La mañana de ayer lunes, durante el consejo de gabinete en La Moneda, el Presidente Boric dio una nueva señal de respaldo a la ministra Tohá, sentada a su lado en la reunión.

  • “La principal prioridad de los chilenos es la seguridad, en materia de seguridad no se puede improvisar y las soluciones no son con varita mágica, sino que son con trabajo, responsabilidad y persistencia. He visto que las policías, la fiscalía, la ministra del Interior están dedicados a que esto salga adelante”, dijo.
  • Según fuentes que participaron de la reunión, cuando ya las cámaras de televisión se habían retirado del lugar, Boric fue aún más claro sobre la permanencia de la ministra. “Me parece injusto que por lo que hizo un hombre se pretenda sancionar a dos mujeres (Tohá y la ministra de la Mujer, Antonia Orellana). No las voy a cambiar”, afirmó ante su gabinete, agregando que estaba satisfecho con el trabajo de Interior.

“Total y absoluto respaldo”. Posteriormente, en un punto de prensa la vocera de gobierno, Camila Vallejo, señaló en que Tohá tiene “total y absoluto respaldo”, por parte de Boric.

  • Durante la mañana en La Moneda un grupo de mujeres del oficialismo, entre ellas Helia Molina (PPD), Alejandra Krauss (DC), María Antonieta Saa (PPD), Carmen Andrade (PS) y Fernanda Villegas (PS), entregaron una carta en La Moneda de apoyo a Tohá.
  • Las firmantes calificaron de injusto que por eventuales delitos cometidos por un hombre -el exsubsecretario del Interior, Manuel Monsalve-, se responsabilice políticamente a una ministra mujer.
  • Vallejo dijo que el gobierno está de acuerdo con esa crítica. “Es impresionante cómo ante la denuncia de violación contra un ex subsecretario terminan siendo el foco de atención y de responsabilidad dos ministras mujeres (Tohá y la ministra de la Mujer Antonia Orellana) en vez de poner el foco en la víctima, necesitamos que la justicia funcione en tiempo y forma”.
  • El espaldarazo del gobierno a Tohá se suma a otras señales que ha dado en los últimos días en esa dirección, como el ocurrido en la reunión ampliada del comité político en Cerro Castillo, donde el Mandatario sostuvo que respalda el trabajo de Interior en seguridad.

El rol de Boric y el de Tohá. Aunque dejarla en el gabinete puede tener un alto costo político, también es un hecho que las principales decisiones respecto de Monsalve recayeron en el Presidente y no en su ministra, pese a que ambos enfrentaron el caso de forma encapsulada y sin informar al resto del gabinete.

  • Fue el Mandatario y no Tohá quien no pidió de inmediato la renuncia a Monsalve el martes 15 de octubre e incluso le dijo que fuera al día siguiente a visitar a su familia en Concepción, luego de lo cual el entonces subsecretario continuó el jueves 17 con su agenda regular.
  • Esto, pese a que ya el día martes contaban con los antecedentes del caso incluido el hecho que Monsalve también era investigado por infracción a la Ley de Inteligencia al dar órdenes irregulares.
  • Tohá ha debido contradecirse y ajustar sus dichos para calzar con la versión que dio Boric en la extensa conferencia de prensa del 18 de octubre, donde sostuvo que Monsalve le había comentado que revisó las cámaras en el Hotel Panamericano.
  •  Tras las duras críticas que generó la intervención del Presidente y cuando se hablaba de la eventualidad de un delito de omisión de denuncia, la ministra cambió su versión original respecto a que solo conocía antecedentes generales del caso.
  • Tohá pasó a afirmar entonces que antes que explotara el caso contaba con información detallada, tal como se lo había transmitido el director de la PDI Eduardo Cerna, y que aquello se lo transmitió a Boric.
  • Para algunos la ministra cumple un rol de pararrayos en esta crisis, y su eventual salida significaría que las críticas apuntaran solo hacia el jefe del Estado.

Una agenda paralizada. El que haya sido el Presidente quien tomó las decisiones más difíciles en el caso, y que Tohá haya salido en su defensa, no obsta a que la permanencia de la secretaria de Estado pueda seguir enredando a La Moneda en las próximas semanas.

  • La permanencia de Tohá abre la posibilidad de que el Gobierno no logre sacudirse del caso Monsalve en momentos en que se desarrolla la campaña para la segunda vuelta de la elección de gobernadores de este mes, lo que algunos han descrito como un plebiscito a la administración Boric.
  • Por lo demás, la agenda del Gobierno bien puede seguir paralizada en medio de la ofensiva de la derecha contra la ministra, quien además puede caer si se levanta una acusación constitucional contra ella en el Congreso. Demás está decir que la arista judicial promete escalar en los próximos días, ya que pronto podría decretarse la formalización y eventual prisión preventiva para Monsalve.
  • A todos estos factores se suma un cuadro en que ya existen candidatos fuertes para sucederla en Interior, como lo son Álvaro Elizalde o Luis Cordero, por lo que el costo de removerla parecería en el papel menos costoso que permaneciera en La Moneda.
  • Como sea, Boric optó por dejarla en Intrerior y Tohá, que es probablemente la única ministra que conoce por dentro el caso, tampoco quiere abandonar -al menos por ahora- La Moneda.

Daño político. Según la última encuesta Cadem, un 44% cree que Boric es el principal responsable en la mala gestión del problema, seguido por Tohá con un 35%. En total un 76% desaprueba la forma en que el gobierno ha conducido la crisis.

  • La ministra ha visto resentido su capital político y varios consideran que quedaron sepultadas por el momento sus aspiraciones presidenciales. Antes de esta crisis el debate era cuándo se iría del gobierno para dedicarse a una candidatura presidencial.
  • Desde los primeros días tras conocer la denuncia contra Monsalve, la oposición comenzó a pedir la destitución de la ministra, que recién había sorteado una acusación constitucional por los problemas de seguridad ciudadana.
  • Incluso en el PS y el PPD -su partido- estaban dejando caer su nombre. La semana pasada la bancada de diputados PC se abstuvo en un proyecto de resolución de la derecha en que se pedía la renuncia de Tohá, lo que se leyó como un intento de dejarla caer.

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