¡Alerta en el planeta Tierra! Un nuevo estudio, basado en datos satelitales de la NASA, revela una alarmante disminución en las reservas mundiales de agua dulce. Esta pérdida, que se ha mantenido constante desde 2014, equivale a más del doble del volumen del lago Erie y pone sobre la mesa grandes preguntas sobre el futuro de nuestro planeta.
El poco nivel de agua dulce llegó a niveles preocupantes
Los científicos, utilizando datos de los satélites alemanes GRACE, han podido rastrear con precisión las variaciones en la gravedad terrestre, lo que les ha permitido detectar cambios en la cantidad de agua almacenada tanto en la superficie como en el subsuelo. Los resultados son contundentes: la Tierra se está secando a un ritmo acelerado.
Using observations from NASA-German satellites, scientists have found evidence that Earth's global freshwater levels dropped starting in 2014—and have remained low ever since: https://t.co/R63RsM0DRm pic.twitter.com/5tvlO84ZR5
— NASA (@NASA) November 18, 2024
De acuerdo a los investigadores, esta fuerte disminución en el nivel del agua se da gracias a un cúmulo de factores. De todos ellos, destacan el cambio climático, la expansión de la agricultura y el crecimiento urbano. Las sequías cada vez más frecuentes y severas están agotando las reservas de agua subterránea, mientras que las lluvias intensas, en lugar de recargar los acuíferos, tienden a escurrir superficialmente.
Matthew Rodell, hidrólogo de la NASA, fue contundente en sus advertencias: “Esta tendencia hacia un clima más seco podría tener graves consecuencias para la humanidad”. No es para menos, pues la escasez de agua se consideraría un problema menos en comparación con la serie de problemas que puede desencadenar, desde la inseguridad alimentaria hasta conflictos por recursos hídricos. Un reciente informe de la ONU ya ha señalado que el estrés hídrico es una de las principales amenazas para la estabilidad mundial.
Con base en lo anterior, hacen un llamado urgente a tomar medidas para hacer frente a esta crisis. La gestión sostenible de los recursos hídricos, la inversión en tecnologías de desalación y la adaptación a un clima cambiante son algunas de las soluciones que se deben explorar.
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