Mauricio Salgado, psicólogo de la prestigiosa Clínica Tarapacá de Iquique, especialista en problemáticas de alcohol y drogas, así como en conflictos individuales y de pareja.

¿Cómo nace en usted la vocación por la psicología?

Desde muy joven sentí un gran interés por comprender el comportamiento humano y las motivaciones detrás de las acciones de las personas. En el colegio, estamos hablando de la enseñanza media, me caracteroizaba por escuchar y darle consejos a mis compañeros. A medida que crecía, me daba cuenta de que muchos de los problemas que enfrentamos en la sociedad tienen raíces psicológicas y emocionales. Esto despertó en mí la vocación de estudiar psicología, no solo para entender mejor a los demás, sino también para ayudar a quienes pasan por momentos difíciles. La psicología, para mí, es una herramienta poderosa que puede transformar vidas y construir sociedades más sanas y empáticas.

Yo soy de Santiago, estudié en la Universidad de Chile y hace aproximadamente cuatro años que trabajo en Iquique. Siempre me he desempeñado como psicólogo clínico, pero paralelamente he abarcado el ámbito jurídico, escolar, comunitario, en fin De acuerdo a eso que nos señalas, la problemática respecto al tema de los problemas mentales y psicológicos referidos al tema de las drogas ¿es similar en todas partes, por ejemplo, en Santiago es lo mismo que en Iquique?

 «Bueno, hay características diferentes, puesto que en el norte hoy convergen muchas culturas distintas, hay mucha población flotante, el acceso a recursos para tratamientos tampoco es el mismo, hay formas distintas de trato y el acceso a las drogas para la juventud es muy fácil, demasiado fácil. En Santiago el estrés  es diferente al de regiones y marca la vida y las relaciones de las personas. Se vive a otro ritmo, pero al final siempre sellega a un factor común que es el que lleva a la dependencia: la soledad, la falta de comunicación son iguales en todas partes»

Según estadísticas, un 22,8% de la población joven de la Región de Tarapacá, señala consumir marihuana una o dos veces al día, junto con alcohol (4,8%) y cigarrillo (56%). Cifras más que precupantes

«Por supuesto, porque demuestra varias cosas, por ejemplo lo que ya le decía la facilidad que hay hoy en la Región para conseguir drogas. Demuestra la falta de control e incluso de preocupación por parte de los padres por lo que muchísimos jóvenes ya no sólo consumen sino que además comercializan droga, que por supuesto la tienen oculta en sus casas. Terminan integrándose a bandas que se disputan entre ellas., a veces incluso con consecuencia de muerte. Es importante tener en cuenta que los riesgos asociados con el consumo de drogas ilícitas pueden variar según el tipo de droga, cantidad consumida, su frecuencia de uso y las características de cada persona”.

 ¿Cuáles son las herramientas más efectivas para la prevención del consumo de drogas, especialmente en jóvenes?

«La prevención del consumo de drogas en jóvenes es un desafío complejo que requiere un enfoque integral. Una de las herramientas más efectivas es la educación temprana: hablar con los adolescentes sobre los efectos y consecuencias de las drogas antes de que se vean expuestos a ellas. La información clara y honesta permite que los jóvenes tomen decisiones informadas y entiendan los riesgos.

Otra herramienta clave es fortalecer los vínculos familiares. Los jóvenes que cuentan con una red de apoyo sólida y con una comunicación abierta en casa tienen menos probabilidades de buscar refugio en sustancias. Es importante que los padres mantengan un diálogo constante y sin juicio con sus hijos, fomentando la confianza.

También es fundamental el desarrollo de habilidades sociales y emocionales en los adolescentes. Programas que enseñen a manejar el estrés, la presión social y los conflictos pueden reducir significativamente la probabilidad de consumo de drogas. Cuando los jóvenes aprenden a gestionar sus emociones y a encontrar alternativas saludables para enfrentar sus problemas, el riesgo de caer en adicciones disminuye considerablemente.

Finalmente, creo que la colaboración entre instituciones, como escuelas, centros de salud y organizaciones comunitarias, es esencial. Un enfoque preventivo realmente efectivo debe ser un esfuerzo conjunto que involucre a todos los actores en la vida de los jóvenes.

