Desde hace décadas, los agujeros negros han fascinado a científicos y al público por igual. Estos cuerpos masivos y enigmáticos desafían nuestra comprensión de las leyes de la física y ofrecen una ventana a los misterios del universo. La formación de un agujero negro, típicamente originada en la explosión de una estrella en supernova, ha sido un tema central en astrofísica. Sin embargo, nuevas observaciones apuntan a una evolución aún más compleja.
Recientemente, se ha identificado un sistema excepcional que desafía esta visión tradicional: el primer sistema de triple agujero negro, conocido como V404 Cygni. Este sistema, ubicado a unos 8,000 años luz de la Tierra, contiene un agujero negro de masa estelar y dos estrellas orbitándolo en distintas proximidades. Los científicos han detallado que una de las estrellas orbita muy cerca del agujero negro, mientras que la otra mantiene una distancia que multiplica cien veces la de Plutón al Sol.
Para entender la formación de V404 Cygni, investigadores de MIT y Caltech realizaron simulaciones a gran escala. Estas pruebas sugieren que la formación del agujero negro pudo ocurrir mediante un colapso directo, es decir, sin pasar por la fase explosiva de supernova. Esta hipótesis resultó la más viable para explicar la preservación de la estrella más lejana, que en caso de haber sucedido una explosión, se habría visto expelida por la fuerza gravitacional resultante.
El colapso directo es una teoría revolucionaria en la evolución de los agujeros negros, pues sugiere que algunos pueden formarse sin las violentas explosiones típicas. Este proceso permite que los objetos cercanos al agujero negro permanezcan unidos, desafiando la concepción tradicional de la formación de sistemas binarios y triples. Además, la estabilidad observada en el sistema de V404 Cygni sugiere que el universo podría albergar otros sistemas de características similares.
V404 Cygni ha sido objeto de numerosos estudios desde 1992, pero este descubrimiento eleva aún más su relevancia en la astrofísica moderna. Al analizar datos del repositorio astronómico Aladin Lite y del satélite Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA), los científicos lograron confirmar que este agujero negro alberga dos estrellas, desvelando un complejo sistema de triple órbita. La observación, publicada en Nature, abre el debate sobre la existencia de otros sistemas triples en el universo.
El descubrimiento de V404 Cygni plantea grandes incógnitas sobre la evolución de los agujeros negros y la interacción de estos con sus estrellas vecinas. Uno de los autores principales del estudio, Kevin Burdge, afirma que esta configuración “casi imposible” pone en cuestión las teorías aceptadas de colapso estelar y formación de sistemas orbitales. Burdge y su equipo esperan que nuevos instrumentos como el telescopio GRAVITY de la ESA puedan seguir monitoreando los movimientos de estas estrellas en sus órbitas.
Finalmente, el análisis de V404 Cygni continúa revelando detalles fascinantes, como la transformación de una de sus estrellas en gigante roja, lo cual ofrece pistas sobre la antigüedad del sistema, estimada en cuatro mil millones de años. Este sistema de triple agujero negro podría ser solo el comienzo de una serie de descubrimientos que desafíen y expandan nuestro entendimiento del universo y de la formación de los misteriosos agujeros negros.
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