Irán empezó a alimentar nuevas centrifugadoras para «aumentar fuertemente» su ritmo de producción de uranio muy enriquecido, indicó un informe confidencial de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), que dirige el argentino Rafael Grossi.
El documento señala que el cambio en la planta nuclear de Fordo aumentará «mucho la tasa de producción de uranio enriquecido hasta el 60%».
Esta tasa calculada por mes podría ser más de siete veces superior a los 4,7 kg de uranio alcanzados «en el período del informe anterior» y registrados por la agencia nuclear de la ONU.
La AIEA pide a Irán que le proporcione «con carácter de urgencia» garantías «técnicamente creíbles» de que «la instalación no se está utilizando» para «producir uranio a un nivel de enriquecimiento superior al declarado» y de que «no hay desvío de material nuclear declarado».
Irán había anunciado en noviembre la puesta en marcha de una serie de «nuevas centrifugadoras avanzadas», en respuesta a la resolución de la AIEA que criticaba a la República Islámica por falta de cooperación en materia nuclear.
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