento de estos tres poderes del Estado, es fácil entender nuestros pobres resultados de crecimiento, y a pesar de los crecientes problemas de gestión y la implementación de políticas públicas erradas, pareciera que la mejor nota se la saca el Ejecutivo, aunque al menos en mi evaluación personal, dudo que esa nota sea azul.
¿Qué ha dicho el gobierno sobre su desempeño en estos dos años y medio? Los logros que señala son dos principalmente; la normalización del país y estabilización de la economía. El primero se refiere a la profunda crisis institucional que enfrentamos a partir de octubre de 2019, que en parte muy importante fue validada y alentada por los que hoy gobiernan.
No parece un gran logro haber superado los momentos más álgidos de esta crisis, bastaba con que dejaran de alentar la protesta violenta contra ellos mismos, aunque lamentablemente no es mucho lo que han podido hacer con la herencia de inseguridad pública que dejó ese período de inestabilidad. Respecto a la estabilización económica luego de las irresponsables políticas que también ellos impulsaron en la pandemia, la tarea principal ha recaído en el Banco Central, que, como dijimos, ha cumplido relativamente bien su tarea. No puede dejar de reconocerse también el mérito del gobierno en dejar de entregar el IFE universal, que permitió una caída del gasto fiscal de 23% en 2022. Sin embargo, este año el erario ha crecido a un ritmo bastante alto, de 6,3%, explicando más de un 80% del crecimiento del período. Entonces, más que buscar la recuperación del crecimiento de tendencia, se está siguiendo una política fiscal expansiva, que tiene bastante preocupado al Consejo Fiscal Autónomo, por lo insostenible que resulta.
¿Se están haciendo políticas con un foco en el crecimiento de largo plazo? Algo hay en materia de permisología y recuperación de la inversión pública, pero contrarrestado con propuestas laborales perjudiciales, condonación del CAE y malas señales respecto a la necesaria estabilidad en las reglas del juego. El hecho evidente es que no hay ninguna mejoría en la estimación del PIB tendencial. Si realmente el gobierno quiere dejar una herencia positiva, debería cambiar no sólo el discurso, sino más importante aún, sus acciones. Si no lo hace, será en parte responsable de esta nueva década perdida que se avecina.
Por María Cecilia Cifuentes, economista, ESE Business School, para El Líbero
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