Un repunte inesperado en las temperaturas globales está poniendo a prueba los modelos climáticos existentes, situando al planeta en una situación sin precedentes. A pesar de los avances en la predicción del clima, los científicos no logran explicar qué está impulsando este aumento tan abrupto del calor registrado en los últimos dos años.

De acuerdo con los datos recopilados entre junio de 2023 y septiembre de 2024, el mundo ha experimentado una sucesión de olas de calor extraordinarias que han colocado a 2023 y 2024 como los años más cálidos registrados hasta la fecha. “El incremento del calor en 2023 superó cualquier año anterior, y el 2024 parece seguir el mismo camino”, destaca Gavin Schmidt, director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, en unas declaraciones recogidas por el medio Phys.org.

“Quisiéramos saber con certeza la causa, pero aún no lo logramos entender”, agregó el investigador. Aunque el calentamiento global vinculado a la quema de combustibles fósiles es ampliamente aceptado, este aumento extremo de las temperaturas desafía las predicciones más avanzadas. Los gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, continúan acumulándose en la atmósfera y atrapando el calor, pero el ritmo de calentamiento en los últimos meses ha desconcertado a los expertos.

Preguntas sin respuesta ante el cambio climático

Diversas teorías han surgido para intentar descifrar este fenómeno térmico. Una de las más discutidas apunta a la reducción de las emisiones de azufre en el transporte marítimo desde 2020. Aunque esta medida ha mejorado la calidad del aire, también ha disminuido la formación de nubes que reflejan la luz solar, facilitando que más radiación llegue a la superficie terrestre.

Por otro lado, los sumideros naturales de carbono, como los bosques y los océanos, están mostrando signos preocupantes de debilitamiento. Estudios recientes sugieren que la tundra ártica, que ha almacenado carbono durante milenios, podría haberse convertido en una fuente neta de emisiones de CO₂. Al mismo tiempo, los océanos, que actúan como reguladores del clima, se están calentando a un ritmo alarmante.

Johan Rockström, del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, plantea una preocupación más amplia: “Esto podría ser un indicio temprano de que el planeta está perdiendo resiliencia frente al cambio climático”. Aunque el calentamiento global encaja con las emisiones acumuladas de combustibles fósiles, las actuales anomalías térmicas implican que podrían existir factores adicionales que aún no comprendemos del todo.

Por su parte, Sonia Seneviratne, climatóloga de la ETH de Zúrich, advierte que “esto está al límite de lo que nuestros modelos pueden prever”. Por ahora, la incertidumbre predomina entre científicos como Richard Allan, quien reconoció a AFP que “entramos en territorio desconocido”. Las investigaciones en curso serán cruciales para desvelar si nos enfrentamos a un cambio estructural en el comportamiento del sistema climático global.

/psg