El fiscal federal Ramiro González solicitó la indagatoria del expresidente de Argentina Alberto Fernández por los delitos de lesiones y coacciones que habrían tenido como víctima a su excónyuge, la ex primera dama Fabiola Yañez, y que lo exponen a ser condenado a una pena de hasta 18 años de prisión.

La fiscalía planteó que Fernández debe ser indagado por el juez federal Julián Ercolini por dos lesiones leves doblemente agravadas por ser cometidas mediante violencia de género y contra su entonces pareja; una lesión grave por el debilitamiento permanente de la salud de la ex primera dama -también doblemente agravada- y el delito de coacciones para que Yánez no denunciara los hechos de violencia ante la justicia.

Si Ercolini accede al pedido del persecutor, esta será la segunda indagatoria que deberá afrontar el exmandatario argentino, ya que el propio Ercolini lo citó a declarar el 20 de noviembre pasado como acusado en la causa por el presunto fraude con los seguros del Estado para jubilados.

En un escrito de más de 160 páginas, el fiscal González detalló hoy las pruebas reunidas en la causa por violencia de género y afirmó: “El análisis de toda la prueba reunida en el caso permitió acreditar que el expresidente Fernández ejerció distintos tipos de violencia contra su pareja, prácticamente, desde el inicio de su relación”. El fiscal señaló que hay episodios de violencia psicológica, física y económica, según las definiciones de la ley 26.485, de Protección Integral a la Mujer, según el reporte del diario ‘La Nación’.

En su presentación, González hizo alusión a “un contexto de violencia de género signada por la particular relación asimétrica de poder” entre la víctima y su agresor, y dijo que se detectaron estas situaciones por lo menos desde 2016 hasta que se formalizó la denuncia.

El medio transandino consigna también que que el fiscal señaló que “Alberto Fernández ejerció de un modo sistemático violencia psicológica contra Fabiola Yáñez bajo las formas de acosos, hostigamientos, controles, indiferencia, insultos, culpabilización, destrato, retiro de la palabra, ninguneos y hostilidad”.

De acuerdo a las constancias de la causa, la violencia física “tuvo episodios agudos y luego se convirtió en habitual” ya durante el mandato de Fernández como presidente de la Nación, afirmó el fiscal.

Fiscalía: en Madrid continuó maltrato

La fiscalía sostiene que, de acuerdo a las pruebas de la causa, la violencia física, fundamentalmente, en la modalidad del golpe a mano abierta se hizo recurrente hasta el final del mandato presidencial, incluso luego de la mudanza de la entonces primera dama del chalet principal a la casa de huéspedes de la Quinta de Olivos durante 2023 hasta que, finalmente, partió a Madrid. Ese destino fue elegido por Fernández, quien supuso que su coalición política podía ganar las elecciones de ese año y ser embajador en España.

Mientras Yáñez residía en Madrid, “condicionada económicamente por su agresor” ocurrieron “anuncios de suicidio; recuerdos de las necesidades de su hijo, Francisco; pedidos de ocultar las agresiones físicas para que no fueran noticia; y consejos de hablar lo menos posible bajo promesa de que nada iba a faltarle a la familia”.

Mientras tanto, “la víctima fue coaccionada para que no denunciara el hecho frente al juez de la causa y, de ese modo, se afectó el trámite de un expediente federal”, asegura el fiscal.

Las agresiones habrían durado ocho años. Sicólogas del Ministerio Público remarcaron en el expediente el desgaste emocional de Yáñez y anotaron el impacto en su estado anímico, la voluntad y vitalidad. A esto sumaron la existencia de un estado emocional depresivo con la predominancia de sentimientos de humillación, vergüenza, soledad miedo y desconfianza.

A su vez, el fiscal resaltó que la médica psiquiatra presentada por la querella, luego de analizar estos aspectos, concluyó que se advertían múltiples secuelas de daño psíquico reactivo a situaciones de violencia sistemática y crónica sufridas por Yáñez.

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