Friedrich Merz, líder del partido conservador Unión Demócrata Cristiana (CDU), es el candidato más probable para convertirse en el próximo canciller de Alemania, después de que Olaf Scholz perdiera este lunes el voto de confianza en el Parlamento, allanando el camino a la celebración de elecciones anticipadas en febrero.
Según las encuestas, la alianza de la CDU y la bávara Unión Social Cristiana (CSU) goza del mayor respaldo popular en Alemania, muy por delante de la extrema derecha Alternativa para Alemania y del Partido Socialdemócrata (SPD) de Scholz.
De tener éxito en los futuros comicios, Merz, de 69 años, se pondría al frente del Gobierno en un momento crítico para el país, que hace frente a un estancamiento económico, a una alta necesidad de inversiones en su industria e infraestructuras, así como a la incertidumbre que domina las relaciones con Estados Unidos, en medio del conflicto bélico en la frontera oriental de la Unión Europea.
Abogado corporativo de profesión, Merz se describe como conservador en lo social y liberal en lo económico. A la espera de conocer el programa electoral de la alianza conservadora, el político ha prometido en reiteradas ocasiones bajar los impuestos empresariales, reducir la burocracia y recortar los beneficios sociales, en particular para los inmigrantes.
En política exterior, ha asegurado que continuará apoyando a Ucrania. A diferencia de Scholz, que se opone a la entrega de misiles Taurus a Kiev para evitar un enfrentamiento directo con Rusia, el político conservador aboga por el suministro de estas armas avanzadas, con un alcance de más de 500 kilómetros. Asimismo, Merz se ha pronunciado a favor de restaurar el obligatorio servicio militar en Alemania, abolido en 2011.
Personas de su entorno cercano lo describen como directo y pragmático, cualidades que podrían serle útiles para entablar relaciones con el presidente electo estadounidense Donald Trump, a quien Merz tachó en su día de «no democrático» por protestar los resultados electorales en enero de 2021.
Atlantista declarado, Merz dirigió durante una década la Atlantik-Brücke, una asociación que busca fomentar el entendimiento germano-estadounidense. Estados Unidos es el mayor mercado para las exportaciones alemanas y los aranceles que Trump amenaza con imponer perjudicarían gravemente la economía del país europeo, algo que Merz entiende bien, señala The Washington Post.
Merz tiene un historial de rivalidad con la excanciller y exlíder de la CDU Angela Merkel. Tras denunciar su «política de puertas abiertas» a la migración, Merz ha prometido desmarcarse del curso moderado de su predecesora.
Entre la empresa y la política
Padre de tres hijos, Merz proviene de una familia católica de la región rural de Sauerland, en Renania del Norte-Westfalia.
Se unió a la formación de juventud de la CDU en 1972 y lanzó su carrera política como miembro del Parlamento Europeo en 1989, a los 33 años.
En 1994 fue elegido al Bundestag (Parlamento alemán) donde se convirtió en un miembro influyente del grupo parlamentario CDU/CSU, que encabezó entre 2000 y 2002 siendo sustituido por Merkel. Tras perder ante ella la lucha por el liderazgo, gradualmente se fue retirando de la política y abandonó el Bundestag en 2009.
Esta pausa política le procuró frutos empresariales, pues pasó a ser miembro del bufete de abogados internacional Mayer Brown y mantuvo cargos directivos en varias juntas consultivas y administrativas, incluido el de presidente del consejo de supervisión del brazo alemán de Black Rock, la mayor gestora de activos del mundo.
Merz regresó al Bundestag en 2021, tras la retirada de Merkel, y en su tercer intento obtuvo el liderazgo del partido un año después.
«Está usted avergonzando a Alemania»
El pasado septiembre, el político prometió entrar en el año electoral «con la firme intención de reasumir la responsabilidad del país» y llevar a cabo la política que «empuje a Alemania adelante» y «haga que el país vuelva a funcionar», recuperando «el orgullo».
Algunas de las declaraciones de Merz, en particular sobre la inmigración, le han valido acusaciones de complacencia con la extrema derecha. Así, en una aparición televisiva se refirió a los hijos de los inmigrantes musulmanes como «pequeños bajás» que no respetan a las profesoras de escuela.
Asimismo, fue objeto de críticas por calificar a algunos de los desplazados ucranianos como «turistas de bienestar», acusándoles de aprovechar los beneficios europeos y no buscar trabajo, después de lo cual se disculpó por lo que calificó como una «descripción imprecisa» de casos individuales.
Aunque Merz ha manifestado su negativa a cooperar con la extrema derecha de AfP, queda por ver qué socio elegirá si logra reemplazar a la coalición minoritaria del SPD y los Verdes.
En su intervención en el Bundestag antes de la votación de confianza al Gobierno de Scholz, Merz describió la jornada como «un día de alivio» para Alemania. Sobre el actual canciller, dijo que «no merece confianza» por no aprovechar la oportunidad y fracasar en su mandato.
Tras acusar a Scholz de abandonar el país en una de las mayores crisis económicas de la historia de la posguerra y de haber fracasado a nivel de la UE, el líder conservador le espetó: «Está usted avergonzando a Alemania».
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