Debe ser frustrante enfrentarse al Real Madrid en Copa de Europa. Es un equipo indescifrable, capaz de lo mejor cuando más sometido se encuentra. El Borussia Dortmund saboreó una venganza dulcísima de la última final de Champions, poniéndose 0-2 en una hora espléndida de fútbol, pero recibió un castigo durísimo, propio de un equipo repleto de talento. Cuanto más imposible, más estimula al equipo blanco. Vinicius Junior lideró en el marcador otra remontada memorable construida en 30 minutos vibrantes, a puro corazón, caminando al filo del abismo. Es la leyenda blanca.
Es imposible ser coherente en el relato de un partido blanco. Llegó el Dortmund al Bernabéu con el optimismo que da el liderato y el ímpetu de su nuevo entrenador, Nuri Sahin, que durante una hora sembró el coliseo blanco de dudas y pitos. A pesar de las bajas de Adeyemi y Couto, los alemanes ofrecieron todas las certezas en el juego que, hoy por hoy, no tiene el Madrid. Ancelotti colocó a todos los jugones sobre el verde. Modric y Bellingham como interiores, descargó en Valverde todo el peso del retorno blanco, consciente de que tendría que abarcar mucho campo en caso de contra. Por eso, durante media hora, el Madrid no mordió. Se limitó a replegarse cada vez que el Dortmund circulaba con comodidad, con Nmecha luciendo primer toque, y se encomendó a las carreras de Vinicius o Mbappé.
En media hora no hubo ni un tiro que echarse a la boca. Un ataque del Dortmund por derecha retrató las carencias blancas. Salió a cerrar Lucas al medio, intentó conducir, Brandt le robó la cartera, Guirassy aguantó en el área y tiró una suerte de cola de vaca para dejar solo a Malen ante Courtois. El holandés anotó con eficacia. Como si el 0-1 no entrara en ningún plan de partido, el Madrid no reaccionó y recibió el segundo en cuatro minutos. Sencillo. Apertura a la derecha para Malen, que aguantó en banda y dobló el centro para la entrada de Bynoe-Gittens, en diagonal, ganando la posición a Lucas. Es fácil culpar al gallego, que ya en el primer partido ante el Stuttgart no se adaptó a la tarea. Es extremo. No es solución para la lesión de Cavajal. Al menos, en el plano defensivo.
Entonces sí, con 0-2, el Madrid apretó los dientes y buscó descontar con rapidez y verticalidad. Pudo descontar en una ocasión triple: Rodrygo al larguero, Bellingham al larguero y bote sobre la línea y desvío bombeado que Kobel sacó de la escuadra. Era el minuto 37 y parecía un anuncio de la tormenta blanca, pero el Dortmund tuvo más cuerpo. En cuanto recuperó la pelota volvió a circular y mandó el partido al descanso entre la pitada de la hinchada blanca. Y no fue pequeño.
El cambio de Ancelotti para remontar fue colocar a Bellingham en la izquierda. El Madrid subió la intensidad y se instaló en campo contrario. Es un misterio por qué no lo hace desde el inicio. Amagó con varias acciones sobre la frontal obligando a Schlotterbeck a multilplicarse. Ya no encontraba tan fácil la salida un Dortmund que dio un paso atrás letal con el primer cambio. Entró un central (Anton) por un extremo (Bynoe-Gittens) y los blancos encajonaron a su adversario hasta obtener premio. Si los alemanes firmaron sus dos tantos en cuatro minutos, los blancos emplearon la mitad. El primero llegó tras una circulación que acabó en la derecha a pies de Mbappé. Escorado, aguantó sobre línea de fondo y metió un pase extraordinario para un cabeceador. Allí apareció Rüdiger para amartilar el tanto y encender al Bernabéu. Con el eco aún del primer tanto el Dortmund se replegó sobre su área, dejó pensar a Modric y se esfumó su ventaja. El pase vertical dejó solo a Mbappé, el francés tardó en girarse pero el despeje germano cayó a Vinicius, que empujó a la red. Pitó Kovacs fuera de juego de Kylian, pero lo anulaba Ryerson al otro lado. Partido nuevo.
Pudo aprovechar el Madrid la efervescencia del duelo con un tiro de Mbappé similar al de Balaídos, pero Brandt acudió al rescate agarrando el balón y conduciéndolo a campo blanco. Pudo sorprender en una contra que Courtois atajó ante Bensebaini. Entró Camavinga para actuar por el medio, por la derecha, por la izquierda, por todas partes. Metió un pase a lo Luka para Mbappé que tapó Kobel en una intervención estupenda. Metió Sahin a Can por banda derecha, emparejado con Vinicius, con intención de ganar superioridad en ataque. Vini pedía la pelota para ganarle en velocidad, y en una pérdida del brasileño en la medular pudo llegar el 2-3, en una contra que salvó Courtois cerrando las piernas a tiempo. Perdonó el Dortmund y el Madrid aplicó la ley del campeón. Salió el Madrid al galope por la derecha, buscó Lucas la pared con Mbappé, al lateral le quedó el rechace y cruzó con violencia. Remontada servida.
Quedaba lo mejor aún. Con el Dortmund volcado, una recuperación cayó a la banda izquierda , línea de medios del campo madridista. Allí comenzó la cabalgada de Vinicius Junior, emparejado a Can, que tiró al toalla al cruzar el medio campo. Le enfrentó Süle, que reculó, el 7 viró hacia dentro y colocó con la derecha, violento y cruzado. Puro desatado, Como en la prolongación, al conducir otra contra, cortita, toque a toque, hasta llegar al área y resolver con clase. No tendrá fútbol, pero el Madrid tiene tanto talento que es capaz de regresar de entre los muertos.