Si asumimos que la lógica es la manera que debiéramos emplear para pensar en forma clara y ordenada, es decir, que si empleamos la lógica podemos deducir aquellos hechos o conductas que nos parecen que tienen sentido, bien podemos concluir que en la actualidad política… ¡todo parece ilógico o al menos irracional!
En estos días se cumplen cinco años de aquel octubre (2019) en que el país literalmente se incendió por los cuatro costados. Están vivas en nuestras mentes las imágenes de edificios incendiados, iglesias profanadas, estaciones del Metro ardiendo, saqueos masivos, los símbolos patrios mancillados y los principales monumentos destruidos, amén de reiterados actos pornográficos y vandálicas manifestaciones, todo ello bajo el slogan… Chile despertó.
Fueron días de terror no antes vistos. Por cierto, el país despertó, pero no como lo plantearon sus instigadores, sino ante el horror que significaba ver como el terrorismo, el vandalismo y el lumpen se habían tomado la calle, y que el gobierno de la época estuvo a minutos de caer… Alfred Hitchcock, el productor y guionista británico, quedaba chico ante el thriller que vivimos en vivo y en directo.
Lo increíble de todo esto es que quienes planificaron, encabezaron, y ejecutaron esta terrorífica asonada, hoy son gobierno y desde esa posición han hecho y deshecho todo cuanto han podido para abusar del poder e instalar la corrupción y el amiguismo; aun cuando no pudieron alcanzar sus objetivos refundacionales, a través de un nuevo orden institucional, han seguido avanzando en sus propósitos a vista y paciencia de una oposición que “no ha dado pie en bola”.
Por más optimista que quiera ser esta pluma, los hechos y las conductas de quienes se dicen partidarios de la Sociedad Libre la llevan a concluir que los partidos de oposición y sus dirigencias políticas carecen de la visión, del valor, y del liderazgo requerido para enfrentar con coraje y decisión estos difíciles momentos.
Enfrascados en divisiones intestinas, descoordinaciones parlamentarias, egoísmos personales e intereses electorales, han abandonado su responsabilidad de generar una alternativa de progreso y bienestar que seduzca a sus electores, cuando estamos a menos de un mes de las próximas elecciones.
¿Cómo va a ser posible que, después que Carabineros fue quien impidió con profesionalismo y patriotismo un verdadero golpe de estado a la democracia, hoy su alto mando, despojado de sus uniformes, deba concurrir a los tribunales, en tenida de civil, para ser formalizados, por más de mil causas iniciadas en su contra por quienes generaron la violencia y el caos, sin que exista por parte de la oposición una reacción colectiva y consistente en defensa de quienes cumplieron con su deber?
Es lamentable tener que decirlo, y aún más escribirlo: nada pareciera tener lógica dentro de la oposición, claramente no está a la altura de las circunstancias… sus dirigencias han perdido el norte y, actuando sin un razonamiento lógico, claro y coherente, son arrastrados a cometer graves desaciertos que le pueden costar muy caro al sector y al país.
Por Cristián Labbé Galilea
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