Investigaciones geológicas y modelos matemáticos avanzados revelan cómo será la Tierra dentro de 100 millones de años, cuando los continentes cambien su configuración actual debido al movimiento de las placas tectónicas. Este fenómeno natural, impulsado por el calor interno del planeta, hará que las masas continentales se desplacen y se reagrupen, creando un nuevo supercontinente que transformará el mapa mundial.
Aunque habrá que esperar 250 millones de años para que se forme el próximo gran supercontinente, los cambios que se producirán en los siguientes 100 millones de años serán muy considerables. Todos ellos quedan patentes en el siguiente video-mapa, que fue publicado por el canal de YouTube SpaceRip (@SpaceRip) y que ha cosechaado más de 20 millones de visualizaciones.
La teoría de la deriva continental, que hace 300 millones de años dio origen a otros supercontinentes como Vaalbará o Pangea, sigue estando presente. Los científicos anticipan que Asia y América del Norte podrían aproximarse hasta fusionarse, lo que reducirá el tamaño del océano Pacífico en un proceso gradual. 50 millones de años después de la formación de Pangea última, el proceso de unión de la superficie terrestre se completaría hasta dar lugar a Amasia o Novopangea.
Consecuencias en el clima y la biodiversidad
La reconfiguración de la superficie terrestre afectará notablemente a los patrones climáticos, haciendo que la vida sea mucho más complicada. La formación de nuevas cadenas montañosas y la alteración de las corrientes oceánicas pueden dar lugar a nuevos ecosistemas, obligando a muchas especies a adaptarse a sus nuevos entornos o enfrentarse a la extinción. Estas modificaciones podrían transformar regiones tropicales en zonas áridas o frías, lo que afectará directamente la habitabilidad de los territorios futuros.
Por otro lado, existe una teoría que plantea la eventual fusión de todos los continentes en una gran masa terrestre única, bautizada como Pangea Última. Este supercontinente, que surgiría en unos 250 millones de años, estaría rodeado por un océano global. Aunque hoy en día el cambio climático inducido por la actividad humana tiene un impacto significativo, los efectos de la tectónica de placas se perciben en escalas de tiempo mucho mayores, transformando el planeta de manera continua.
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