La idea de que practicar sexo puede contribuir a controlar el peso, ronda la cabeza de la ciudadanía varias décadas. Pero sin estar convencidos de si es realidad o tan solo un falso mito. Sea como fuere, es bien sabido que mantener relaciones sexuales consentidas y consensuadas, cuándo, cómo y con quién se quiere, es mucho más que una experiencia placentera.
Raúl Padilla, terapeuta sexual y de pareja lo confirma y lo argumenta con los tres componentes de las relaciones sexuales. “Por un lado, la parte física, con lo que implica de ejercicio. Por otro la descarga emocional. Y, finalmente, la parte social o relación que se establece con el otro”.
Padilla afirma: “Estas tres partes van a contribuir a segregar serotonina”, o, lo que es lo mismo, un neurotransmisor que genera sensaciones de bienestar, relajación, satisfacción y aumenta la concentración y la autoestima.
Por si esto fuera poco, también se segrega oxitocina, que tiene una función vinculante. Gracias a ella se afianza la relación entre dos personas. “La prueba de ello es la relación que se establece entre madre e hijo tras el parto. Pero también sucede cuando hay un orgasmo”.
El corazón lo agradece
El psicólogo y sexólogo recuerda que las relaciones sexuales suelen ser “un ejercicio anaeróbico, lo que tiene que ver con la frecuencia y amplitud de los latidos cardíacos. Es un ejercicio tónico que consigue que el corazón se esfuerce. Durante el orgasmo, además, se segregan hormonas cardiosaludables”.
Es decir, que practicar sexo de una manera sana es bueno para el corazón y mejora el estado de ánimo y el humor. En efecto, es una buena opción para la el estado físico y mental porque la ciencia habla de que rebaja la sensación de estrés y la ansiedad.
¿Sirve para perder peso?
Varios estudios han tratado de responder esta pregunta. Y todos ellos refieren que equivale a un ejercicio de leve a moderado. En concreto, una investigación llevada a cabo por la Universidad de Quebec en 2013 trató de determinar el número de calorías que se consumen por sesión de sexo comparándolo con el gasto que se produce en un entrenamiento de resistencia.
Lucía Jiménez, sexóloga de Diversual, tienda de juguetes sexuales, explica que según los resultados de este estudio “de media los hombres consumieron 101 kcal (4.2 kcal por minuto); mientras que las mujeres 69.1 kcal (3.1 kcal por minuto). Es decir, para ellos el gasto fue mayor que en una sesión de resistencia; pero para ellas, no”.
No siempre es igual
La sexóloga también aclara que las calorías gastadas dependerán “de la velocidad, el ritmo… Es decir, el gasto energético puede variar muchísimo de una ocasióna otra. En cualquier caso, podríamos considerar que, en las relaciones sexuales, siempre que el ritmo cardiaco supere al que tenemos en reposo, se está produciendo un gasto calórico”, aclara Jiménez.
| Perseguir un objetivo durante el sexo es una de las maneras más habituales de desarrollar ansiedad, y tener dificultades para sentir placer
Y deja claro que, en cualquier caso, perder peso no debería de ser nunca una razón para practicar sexo. De hecho, “puede ser contraproducente, ya que perseguir un objetivo durante el sexo es una de las maneras más habituales de desarrollar ansiedad, y tener dificultades para sentir placer. Desaparecemos del momento presente y pasamos por alto lo que se está viviendo y sintiendo”, concluye la experta de Diversual.
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