¿La adicción y la violencia en las relaciones de pareja son también problemas de salud mental graves en nuestra juventud?

Absolutamente. La adicción y la violencia en las relaciones de pareja son problemas de salud mental serios que afectan a muchos jóvenes hoy en día. La adolescencia y la juventud son etapas de desarrollo en las que la identidad y la autoestima se están consolidando, y, lamentablemente, estas circunstancias pueden hacerlos más vulnerables a caer en relaciones destructivas o patrones de consumo de sustancias.

En el caso de la violencia en las relaciones de pareja, hay un trasfondo psicológico complejo que suele estar vinculado con problemas de autoestima, dependencia emocional y falta de habilidades para manejar el conflicto. Muchos jóvenes, al no haber tenido modelos de relaciones saludables, pueden normalizar la violencia o justificar comportamientos abusivos, lo cual perpetúa el problema.

La adicción, por otro lado, muchas veces está relacionada con la búsqueda de alivio ante el estrés, la presión social o conflictos personales. En algunos casos, los jóvenes pueden usar sustancias para evadirse o para manejar sentimientos de soledad o depresión. Ambas problemáticas están estrechamente ligadas a la salud mental y, si no se abordan de manera adecuada, pueden tener consecuencias devastadoras para el bienestar emocional y físico de los jóvenes, afectando sus estudios, sus relaciones y su futuro en general.

Es fundamental que trabajemos en la prevención y en la educación emocional para que los jóvenes reconozcan los signos de relaciones abusivas y se sientan apoyados para pedir ayuda. También es crucial desestigmatizar la búsqueda de apoyo psicológico y promover espacios seguros donde los jóvenes puedan hablar abiertamente sobre estos temas.

 ¿La adicción a las drogas lleva consigo, por lo general, la destrucción del grupo familiar?

« La adicción a las drogas tiene un impacto enorme en el entorno familiar y, en muchos casos, puede llevar a su desintegración o a un profundo deterioro de las relaciones. La adicción es una enfermedad que no solo afecta al individuo, sino que también genera un efecto dominó en su círculo cercano. La dinámica familiar se vuelve caótica, ya que los miembros intentan lidiar con el comportamiento errático del adicto, los problemas financieros que suelen surgir y el desgaste emocional que genera ver a un ser querido en esa situación.

En muchos casos, los familiares intentan ayudar al adicto, pero sin las herramientas adecuadas, pueden caer en patrones de codependencia o habilitación, sin darse cuenta. Esta situación a menudo provoca conflictos, resentimientos y una falta de comunicación que agravan el problema. Los padres o hermanos pueden experimentar sentimientos de culpa, vergüenza o frustración al no saber cómo manejar la situación, y esto afecta profundamente la cohesión familiar.

Es por eso que el tratamiento de las adicciones debe incluir a la familia en el proceso terapéutico. Trabajar con el grupo familiar permite no solo apoyar al adicto, sino también ayudar a los familiares a establecer límites saludables y a encontrar estrategias para lidiar con el impacto emocional que la adicción genera en ellos. La terapia familiar y los grupos de apoyo para familiares de personas adictas son recursos fundamentales para reconstruir los vínculos y promover la recuperación de todos los miembros del núcleo familiar.

Ya nos estamos acercando al término del año y a propósito de esas fiestas usted escribió un artículo muy interesante que se titulaba «Disfrutar en equilibrio» ¿Cómo es eso?

«Bueno, como lo escribía ahi que en noviembre, diciembre comienzan lo que son las llamada época de balances, pero eso que parece propio de una empresa también es aplicable a la persona en si misma. Porque, al llegar a fin de año, con las fiestas y todo lo demás es necesario encontrar también el equilibrio entre el cuidado y el disfrute. Por ello, es necesario que la persona tenga un comportamiento consciente, donde disfrutemos en familia y con responsabilidad, sin invadir el espacio de quienes nos rodean ni ponernos en riesgo de ningún tipo.Tenemos que sabe establecer los límites entre la diversón y el peligro».

  • Para solicitar una consulta con el psicólogo Mauricio Salgado o a cualquier otro profesional de la Clínica Tarapacá hay que llamar al teléfono (57) 239 7000 o visitar la página web clinicatarapaca.cl

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